PRESENTACIONES textos NICOLÁS LOYARTE / fotos pablo aguirre Y GENTILEZA producción ÚLTIMO DISCO

Un creador apasionado en París

El compositor argentino Gabriel Vallejo reside en Francia desde hace once años. Pasó por Santa Fe para difundir sus tangos fusionados. Un café, algunas palabras y la creación.

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PRESENTACIONES


Durante este viaje a nuestro país, Gabriel Vallejo realizó tres presentaciones. La primera fue en Rosario, el sábado 25 de julio, en La Muestra. La segunda en nuestra ciudad, el viernes 31 de julio, en El Solar de las Artes. Y la tercera en Buenos Aires, el 8 de agosto, en La Scala de San Telmo.

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Un humo denso al fondo, contra el amarillo del farol que espeja los adoquines, en la espesura de fuga.. Nace un fueye bajo la luna, aparece un contrabajo, el golpe del piano. Hay un tango neopiazzollano en la noche fría y húmeda, frente al Palomar. Nace desde el aparato de reproducción y avanza por un cable hacia los auriculares, tímpanos, cerebro. Se asocia a esta escena. El arte comunica, vuela.

Un breve intento de aproximación a la sensación que puede causar la música. Subjetiva, personalísima. Quizá sea la carta de presentación de lo que produce escuchar las composiciones de Gabriel Vallejo (37 años), este autor porteño que vivió en Santa Fe durante su juventud, algunos años antes de partir a su actual París, desde donde se eyecta a distintos costados del mundo, para hacer sonar sus tangos jazzeados, folkeados, fusionados.

Al escribir estas líneas suena de fondo “The Charismatic”, el último trabajo de Vallejo, grabado en su departamento-estudio de Barrio 18, al norte de París, muy cerca de Cacré Coeur, y difundido por Universal a los cuatro vientos. Contiene, por cierto, una “Suite Piazzolla”, en homenaje al maestro, con quien cosecha el honor de haber compartido la escuela de la maestra, Nadia Boulanger.

MÚSICO DEL MUNDO

Su historia dice que Vallejo nació en Capital Federal el 18 de diciembre de 1971. Que debido al trabajo docente de sus padres se crió en la Patagonia. Y que más tarde el mismo motivo lo trajo a nuestra ciudad, donde terminó el secundario en Inmaculada. Fueron años en los que sonaban en su hogar los primeros discos folklóricos y tangueros que lo marcarían para siempre.

Entonces regresó a Buenos Aires, estudió el Profesorado de Piano y se perfeccionó en Escritura y Contrapunto. Y en mayo de 1998 partió en forma definitiva hacia “la ciudad luz” y concluyó el ciclo de capacitación con estudios de Orquestación, Arreglos para Big Band y más tarde Perfeccionamiento en Piano, en Berlín. Hoy se considera “un músico del mundo” y recorre su arte en forma constante.

“A los 9 años empecé a guitarrear, con una guitarra que tenía mi mamá en un armario. A los 12 años descubrí el piano, por mi hermano, que quería tomar cursos de piano, y dije “yo también””, contó Vallejo durante una entrevista realizada en enero pasado por Jordi Batallé, en su programa “Cultura al día” de RFI (Radio France International)”. “En casa no había piano. A mi hermano le habían comprado un tecladito. Yo me entusiasmé con eso y así arrancó la cosa”, recordó. “En esa época me gustaba mucho Charly García y quería tocar como él (risas)”.

UN CAFÉ

En su paso por nuestra ciudad, Vallejo se acercó a La Calandra, el bar que late en el corazón del diario. Compartió un café y sus experiencias musicales.

- ¿Viniste de visita o a difundir tu trabajo?

- Hacía más de dos años que no venía. Tengo a mi familia acá y aproveché para crear puentes, mostrar lo que hago allá y crear una entidad musical acá. Vine por un mes para poder tocar, aunque con la epidemia se complicó. Ahora conseguí una fecha acá, otra en Rosario y el 8 de agosto en La Scala de San Telmo, en Buenos Aires.

- ¿Componés para piano?

- Hace dos años me hice construir una guitarra de diez cuerdas, como (Egberto) Gismonti, y empecé consagrarle tiempo a estudiar ello. Se debe a una búsqueda de colores nuevos. Antes tenía una mirada de pianista y ahora de compositor; uso el piano para mostrar lo que hago y ahora también uso esa guitarra. Compongo todo tipo de música. Allá estoy en el ambiente del tango, pero de a poco comencé a fusionar folklore, jazz, clásica. Me interesa mezclar los estilos. Ahora compongo tango contemporáneo.

- ¿Cuánto influyó en tu vida Piazzolla?

- Entré al tango por Piazzolla. Fue la puerta. Mi camino es no correr detrás de él. Me gusta Piazzolla como me gusta el Cuchi Leguizamón. Estudié en el conservatorio de Nadia Boulanger, que fue la maestra de Piazzolla, y amiga de Stravinsky, por ejemplo. Un maestro de allí me decía: “¿Para qué querés copiar a un compositor europeo, por qué no componés con tu cultura?”.

- Cuentan que palabras más, palabras menos, fue lo que le dijo Boulanger a Piazzolla, y Astor cambió el piano por el bandoneón.

- Es así. Uno escribe en estilo Stravinsky y no sirve. ¿Para qué seguir una tradición, un lenguaje de otra persona? Lo más interesante es explorar el propio lenguaje.

- ¿Por dónde pasa tu búsqueda?

- Me interesa explorar, mezclar la música erudita, entre comillas, con la música de raíz popular, y encontrar mi personalidad. Hace cinco años que estoy en esa búsqueda, fusionado el jazz con el folklore y la mal llamada música clásica. Rescato la idea de los grandes maestros: cruzar la música grande con la música de mi origen.

- ¿Cómo reacciona el público en Francia?

- Bien, porque es muy curioso de la música de otros lugares. Y les encanta el tango. Son abiertos a las mezclas de jazz con folklore y todo esto. Hoy me interesa más todo esto que el tango tradicional.

Mi prioridad es la composición aplicada a una búsqueda musical y no tanto a un instrumento. Por eso compuse para una orquesta de cuerdas. Tuve la suerte de que se interesaran por mi música y grabaron para Radio France una pieza en el Conservatorio Nacional de París, la escuela del sonido, y ese trabajo es quizá mi próximo disco. Toqué cosas en piano solo, en guitarra y en bandoneón; y con un quinteto de cuerdas.

- ¿Tus añoranzas son de Santa Fe o de Buenos Aires?

- Viví en Buenos Aires, en la Patagonia, en Santa Fe, después me fui a París y recorrí toda Europa, Estados Unidos, trabajé en un crucero. No me siento de un lugar. Cuando una viaja es de todos lados. Una vez me presenté como un músico del mundo, del planeta tierra (risas), porque es eso. Me siento así. Aunque culturalmente y musicalmente me identifico con las raíces folklóricas y con el tango. Es lo que más me toca el corazón.

- ¿Qué sensaciones te produce tocar en Santa Fe?

- La gente es más cálida aquí. Por eso me mueve venir a tocar acá. No toqué en Buenos Aires en los últimos doce años y me interesa también ir a tocar. Cuando vos fusionás una chacarera la gente lo reconoce y te lo demuestra, allá (en Francia) es más exótico, no hay una referencia detrás.

Cuando toco con músicos franceses ellos conocen nuestros ritmos pero no es lo mismo que tocar con músicos de acá.

La música navega por la red

- ¿Vos trabajás por Internet con músicos de acá?

- Sí. Hoy, gracias a la tecnología los músicos nos encontramos, nos conocemos y hasta ensayamos por Internet.

- ¿Ensayás por Internet?

- Sí, claro. Es algo impensado un tiempo atrás. Es más, he grabado un disco por Internet. Hace unos cinco años atrás hice ese disco junto a otro músico que vivía en el sur de Francia. Nos mandábamos los ficheros por Internet y hablábamos por teléfono. “Mirá, cambiá acá, hacé esto”, nos decíamos, y así componíamos. He trabajado con mucha gente de esa manera. Trabajos puntuales como por ejemplo mandarle el fichero a una cantante, ella le incluye la voz y me lo devuelve, yo los mezclo y se lo reenvío... te mandan un cheque (risas). He trabajado para gente que nunca he conocido, no les conozco la cara. Por ejemplo, uno de ellos le envió un texto, yo le puse música, y nunca nos vimos. Una productora de música infantil me pidió por Internet unos arreglos y lo hice.

- Te entusiasma esta modalidad de trabajo...

- Sí, trabajo mucho con las nuevas tecnologías, me metí a full con Internet, y paso muchas horas utilizándolo aplicado a la música. He grabado discos enteros de orquesta en los que gravé todos los instrumentos.

- ¿Cuál es tu proyecto futuro?

- Seguir componiendo, intentar que se conozca mi música en el mundo. La ventaja de estar allá todo es más accesible. Por ejemplo, yo tengo un cuarteto con músicos alemanes, ahora me voy a Noruega a encontrarme con un bandoneonista, después contacto muchas orquestas. Mi rol como compositor es que se expanda la música. Desde mi sitio en Internet se pueden bajar mis partituras. Está todo disponible.


 
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Conciertos en Europa

Gabriel Vallejo participó de diferentes agrupaciones en Bélgica, Alemania, Portugal, Australia y España, entre otros. Realizó conciertos en la Iglesia Saint Merri (París 1999), en el Théâtre de L’ile Saint-Louis (París 2002), en “L’Entrepot” (París 2003), el Théâtre de La Vieille Grille (París, 2004), Théâtre de l’Ermitage (París 2005), en la Maison d’Amerique Latine (París 2008), entre otros.

Su estilo abarca desde la música clásica al tango contemporáneo, con elementos del folklore argentino y el jazz. Compuso músicas para diversos ensambles: orquesta de cuerdas, Big-band jazz, cuarteto, tríos, y dúos.

También participó como pianista de jazz y music-hall en diversos cruceros por Europa, compuso músicas para cursos de danza clásica y contemporánea en piano solo. Y participó recientemente en un disco de R&B.

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ÚLTIMO DISCO


Gabriel Vallejo acaba de editar su tercer disco, “The Charismatic”, difundido por Universal y Divinitus 21, como parte de una colección de diez músicos de tango. “The Charismatic” tiene 14 composiciones del autor, entre las que se destacan Don Milongvinsky, Suite Piazzolla, y Sin señales. Se consigue en las principales disquerías.

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