Esperando el Bicentenario

Una carrera contra el tiempo

para reabrir el Teatro Colón

Después de sucesivas marchas y contramarchas dominadas por los vaivenes políticos, actualmente cientos de operarios trabajan en la restauración de la infraestructura del fastuoso edificio, una de las salas líricas más importantes del mundo. Todo el mobiliario está siendo restaurado fuera del teatro.

Elena Arsuaga

Agencia EFE

La restauración de las más de 2.000 piezas del mobiliario del Teatro Colón de Buenos Aires, cerrado desde hace dos años, marcha a contrarreloj para poder reabrirlo el próximo mayo, cuando se celebre el Bicentenario del inicio del proceso que culminó con la independencia argentina.

Aunque su reapertura había sido fijada para mayo de 2008, en el centenario de su inauguración, las polémicas obras de restauración, que llevaron incluso a la dimisión el pasado enero del que fuera su director general, Horacio Sanguinetti, han retrasado la apertura del teatro, reconocido internacionalmente por su acústica y por la calidad de sus montajes.

La majestuosa sala del Colón, con capacidad para 2.500 espectadores, albergó durante casi un siglo obras que lo convirtieron en uno de los principales escenarios de la lírica y la danza mundial.

La empresa argentina Fontenla es la encargada de restaurar las más de 2.000 piezas de mobiliario del teatro, una ardua labor que comenzó en 2007, que ha sufrido varias postergaciones, y que esperan finalizar al término de este año, explicó a EFE la arquitecta encargada de los trabajos, Judith Messyngier.

Como paso previo a la restauración se retiraron todas las piezas del teatro y se transportaron a una fábrica, lo que obligó a elaborar un minucioso plano para recordar la localización exacta de cada silla y butaca.

El desafío más importante para los restauradores ha sido preservar la acústica del teatro, “porque es lo más importante que tiene el Colón”, afirmó Messyngier, que admitió que otro de los grandes retos ha sido conservar, en la medida de lo posible, las piezas originales.

En el proceso han encontrado marcas de restauraciones anteriores, con panas y lustres de diferentes colores, desde tonos rojizos y anaranjados hasta negros o caoba, lo que ilustra los procesos de retapizado del Colón, apuntó la arquitecta.

En su opinión, el hallazgo demuestra que se restauraron piezas “de a poco, pero nunca en un proceso íntegro como el de ahora”, en el que por primera vez se intenta recuperar una estética común.

A la vista del estado del mobiliario, apuntó Messyngier, los expertos han tratado de recuperar el relleno original de los asientos, especialmente los de crin animal y algodón, y han realizado 300 nuevas piezas para sustituir a las irrecuperables.

El telón del Teatro Colón se levantó por primera vez el 25 de Mayo de 1908 con “Aída”, de Giuseppe Verdi, y rápidamente se convirtió en el más importante del país.

Con el tiempo, se consagró como uno de los principales escenarios del mundo, con la presencia de los artistas más destacados de la lírica y la danza, como Plácido Domingo, Luciano Pavarotti y Mijail Barishnikov.

El paso de los años y el inevitable deterioro llevaron en 2001 a diseñar un plan de restauración y al cierre momentáneo del teatro a finales de 2006, con el objetivo de volver a abrir sus puertas para celebrar su centenario a mediados de 2008.

El plan de restauración, con un presupuesto de 25 millones de dólares (17,6 millones de euros), corre a cargo del gobierno municipal con un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo.

No obstante, ya en 2007 las autoridades anunciaron que no iban a cumplir con el objetivo y aplazaron la reapertura para coincidir con las celebraciones del Bicentenario de la Revolución que el 25 de Mayo de 1810 inició el camino hacia la independencia argentina, que se concretó en 1816.

El jefe del gobierno porteño, Mauricio Macri, responsabilizó en su día a sus antecesores del problema del Colón y asoció el estado del teatro con la “desidia y el abandono palpable en la actividad cultural” de la ciudad.

La polémica que ha rodeado todo el proceso de restauración se crispó el pasado enero, con la dimisión del director general del teatro, Horacio Sanguinetti.

Ahora, el gobierno de la ciudad de Buenos Aires confía en cumplir con el plazo de 2010 y reabrir con un invitado especial: el director argentino-israelí Daniel Barenboim al frente de la Staatsoper berlinesa.

Una joya de la Belle Epoque

El actual edificio del teatro está emplazado entre Cerrito, Viamonte, Tucumán y Libertad, en pleno centro Buenos Aires, y fue inaugurado el 25 de mayo de 1908 con la ópera “Aída” de Giuseppe Verdi, para reemplazar al antiguo Teatro Colón, erigido en la manzana que ocupa hoy el Banco Nación, frente a la plaza de Mayo, en el entonces conocido cono el “Rincón de las Animas”, y que funcionó entre 1857 y 1888.

La construcción del nuevo edificio llevó alrededor de 20 años, siendo colocada su piedra fundamental el 25 de mayo de 1890, con la intención de inaugurarlo antes del 12 de octubre de 1892 en coincidencia con el cuarto centenario del descubrimiento de América. El proyecto inicial fue del arquitecto Francesco Tamburini quien, a su muerte en 1891, fue continuado y modificado por su socio, el arquitecto Víctor Meano, autor del palacio del Congreso Argentino. Las obras avanzaron hasta 1894, pero se estancaron luego por cuestiones financieras. En 1904, Meano fue asesinado en su casa y el gobierno encargó al belga Jules Dormal que termine la obra. Dormal introdujo algunas modificaciones estructurales y dejó definitivamente impreso su sello en el estilo francés de la decoración. A fines de 1907 se firmó el primer contrato de arrendamiento del Teatro Colón, aunque los trabajos de terminación del edificio estaban atrasados en relación con la fecha fijada para la inauguración de la sala, el 25 de mayo de 1908. De todas maneras, en esa fecha se llegó a realizar la primera función en la sala principal a cargo de la Gran Compañía Lírica Italiana con la ópera “Aída” de Giuseppe Verdi, aunque con algunas dependencias del edificio inconclusas como el Salón Dorado y las marquesinas de hierro sobre las calles Libertad y Cerrito.

El edificio

El edificio, en un estilo ecléctico propio de principios del siglo XX, abarca 8.202 metros cuadrados, de los cuales 5.006 corresponden al edificio central y 3.196 a dependencias bajo nivel del pasaje Arturo Toscanini (aledaño al edificio del teatro, paralelo a la calle Viamonte). La superficie total cubierta del edificio antiguo es de 37.884 metros cuadrados. Las ampliaciones realizadas posteriormente, sobre todo las de finales de la década de 1960 (arquitecto Mario Roberto Álvarez), sumaron 12.000 metros cuadrados, llevando la superficie total del Teato Colón a 58.000 metros cuadrados.

La sala principal, en forma de herradura, cumple con las normas más severas del teatro clásico italiano y francés. La planta está bordeada de palcos hasta el tercer piso. La herradura tiene 29,25 metros de diámetro menor, 32,65 metros de diámetro mayor y 28 metros de altura. Tiene una capacidad total de 2.478 localidades, pero también pueden presenciar los espectáculos alrededor de 500 personas de pie. La cúpula, de 318 metros cuadrados, poseía pinturas de Marcel Jambon, que se deterioraron en los años treinta. En la década de 1970, se decidió pintar nuevamente la cúpula y el trabajo le fue encargado al pintor argentino Raúl Soldi.

El escenario posee una inclinación de tres centímetros por metro y tiene 35,25 metros de ancho por 34,50 de profundidad, y 48 metros de altura. Posee un disco giratorio de 20,30 metros de diámetro que puede accionarse eléctricamente para girar en cualquier sentido y cambiar rápidamente las escenas.

El foso de la orquesta posee una capacidad para 120 músicos. Está tratado con cámara de resonancia y curvas especiales de reflexión del sonido. Estas condiciones, las proporciones arquitectónicas de la sala y la calidad de los materiales, contribuyen a que el Teatro Colón tenga una acústica excepcional, reconocida mundialmente como una de las más perfectas.

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Una carrera contra el tiempo para reabrir el Teatro Colón

Una vista inédita. La imponente Sala Mayor del Teatro Colón invadida por los andamios desde el piso hasta el techo. La idea original era reabrirlo en 2008, para su centenario. Ahora, habrá que celebrar si todo está terminado el año que viene, para el Bicentenario de la Revolución de Mayo.

Foto: Agencia AFP

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El suntuoso edificio del Teatro Colón se ha convertido con los años en uno de los emblemas de la ciudad de Buenos Aires.

Foto: Archivo El Litoral