7 DE AGOSTO: FESTIVIDAD DE SAN CAYETANO

“Fe es tener el corazón con

Dios y los pies en la tierra”

Las palabras del Pbro. Omar Alberto Rohrmannm, nuevo párroco de San Cayetano, resumen la esencia de sus fiestas patronales, en que el templo recibe a miles de peregrinos que imploran por paz, pan y trabajo.

Florencia Arri

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“Que Ernesto consiga trabajo y no pierda la fe”; “que no falte el pan ni el trabajo de la familia Acosta”. Una a una, las intenciones para la misa se sucedían como deseos en tinta en los más de cincuenta renglones de las dos carillas dispuestas para inscribirlas, minutos antes de cada celebración. Además del eterno descanso de los difuntos pedían por pan y por trabajo, que en las urgencias diarias suman a la paz en los labios y en las oraciones.

Paz, pan y trabajo. Con esta premisa, San Cayetano parece ser el patrono de las necesidades universales, que cada año motivan más pasos peregrinos de los santafesinos que imploran por ello en su templo de Pdre. Genesio 1644.

Hoy, como todos los años, la Parroquia abrió sus puertas en la medianoche para recibir a quienes encuentran en el Santo un intercesor de sus causas ante Dios. Allí se acercan durante todo el día, miles de pasos y de rezos que suelen traducirse en donaciones y ofrendas, en botellas de agua bendita para llevar a casa, en nueve misas, confesiones, comuniones, estampas y espigas.

Puertas adentro, las fiestas patronales de San Cayetano involucran el trabajo de los colaboradores de la Parroquia, que hoy homenajearon al Santo, por primera vez sin el Padre Edgard Stoffel. Rosa Saucedo colabora desde hace más de treinta años en San Cayetano y hoy, como directora de la Cáritas Parroquial, cuenta que “la gente manifiesta que extraña al Padre Stoffel, si bien también está contenta con el nuevo párroco. Personalmente extraño sus homilías, sin desmerecer al párroco actual, por supuesto”. Silvio Santoro, diácono de San Cayetano desde hace dos décadas, dice que “Stoffel se nos adelantó en el encuentro con el Señor. Este año vivimos la fiesta con sacerdote nuevo, quien reconoce con humildad estar aprendiendo a esta Parroquia que tiene características muy propias y una labor social importante; seríamos mal testimonio si no lo hiciéramos, ya que somos la Parroquia del pan, la paz y el trabajo. En este barrio no hay gente rica, sino gente pobre y algunos que se salvan apenas”.

Caminando San Cayetano

Entre consultas, directivas y consejos de sus colaboradores Omar Alberto Rohrmannm, el sacerdote que recibió el legado de Stoffel y es párroco de San Cayetano desde hace un mes, reconoce en esta fecha “una fiesta muy folclórica desde lo cristiano. San Cayetano tiene un idioma propio que estoy aprendiendo a hablar para poder servirlo mejor, para ayudar lo mejor posible a esta comunidad”. Para explicar lo que es esta fiesta a sus ojos, el padre Rohrmannm recordó “palabras con las que el cardenal Bergoglio -arzobispo de Buenos Aires- expresó que en la fiesta de San Cayetano se escucha el clamor del pueblo de Dios, que uno debe aprender a escuchar para ver las reales necesidades de quienes quieren vivir con dignidad. Uno escucha lo que necesita la gente, pero también hay que ayudar al Pueblo a que escuche a Dios en este país tan difícil en que vivimos, que nunca acaba por buscar soluciones profundas y donde, a nivel nacional, muchos de los que llegan a gobernarnos son audaces improvisados, no les interesa demasiado cómo vive en pueblo y no luchan para que haya igualdad de derechos y obligaciones”.

En días en que el papa Benedicto XVI habló de la pobreza argentina como “un escándalo” e instó a los argentinos a un “esfuerzo solidario”, el Pbro. Omar Rohrmannm expresó que “uno ve el escándalo al caminar por el barrio y ver una pobreza que no se entiende. A veces parece que caminamos en un absurdo, porque no puede ser que en la Argentina vivamos así, que cometamos errores que claman justicia a Dios porque generan más pobres en una pobreza que es cada vez más pobre y en muchos casos es miseria. Creo la pobreza puede tener solución pero no exenta de sacrificio, porque así como es fácil destruir, la construcción significa sacrificio. Tener fe es tener el corazón con Dios y los pies en la tierra. Dios nos ha dado talentos para ponerlos en juego. En San Cayetano hay gente muy sencilla, trabajadora, y también lugares más pobre donde habrá que dar más ayuda y educación para que puedan recibir lo que no les dio su familia no por culpa sino por la cadena de la pobreza que se ha incrementado a lo largo de las generaciones”.

“Fe es tener el corazón con Dios y los pies en la tierra”

Miles de rezos. Hasta la medianoche, la recibe a quienes encuentran en el San Cayetano un intercesor de sus causas.

Foto: Néstor Gallegos