Una ayuda para pasar el mal momento

Los universitarios piden un 45%

más de becas que 2 años atrás

Cada año se acrecientan las solicitudes de becas de residencia, de subsidios económicos y obra social. Desde la UNL aseguran que se nota la “desesperación” con la que algunos universitarios aguardan el otorgamiento de los subsidios.

Mariela Goy

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En dos años, la cantidad de becas de estudio solicitadas por los estudiantes a la Universidad Nacional del Litoral aumentó un 44,7 por ciento. De 801 pedidos presentados en 2007, la cifra se elevó a 1.159 este año. La recesión económica hace que muchos universitarios deban salir a buscar ayuda para no llegar a la situación límite de tener que abandonar los estudios.

“Es una realidad dura. Se han incrementado los pedidos y parece que las becas nunca alcanzan”, admitió Hugo Erbetta, secretario académico de la UNL.

El funcionario consideró que hoy la calidad de vida es muy costosa, más para los chicos que se vienen del interior. “Esta realidad lleva a muchos estudiantes a dejar la carrera presencial de grado y pasarse a una tecnicatura, o a alguna otra carrera que les dé una expectativa de salida laboral, con mucho menos costo y en su casa, así se libran de pagar alquiler, pasajes de colectivos, etc.”, señaló.

Las becas de estudio que entrega la UNL pueden ser: de residencia para los alumnos del interior, de ayuda económica (destinada a cubrir en forma parcial gastos de transporte, material de estudio o alimentación, que es de $ 140 por mes), de obra social, medias becas e integrales. Estas últimas consisten en los beneficios de residencia, obra social, material de estudio más una ayuda monetaria mensual de $ 210.

“En muchas de las familias de los estudiantes que piden becas, el jefe de hogar está desocupado. Y la que sostiene la economía familiar es la mujer, que en su gran mayoría trabaja como docente”, sostuvo Katya Zuska Zurbriggen, que se desempeña en Bienestar Universitario de la UNL, donde se evalúan las carpetas de los solicitantes y se define a quiénes otorgan los beneficios.

Desde el área aseguraron que hay algunos estudiantes de otras localidades de la provincia que abandonaron sus carreras, aunque son pocos. “Otros esperan que las becas no sólo mitigue los gastos de estudio sino que las ven como una suerte de salvación para sus familias”, sostuvo Zurbriggen.

“Tenemos que explicarles que es sólo una ayuda para que puedan estudiar. Pero en los últimos tiempo se nota el grado de desesperación y nerviosismo con el que vienen a pedir este beneficio”, advirtió.

En realidad, desde Bienestar Universitario aclararon que suman 2.000 o más los universitarios que llenan el formulario cada año. Pero a la hora de completar la documentación, sólo la mitad entrega la carpeta porque el resto quizá no cumple con los requisitos exigidos de ingreso familiar, informe socioeconómico y demás.

Cabe aclarar que no todos los alumnos que solicitan subsidios acceden al beneficio. La UNL entregó 327 becas en 2007; 357 en 2008; y 392 en lo que va de este año.

Pasantías rentadas, un rebusque

En la Casa del Obrero Estudiante viven universitarios del interior y de otras provincias que eligieron esta alternativa de residencia por ser más económica que un departamento, ya que el precio de una cama donde dormir (un promedio de $ 400 mensuales) incluye pensión completa. Algunos estudiantes dieron testimonio de lo difícil que está la situación económica para quien busca forjarse un futuro mediante el estudio de una profesión.

Jorge Marega está en 4to año de la carrera de Ingeniería Hídrica de la UNL. Proveniente de Avellaneda, al norte de la provincia, se sostiene gracias a una pasantía rentada que consiguió por intermedio de la universidad. En agosto se le termina el convenio y, si no lo renuevan, deberá arreglárselas con el sueldo de pensionada de su madre. “Se complicará un poco, aunque si uno está en el baile, tiene que bailar y tirar para adelante”, dijo el estudiante de ingeniería.

“Esta opción de la residencia es una de las más económicas. Con mis amigos hablamos que los alquileres se fueron por las nubes, con una tasa de aumento de precio que no tiene que ver con nada”, sostuvo el joven.

Otro residente que está en el último año de abogacía reconoció que cada vez cuesta más mantenerse. “Año a año se va complicando. Desde que vine en el 2004, la cantidad de dinero que me mandaban de mi casa fue creciendo porque el alquiler, el transporte y los alimentos, fueron en aumento”, dijo Jorge Villalba, que también está haciendo una pasantía rentada medio día.

“Con lo que gano, subsisto y sigo estudiando. No es lo mismo porque entre el trabajo y el cursado, uno tiene menos tiempo para sentarse con los apuntes”, señaló el universitario oriundo de Concordia.

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Jorge Villalba es de Concordia, y Jorge Marega, de Avellaneda. Dos universitarios que se sustentan gracias a las pasantías rentadas, otra forma de solventarse los estudios.

Foto: Néstor Gallegos

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1.159

becas

de estudio se solicitaron este año a la UNL. Se entregaron unas 392 en lo que va del año, en ayuda económica, residencia, salud, obra social e integrales.

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La situación económica pone en jaque la continuidad de las carreras de algunos universitarios, principalmente de los que provienen del interior.

Foto: Archivo