En el mini-mercado “La Mantequita”

Procesados por almacenar

media tonelada de droga

Se trata de una familia oriunda de Formosa, que hace algunos años vive en el norte de la ciudad. El 16 de junio pasado la policía secuestró 496 panes de marihuana, disimulados entre granos de café.

Juliano Salierno

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Dos hermanos oriundos de Formosa, el hijo de uno de ellos, un sobrino y el carnicero del mini-mercado “La Mantequita”, ubicado en el norte de la ciudad, fueron procesados por el delito de “almacenamiento” de marihuana, tras el secuestro de 496 ladrillos compactos de esa sustancia. La defensa apeló el procesamiento de cuatro de ellos.

El juez Federal Nº 1, Reinaldo Rodríguez, dictó la prisión preventiva para Pablino Mareco, de 48 años y su hermano Demetrio, de 43. La misma medida alcanzó al hijo de este último, David Renato, de 18 años; a Fernando Sebastián Mareco, de 22, sobrino de los hermanos; y a Sergio José Giménez, de 27, de parentesco lejano.

Los cinco fueron procesados hace un mes -el 2 de julio- por infringir el régimen penal de estupefacientes, por “almacenamiento”, según se explica en el artículo 5º, inciso “C”, de la Ley Nº 23.737.

Salvo el caso de Pablino, la resolución judicial de primera instancia fue apelada por la defensa y se encuentra para resolver en la Sala II, de la Cámara Federal de Rosario. Mientras tanto, los acusados permanecerán alojados en la cárcel de Coronda.

Frente a la comisaría

La familia Mareco es oriunda de la ciudad de Clorinda, en la provincia de Formosa. El primero en llegar a Santa Fe fue el mayor de los hermanos. Pablino montó el comercio La Mantequita en el límite con la ciudad de Recreo hace ya varios años. Tras él desembarcó Demetrio, que vive en la ciudad desde hace dos y estaba a punto de regresar a Clorinda, con su esposa Norma.

Junto a ellos llegó Fernando, que es hijo de un tercer hermano; y Giménez, de parentesco lejano. Estos dos trabajaban junto a los hermanos Mareco en el mercado ubicado frente a la Subcomisaría 18º -5ta. Zona de Inspección-, donde antiguamente estaba la base norte del Comando Radioléctrico.

El comercio se encuentra emplazado en la avenida Blas Parera al 10.200, donde funciona un semáforo y a metros de la curva que marca el límite norte de la ciudad, frente a la escuela media Nº 27, Dr. José Gálvez.

Con una orden de allanamiento emitida por el Juzgado de Instrucción Séptima, el personal de Tropas de Operaciones Especiales de la provincia llegó hasta el lugar en busca de elementos robados y armas. En cambio, se encontraron con uno de los cargamentos de droga más importantes que se secuestraron en la ciudad en su historia.

“Era carbón”

Fuentes de la investigación indicaron que la droga habría llegado desde el norte, por Ruta Nacional Nº 11 y fue descargada el domingo 14 de junio en el comercio que funcionaba como pantalla. Dos días más tarde -martes 16- la policía rodeó el lugar y avanzó.

Las 27 bolsas de arpillera en la que se encontraban los 496 ladrillos de marihuana, alcanzó los 479,740 kilos. Estaban mezcladas con granos de café, para disimular el olor.

Durante el interrogatorio Pablino habría sido el único en dar referencias sobre la procedencia del cargamento. Dijo que “creyó que era carbón”, relataron las fuentes del caso. Además, el resto de los detenidos habría referido que el lugar en el que apareció la mercancía ilegal era “de pura exclusividad suya”.

Sumado a esos elementos, los abogados Hilda Knaeblein y Mario Guedes, que defienden a todos menos a Pablino, indicaron que “el super estaba dividido en dos partes”: Un almacén que regenteaba Demetrio -sector sur-; mientras que “Pablino tenía la carnicería, con venta de leña y carbón”, entre otros artículos.

Aunque sus defensores confían en que la Cámara revierta la decisión de primera instancia, quienes trabajaron en el lugar aseguraron que resulta imposible que nadie haya visto los bultos o que acaso no supieran de ellos. Además, resulta sugestivo que uno de los imputados haya viajado desde Clorinda a Santa Fe, la misma semana que se incautara la carga.

Procesados por almacenar media tonelada de droga

Blas Parera 10200. El mercado que funcionaba como pantalla de un depósito de droga está en frente de una subcomisaría.

Foto: Archivo El Litoral

Otro cargamento

El mismo día en que se produjo el decomiso de media tonelada de marihuana en el norte de la ciudad, la policía, junto con el personal antinarcótico, asestó otro golpe en una propiedad donde se secuestraron 21 panes más de la sustancia prohibida.

En ese caso la Justicia dictó la “falta de mérito” para un verdulero de 24 años, que se encontraba en la vivienda en el momento del allanamiento.

La actuación policial se concretó en Roque Sáenz Peña y Padre Genesio, del barrio Las Flores, por una denuncia de que allí se encontraba una moto robada. Sin embargo, las Tropas de Operaciones Especiales descubrieron tres bultos con siete panes de droga cada uno, que estaban distribuidos en el cajón de una cómoda, dentro de una caja de cartón y en una bolsa de nylon, en una de las habitaciones.

El procedimiento que completó la Dirección Provincial de Prevención y Control de Adicciones concluyó con el decomiso de 22,178 kilos de la sustancia Cannabis sativa. El detenido, que declaró en Tribunales asesorado por el abogado Claudio Torres del Sel, negó las acusaciones tanto de ser un consumidor, como de estar al tanto de que semejante cantidad estuviera en ese lugar.

El juez federal Nº 1, Reinaldo Rodríguez, no lo pudo imputar por almacenamiento porque en tal caso se debe probar que el acusado “tiene conocimiento que posee el material en una cantidad significativa”. En cambio se le abrió una causa judicial por el secuestro de una pistola 9 mm. que había sido robada a un policía en 2005.

/// EL DATO

Día del Padre.

David Mareco, el joven de 18 años que se encuentra detenido, jura que llegó a Santa Fe para celebrar el Día del Padre junto a Demetrio, el 20 de junio. Como consecuencia de las detenciones, Norma, madre y esposa respectivamente, viajó al día siguiente a la capital provincial para hacerse cargo del mercado. Desde hace un mes y medio la mujer de 40 años va todos los domingos a Coronda a visitar a su único hijo y su esposo. Confía en que pronto recuperarán la libertad, porque asegura que “son inocentes”.