La sequía favorece su multiplicación

Monitoreo y control de tucuras

En agosto comenzarán a relevarse campos de San Cristóbal y Vera para saber cómo se comporta la plaga y evitar que alcance la magnitud del último ataque. La clave es no permitir que alcancen la adultez.

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Tras los perjuicios causados por las tucuras a principio de año en algunos distritos del norte santafesino, la Dirección General de Sanidad Vegetal del Ministerio de la Producción iniciará, a mediados de agosto, un programa de seguimiento y alerta temprana en los distritos más afectados por la plaga. En principio, las tareas se llevarán a cabo en el oeste del departamento San Cristóbal y en Vera, en el marco del Programa Nacional de Monitoreo y Control dispuesto por la SAGPyA.

“En cada distrito estaríamos monitoreando dos lotes cada 15 días con redes de arrastre o caza tucura”, anticipó el titular del área sanitaria, Carlos Debona. Si durante esos trabajos se confirmara la presencia de los acridios se procederá a determinar su especie y se emitirá el alerta a fin de evitar su expansión.

En los primeros meses de 2009 la falta de humedad en el suelo impidió que los hongos, enemigos naturales de estas especies en sus primeras fases de desarrollo, controlen las poblaciones más jóvenes (denominadas ninfas, pero conocidas popularmente como “mosquitas”). A partir de ahí, hubo un explosivo crecimiento de las poblaciones adultas, que comenzaron a competir con la hacienda vacuna por el escaso forraje natural disponible en los campos, lo que desató la desesperación de los productores.

Contra la saltona

El plan de control apunta a atacar a las tucuras en sus primeros estadíos, cuando son “saltonas” y mantienen hábitos gregarios y se agrupan, lo que hace más fácil su control. Los monitoreos se realizarán con personal del Ministerio de la Producción, el INTA y los municipios y comunas involucrados.

“Las tucuras cuando nacen tienen tendencia a agruparse, sobre todo durante la noche”, sostuvo Debona, y detalló que ese es el momento indicado para un tratamiento de bajo costo con insecticida, que deberá aplicarse puntualmente y con mochila. Si los acrídios se dispersan, entonces se usará un sebo tóxico (puede ser afrechillo con azúcar embebido en el insecticida).

En cambio, si las tucuras alcanzan la adultez no sólo es difícil su control, sino que puede llegar a ser tan antieconómico como peligroso para la salud del rodeo y el ambiente. Pulverizar campos enteros con insecticidas contaminaría los pastos y obligaría a trasladar la hacienda, con lo costoso que eso resulta.

Competencia con el rodeo

Sobre fines de 2008 y principios del corriente año la extrema sequía favoreció la proliferación súbita de tucuras debido a que no actuaron los hongos entomopatógenos que constituyen el principal enemigo natural de los insectos. “Cuando son recién nacidas y están en estado de ninfas chicas, que se conocen como “mosquitas’, son muy susceptibles a estos hongos”, explicó Debona. Si este “enemigo natural” no está, entonces sobrevive alrededor del 90% de las ninfas.

Aunque los mayores daños a nivel nacional ocurrieron en plantaciones de girasol en el sur bonaerense, durante la última campaña también hubo serias complicaciones en campos ganaderos de baja aptitud en el norte santafesino, donde la tucura compitió con la hacienda vacuna por el recurso forrajero. Debona precisó que “entre 20 y 30 tucuras por metro cuadrado (saltonas o adultas) comen más o menos la misma cantidad de pasto que un bovino”.

La más temida. La variedad quebrachera impacta por su tamaño pero prefiere los árboles al pastizal.

Foto: Gentileza Ministerio de la Producción

Amplia distribución. En el centro norte del país la Tucura se dispersó por varias provincias.

Foto: Gentileza Ministerio de la Producción