Terminó la gira del presidente colombiano por Sudamérica

Brasil le pidió a Uribe garantías

por acuerdo militar con EE.UU.

Quiere que las operaciones de las bases norteamericanas se restrinjan al territorio colombiano.

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AFP-EFE-Télam

El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, terminó ayer una gira por siete países sudamericanos a los que explicó un acuerdo que permitirá a Estados Unidos usar siete bases militares en territorio colombiano, al final de la cual Brasil le pidió garantías.

El viaje terminó con una reunión entre Uribe y el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, cuando Brasil indicó que quiere garantías de que las operaciones desde esas bases se restringirán al territorio colombiano.

El canciller brasileño informó a la prensa que el pedido brasileño “fue mencionado” en la reunión con Uribe y que el tema requerirá de otras consultas “no sólo con Colombia, sino también con Estados Unidos”.

Asimismo, Brasil abordó la cooperación sudamericana en la lucha contra el narcotráfico. Es importante “que los países de Sudamérica asuman ese combate al narcotráfico como algo que tenemos que combatir sin injerencias externas”, señaló Amorim.

Tras la reunión Uribe, se dirigió a los periodistas apenas para expresar “el agradecimiento por el diálogo amplio” con las autoridades brasileñas.

Brasil ha sido uno de los países que más abiertamente ha objetado el acuerdo que, según Estados Unidos y Colombia, se restringe al combate al terrorismo y narcotráfico.

“A mí no me agrada una base estadounidense más en Colombia”, afirmó la semana pasada el presidente Lula. Con la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, el brasileño pidió que se convoque el Consejo de Defensa Sudamericano y el tema será abordado la semana próxima en Quito durante una cumbre de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) a la que Uribe no asistirá.

Antes de Uribe, el consejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jim Jones, ofreció explicaciones sobre las bases, en una visita de dos días a Brasilia.

Jones defendió el acuerdo con Colombia afirmando que forma parte de la cooperación que ambos países mantienen desde hace años, y agregó que el gobierno estadounidense no esconde “nada secreto bajo la mesa” con el acuerdo y que pretende una relación abierta y transparente con la región.

Cercanía con la Amazonia

Brasilia, que afirma estar preocupada por la cercanía de esas bases a su vasto territorio amazónico, mantuvo su posición: “Bases extranjeras en la región aparecen como un resquicio de la Guerra Fría” y no ayudan a la distensión, dijo el principal asesor internacional de Lula, Marco Aurelio García.

Sin hacer declaraciones públicas más allá de agradecer la recepción, Uribe visitó también esta semana Perú, Bolivia, Chile, Argentina, Paraguay y Uruguay, donde se reunió con los respectivos mandatarios.

El mandatario peruano, Alan García, le dio una forma de respaldo, al definir a Uribe como “gran amigo” y en Chile y en Paraguay, con condicionamientos, los mandatarios insistieron en el respeto a las decisiones soberanas de Colombia.

La presidenta argentina, Cristina Fernández, le manifestó a Uribe que había que “bajar el conflicto en la región” y que “la instalación de las bases no colaboraba con este objetivo”, según portavoces del gobierno.

En Buenos Aires, así como en Montevideo, penúltima etapa del periplo, hubo manifestaciones en contra del gobierno de Uribe y de lo que consideraron como una “intervención imperialista” de EE.UU. en Latinoamérica.

Morales en contra

En tanto, el presidente boliviano Evo Morales señaló: “No aceptamos militares norteamericanos en Bolivia y nuestro pedido es que también (el rechazo) sea en Latinoamérica”.

En Uruguay, la posición de la coalición uruguaya de izquierda Frente Amplio en el gobierno es contraria a la presencia militar estadounidense en la región.

El presidente venezolano, Hugo Chávez, que considera ese acuerdo una agresión, ha instado a su homólogo estadounidense Barack Obama a que retire las tropas en Colombia. Chávez congeló las relaciones con Colombia la semana pasada por una denuncia del decomiso a las Farc de armas venezolanas.

El ministro de Seguridad de Ecuador, Miguel Carvajal, opinó en tanto que la estabilidad en la región estará en juego con la instalación de bases. Ecuador y Colombia no tienen relaciones diplomáticas desde el año pasado.

/// ADEMÁS

Ecuador, foco de atención regional

Quito concentra la atención regional este fin de semana al acoger la segunda cumbre de la Unasur, los festejos por el bicentenario de la independencia ecuatoriana y la investidura del segundo mandato consecutivo de Rafael Correa, que prometió “radicalizar” su política.

Los tres hechos se enmarcan en un momento de fricciones, amenazas militares y desacuerdos diplomáticos entre varios miembros de la Unión Suramericana de Naciones (Unasur).

Las tensiones están al rojo vivo por cuenta de un acuerdo en discusión, que permitiría a Estados Unidos usar siete bases militares colombianas.

Colombia, principal aliado de la Casa Blanca, defiende su derecho a combatir las drogas y el terrorismo mediante esa alianza, pero para gobiernos como el de Bolivia, Ecuador y Venezuela el acuerdo es una amenaza a la seguridad regional.

Venezuela fue más allá de las críticas y congeló sus relaciones con el gobierno de Alvaro Uribe. El tema ha sido una puntada más en la crisis por la cual Colombia y Ecuador están sin vínculos diplomáticos desde marzo de 2008.

“Aquí no hay mediadores, la única forma de que esta situación vuelva a la calma es que desista Colombia de entregar su territorio a Estados Unidos”, dijo el presidente Hugo Chávez.

Uribe no asistirá a la cumbre de la Unasur. En cambio, realizó una gira por siete países sudamericanos para explicar el acuerdo con Estados Unidos, preocupado más por las reservas de Brasil antes que por la reacción de Chávez.

Así, la cumbre en Quito genera interés no tanto por el traspaso de la presidencia pro témpore de parte de Chile a Ecuador, sino por las eventuales declaraciones que podrían marcar el tono de la próxima reunión del Consejo de Defensa, donde se analizará el pacto entre Colombia y Estados Unidos.

Pero Quito no sólo será sede de la cumbre de la Unasur. También albergará la ceremonia de inicio del segundo mandato de Correa -ante 14 jefes de Estado de la región- y de los festejos por los 200 años de la independencia ecuatoriana de España.

De 46 años y con dos en el poder, Correa anticipó una radicalización de su “revolución” para esta nueva etapa, lo que según su gobierno implicará expropiación de tierras improductivas, inversión en los más pobres y una posición de fuerza frente a multinacionales petroleras.

A la par de la banda presidencial, recibirá las riendas del bloque sudamericano en medio de los cuestionamientos del gobierno colombiano, que consideró que bajo la conducción ecuatoriana la Unasur podría morir.

Brasil le pidió a Uribe garantías por acuerdo militar con EE.UU.

El presidente brasileño, Lula da Silva (der.), recibió a su homólogo colombiano, Álvaro Uribe (izq.), en el Centro Cultural Banco do Brasil de Brasilia. Uribe llegó a Brasilia en el marco de la gira regional que lleva a cabo para explicar el acuerdo militar que su país negocia con Estados Unidos. Brasil tiene objeciones a posibles bases norteamericanas por su cercanía con la preciada Amazonia.

Foto: AGENCIA EFE

/// EL DATO

Sustitución de importaciones

El gobierno venezolano está decidido a sustituir las millonarias importaciones de automóviles, carne o leche procedentes de Colombia debido a la nueva crisis en las relaciones, explicó el presidente Hugo Chávez, quien prevé reemplazarlas por productos de “amigos” como Brasil y Argentina.

“Vamos a sustituir todas estas importaciones. Es una responsabilidad. Porque en cualquier momento vienen los yanquis y dicen a Colombia: “No le manden más leche a Chávez’. Porque ahí van a mandar los yanquis, no va a mandar Colombia’”, declaró el mandatario.

El mandatario venezolano está decidido a sustituir en Argentina o Brasil las importaciones del país vecino, que sumaron 6.100 millones de dólares el año pasado.