Obras prioritarias que no se ven

En silencio, la Casa de la Cultura

comenzó a recobrar su esplendor

Con el millón de pesos que decidió entregar el gobierno provincial se comenzaron algunas tareas en el interior de la antigua casona. Los trabajos apuntan a dotarla de todos los servicios y comodidades respetando su calidad constructiva.

De la redacción de El Litoral

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Desde afuera todo parece igual. En la esquina de bulevar Gálvez y Güemes, la antigua casona identificada como Casa de la Cultura parece a punto de caer. Se la ve vieja y deteriorada, producto de décadas de mal uso y años de muy poca inversión.

Sin embargo, en su interior avanzan algunos trabajos específicos para “colocarla a la altura del siglo XXI”, definió Carlos Terpín, presidente de la Asociación Amigos.

Con su estructura ya apuntalada y firme, llegó el momento de ocuparse de “la piel” de la casona que guarda entre sus muros la historia del hijo del gobernador Luciano Leiva y del gobernador Rodolfo Lehmann.

Con el millón de pesos que en abril último se comprometió a entregar Hermes Binner, se encararán las tareas necesarias para dotarla de todos los servicios y comodidades: agua fría y caliente, gas natural, cloacas, electricidad, un sistema de aire acondicionado de última tecnología y otro de lucha contra incendios. “Son cosas que no se ven, pero le vamos a dar un gran empujón”, dijo Terpín.

Antigua y moderna

Al priorizar estos trabajos, “buscamos llevar el edificio a las necesidades del siglo XXI, manteniendo su calidad constructiva, su funcionalidad y respetando el edificio, pero incorporando la tecnología adecuada. No queremos cristalizarla en el tiempo”, explicó Terpín.

En la actualidad, “resulta impensado que un lugar como éste, con su escalera principal y pisos de madera, no tenga un adecuado sistema contra incendios. O un ascensor para que accedan los discapacitados -para lo cual ya está hecho el hueco- o que sólo disponga de un baño. Todo esto significa además de un proyecto, una serie de etapas que se van cumpliendo”.

Además, en esta instancia de intervención se restaurarán los techos de las mansardas de pizarras originales y el pináculo, los únicos trabajos que se observarán desde el exterior.

Quedarán para más adelante tareas “importantes y costosas”: la restauración de pisos, paredes y aberturas, y la reposición de materiales faltantes, entre otras. Pero eso será cuando esta etapa esté terminada y se consigan nuevos fondos económicos.

Prioridades

La comisión de Amigos planteó al gobierno provincial la necesidad de intervenir en etapas, partiendo desde el interior, aunque no se vean los avances. “Les dijimos que queremos hacer las cosas con seriedad y que no vamos a arreglar nada del exterior, para que lo vea el gran público, si antes no arreglamos el interior. Y ellos estuvieron de acuerdo”. De todos modos, la Dirección Provincial de Arquitectura e Ingeniería -Dipaes- es quien dispone y certifica que las obras que se llevan adelante sean las correctas.

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Por fuera la antigua casona ubicada en bulevar Gálvez y Güemes parece abandonada.

Foto: Néstor Gallegos

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Esta semana comenzaron trabajos en el interior para que la casona cuente con agua fría y caliente, gas natural, cloacas, electricidad, un sistema de aire acondicionado de última tecnología y otro de lucha contra incendios.

Foto: Néstor Gallegos

Moderno sistema de climatización

La Asociación Amigos de la Casa de la Cultura ha concretado con la empresa Prono Ingeniería SA la tarea de incorporar un novedoso sistema de climatización, primero y único en la región, como parte de los trabajos de recuperación y restauración del edificio.

La alianza internacional Carrier - Toshiba produce una gran innovación en la fabricación de equipos de aire acondicionado, priorizándose la utilización eficiente de la energía eléctrica e incorporando el uso de refrigerantes neutros para preservar el medio ambiente. De resultas del este joint venture, se dispone de un sistema de refrigeración y calefacción, de última generación, que permite el acondicionamiento del aire con una mínima intervención a la arquitectura original, indispensable para este edificio declarado Monumento Histórico y Cultural.

Este sistema, identificado como VRF (Flujo de Refrigerante Variable), produce un ahorro energético del orden del 30 % en relación con los sistemas tradicionales, debido a que sus modernos compresores con tecnología Inverter aplicada, pueden controlar los rangos de velocidad de rotación de sus motores, modificando de esta forma la capacidad frigorífica entregada, lo que hace variar el caudal de gas refrigerante por las cañerías, ajustando la capacidad entregada por el equipo a la requerida por las distintas habitaciones del edificio, según las necesidades térmicas del momento del día y del grado de ocupación. El compresor rotará a mayor número de revoluciones (RPM) cuando la capacidad de refrigeración/calefacción se incremente y disminuya las mismas para adecuar la capacidad en caso que la demanda baje. Es posible lograr de esta manera un ahorro de energía, mayor confort, alta potencia y preservación del medio ambiente.

Con este acuerdo entre la Asociación de Amigos y la empresa Prono Ingeniería, se incorpora al edificio de Bv. Gálvez 1274 un criterio moderno, al disponer un ámbito para la cultura con las condiciones de confort propias del siglo XXI.