La visión del biólogo Norberto Oldani

“El recurso ictícola está mal y

el más afectado es el surubí”

El investigador del Conicet destacó que Santa Fe tiene leyes y debate social sobre el recurso ictícola. Recomendó al gobierno provincial no bajar la guardia en los controles sobre el río.

Mario Cáffaro

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El biólogo Norberto Oldani reconoció que en nuestros ríos “el recurso ictícola está en malas condiciones” pero admitió que Santa Fe tiene posibilidades de hacer un manejo sustentable porque hay leyes, ha tomado decisiones políticas y advirtió sobre la casi extinción del surubí. “En una pescadería vale tanto como un kilo de pulpo, 35 pesos el kilo, mientras que un sábalo cuesta cinco pesos”, ejemplificó.

El científico asistió esta semana por el Consejo Provincial Pesquero a la reunión que autoridades santafesinas, encabezadas por el ministro de la Producción, Juan José Bertero, mantuvieron con autoridades de la subsecretaría de Pesca y Acuicultura de la Nación, a cargo de Norberto Yahuar. El encuentro sirvió para discutir aspectos de la política pesquera continental tras la firma por parte de la presidenta de la Nación de un decreto fijando cupos a la exportación y posiciones arancelarias para determinadas especies de pescados. Santa Fe está exigiendo conocer cuál será el cupo para este año y el próximo.

“En la Nación, no entienden toda la problemática de la pesca de río”, le dijo Oldani a El Litoral. Los principales funcionarios del área son de Chubut, provincia con pesca marítima. El biólogo -integrante de equipos del Intec- justificó su apreciación en que llevan cuatro años estudiando la problemática y no hay resultados. “Los estudios que vimos son confusos y fuertemente criticables” y se refiere a los presentados en esta ciudad por Alberto Spinach Ross de quien dice ser “amigo”.

“Estamos mal con los estudios que hace la Nación, y no tenemos acceso a la información. Las decisiones se deben tomar sobre bases ciertas porque si no, corremos el riesgo de equivocarnos” advirtió.

De todas maneras, valoró que Santa Fe tiene leyes propias que le permiten manejar el recurso y la discusión que siempre está instalada en la sociedad de defensa del recurso natural que condiciona a los funcionarios.

“La provincia puede actuar, ha actuado y viene actuando. Ha sido clara y ha tomado buenas medidas. Santa Fe es dueña de los recursos, puede fijar sus cupos independientemente de la Nación. En los hechos, el gobierno central autorizó exportar 10 mil toneladas dándole la mitad a la provincia que puede fijar un tope menor. También estableció que no pueden salir pescado fresco a otra provincia. Hay elementos y que están siendo ejecutados y en algunas les va bien y en otras no tanto. Santa Fe está en buena situación y discutiendo el tema, peor sería no debatirlo. La sociedad ha entendido cuál es la ventaja de preservar el recurso y acompaña, el gobierno tiene mucha gente trabajando en esto, a lo mejor podría tener más, podría tener otra actitud, pero hay dos subsecretarías trabajando en esto”.

De las 45 mil toneladas a hoy

Recordó Oldani que en algún momento se llegó a exportar 45 mil toneladas de sábalo, “reventaron el recurso” y ahora dicen 10 mil “porque no hay más”. De todas maneras es optimista sobre la recuperación del recurso “con manejo” y descree de la siembra prevista en una ley provincial, advirtiendo que la medida fue sugerida a los legisladores por los acopiadores no por los ambientalistas.

“El recurso ictícola está en malas condiciones. Veníamos de un período bueno porque había muchos peces, después vinieron los frigoríficos y se llevaron todo, hubo años en que sacaron 45 mil toneladas, ahora hablan de 9 a 10 mil, un año atrás estábamos mejor porque había más controles, se habían secuestrado kilómetros de redes, después faltó decisión política de la Nación para fijar los cupos con tiempo, no hubo cupos y se exportó mucho. Cuando se relajó el sistema cayó muchísimo la conservación. Esto se puede ver con la talla de los peces que se capturan. Más grande es la talla del pez capturado, hay menor presión de pesca; si los peces son cada vez más chicos, hay mayor presión de pesca”.

El consejo de Oldani y de ambientalistas es disminuir la presión de pesca con menores cupos de exportación y agrandar la abertura de la malla. “En este “veranito’ que tuvimos, cuando hubo mayor control, se demostró que la recuperación del recurso es bastante rápida. No hay que esperar cuarenta años, sino que en dos o tres años se puede recuperar. Si nos demoramos en la toma de medida, o si vienen condiciones ambientales desfavorables (menos agua, o creciente extraordinaria) se prolonga más la recuperación o podría anularla completamente”.

A la hora de establecer las causas del escaso recurso señala no sólo a la pesca, sino la contaminación y las represas.

“Si queremos recuperar el recurso hay un solo camino: manejo, y estamos como estamos porque no tenemos manejo. Teniendo manejo, tendremos más peces en el río, más pescadores. Se podría capturar más peces, disfrutar los pescadores deportivos, puede ser un negocio para todos. Lo que estamos perdiendo es un gran negocio”.

Aclaró que “el manejo significa repartir mejor las cosas, no sacar los peces chicos del agua, no seguir agregando impactos ambientales”, tarea donde el Estado tiene el rol fundamental de control.

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Oldani defendió la decisión del gobierno provincial de actuar en materia pesquera.

Foto: Luis Cetraro

/// ADEMÁS

Lo que hay en el río

Oldani hizo mucho hincapié en la virtual desaparición del surubí en las aguas de nuestros ríos y de allí el valor que tiene en el comercio e incluso aseguró que se ha determinado que sacarlo tiene un costo de 300 dólares para un pescador. A la hora de precisar las razones de esta desaparición ubica entre las primeras los efectos de Yacyretá, después el grado de vulnerabilidad a la red que pesca sábalos y al ambiente.

“El del surubí es uno de los casos en que se termina la especie con una captura incidental -el esfuerzo está dirigido a otra-. De todas maneras, lo pescan igual. El surubí es grande, tiene un área de distribución enorme, está muy impactada, Yacyretá le hizo perder el 44% del área de reproducción, demora años en reproducirse y tiene un crecimiento lento. El sábalo se reproduce 8 a 10 veces para dejar descendiente y el surubí necesita 20 ó 30 porque tiene una enorme pérdida de larvas y es más vulnerable a redes, enfermedades y al frío”.

El especialista recomienda acentuar el cuidado en la especie. “Está en una declinación terrible, nos estamos quedando sin reproductores. Lo peor es que los biólogos que ayudan a tomar decisiones no saben lo que está pasando. No puede ser que no se tomen medidas con el surubí y no aparecen las medidas porque muchos biólogos no entienden como funciona el sistema y esto lo dejan escrito en sus escritos”.

También destacó que tampoco se han recuperado el pacú ni el manguruyú y además del sábalo y el surubí el dorado se encuentra cada vez menos en los ríos. Los que sí se han salvado hasta el momento son amarillos y moncholos porque tiene “otro nivel trófico, otra vía de energía, son especies más chicas, no se las captura con redes y están en un ambiente donde no se utiliza red para la pesca”.

/// EL DATO

Pescadores

“Hay una ley, se tiene que cumplir. La 12.212 es de privilegio, es la envidia de otras provincias. Entre Ríos no está mejor que Santa Fe, ni siquiera tienen ley. Nosotros tenemos una ley, con tallas mínimas, de presupuestos mínimos, de acá no vamos a bajar. Hay cosas que no se ejecutan, se está demorando. La ley permitiría que los pescadores comerciales se reconviertan a deportivos o a guías de pesca, o a otra actividad. A los pescadores hay que enseñarles cuáles son las herramientas que disponen y que ni saben que las tienen. Ese es el trabajo: cumplir con la ley, establecer criterios de manejo. Se le puede pedir a los pescadores si quieren talla de 42 o de 45 y pedirles sobre la abertura de malla”.

—¿Usted dice el pescador que está todo el día en el río?

—Sí, el que sufre el recurso, el que está al pie del cañón.

— No el que corta rutas.

—Ese no es pescador, esos son mercenarios. Hablo del pescador que vive de la pesca, el que está en el río y sufre la falta de peces, el auténtico pescador.