Llegan cartas

Jubilados

José María Chartier.

DNI. 6.191.112.

Señores directores: Hace unos días leí en El Litoral que los señores legisladores se han aumentado el sueldo, sus dietas y viajes en este tiempo de crisis. Yo creo que ya tienen un gran sueldo sin necesidad de este aumento.

Estos legisladores, casi todos, deben ser los que levantaron la mano para el mísero aumento que nos dieron, y también para apropiarse de nuestro dinero. Si hay tanto dinero que están mal usando, ¿por qué no nos dan lo que nos corresponde?

Ese dinero nos pertenece a nosotros, es nuestro sudor; no es un impuesto. Nos están quitando nuestros derechos. El pueblo los eligió para bien del pueblo, no para intereses propios. En este país se está perdiendo la vergüenza, y cuando ésta se pierde, el valor humano queda relegado y desaparece la calidad personal. Tengo 83 años, nunca dejé de votar, hoy me digo ¡para qué! si después se votan su propio aumento y el viejo queda esperando la limosna. Yo cobro $ 823 por mes y ustedes ganan en un mes, lo que yo preciso un año. ¡Cuánta desigualdad! Menos mal que dicen pensar por el que menos tiene. Alguien dijo: “Mejor que decir, es hacer”.

Con mi queja no se va a solucionar el problema económico de los jubilados; pero uno se saca esa bronca de adentro. A todo esto yo lo tildo de “Dictadura Económica”.

Incomprensible

César D. Fontana.

DNI: 2.398.197.

Señores directores: En oportunidad de trasladarnos de Mendoza a Santa Fe, viajaba con nosotros un matrimonio alemán que estaba recorriendo el país. Ellos iban desde el sur hacia las Cataratas del Iguazú, y estaban acompañados por una señorita que se había hospedado en su casa, en Alemania, por un intercambio estudiantil. Entonces le pedí que les preguntara -ya que ellos no hablaban castellano- qué impresión tenían del país: contestaron que se sorprendían de que un país tan grande, tan lindo, tan rico tuviera tantos pobres. No comprendían esta situación.