No Te Va Gustar

Remando al borde del vacío

El pasado sábado, la banda uruguaya mostró ante su gente las canciones de “El camino más largo”, su último disco, y repasó varios de sus clásicos en un Anfiteatro colmado.

Ignacio Andrés Amarillo

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El pasado sábado, la agrupación uruguaya No Te Va Gustar volvió a la ciudad pasando a un escenario más grande que en shows anteriores, copando el Anfiteatro del Parque del Sur con muchos espectadores (y espectadoras, había que oír los alaridos).

Delante de un telón ilustrado con el dibujo de portada de “El camino más largo”, su último disco (la excusa del concierto y el material que venían a revalidar en vivo), Emiliano Brancciari y los suyos (Gonzalo Castex en percusión, Martín Gil en trompeta y coros, el hiperactivo Denis Ramos en trombón y coros, Mauricio Ortiz en saxo tenor y saxo barítono, Marcel Curuchet enteclados, Diego Bartaburu en batería y Guzmán Silveira en bajo) abrieron la noche con “El camino” y “Rata”. “Muchas gracias Santa Fe, buenas noches, gracias por haber venido”, fueron las palabras que anticiparon la llegada de “Ya entendí”, “En la cara” y “Como si estuviera”, con su sonido tanguero.

Amor inmortal

El frontman cambió luego su Gibson Les Paul por una 335 de tono claro, justamente para interpretar “Clara”: con su letra de amor interrumpido por la muerte, su ritmo candombero y sus coros murgueros, tal vez sea la canción más bella y uruguaya de Brancciari y compañía.

Enganchado a esto llegaría una versión reggae cool de “What a wonderful world”, que alguna vocecilla desprevenida vinculó con el sonido de Dancing Mood; no sería más que una introducción de “Verte reír”, uno de los hits de la banda, también enganchado a una miniversión de “Ala delta” de Divididos, tras lo que vendría “Esta plaga”.

“¿Baila Santa Fe?”, preguntó Emiliano, tras lo que vendría el ritmo casi bolichero de “Pensar”, una de las canciones más difundidas de NTVG. “Ahora vamos a interpretar una canción del último disco que se llama “Navegar’”, fueron las palabras que anunciaron la llegada de otro de los temas de “El camino más largo”.

“Gracias a los amigos que viajaron para venir a vernos, también. Vamos a tocar ahora una canción más vieja, bastante más vieja; tiene ocho años más o menos, se llama “Como brillaba tu alma’”, dijo el cantante, seguido por la gritería generalizada.

Más de dos

“¿La están pasando bien? nosotros también”, y el diálogo pasó al terreno musical con la interpretación de “Mirarte a los ojos” y “Mucho más feliz” con su sonido chamamecero (bombo incluido).

“Vamos a hacer ahora una canción que no íbamos a tocar”, anunció el vocalista, pero aclaró que debido a lo bien que se sentían la incorporaron: así fue el turno de “No necesito nada”, ovacionada por la multitud, tras la cual llegó “Te quiero más”.

—Al vacío, al vacío -coreaba el público.

—Dentro de un rato -dijo Emiliano, para luego interpretar “Niño”, con sus melodías futboleras casi al estilo de Skay Beilinson.

“Vamos a tocar otra canción del disco último, que hasta ahora no hemos mostrado mucho por la siguiente razón: cantó una mujer en los coros del final, y no tenemos mujeres arriba del escenario. Si las mujeres nos pueden ayudar a cantar esa parte, estaría buenísimo; y los hombres que quieran cantar pongan un poco de voz de mina y sale bien. Se llama ‘Que sean dos’”, fue el aviso, celebrado por los presentes.

Parte del alma

Una intertextualidad musical con Bob Marley anticipó la venida del mayor hit de la banda uruguaya: “Al vacío” llegó finalmente, tal vez temprano dentro de la lista de temas, generando la explosión de los presentes con su famoso estribillo emocional y pop al mismo de tiempo: “Que saltes al vacío y que no vuelvas nunca/ y que toda tu vida te mate la culpa de haberme robado una parte del alma/ y es lo que a vos te hace falta, alejarte de acá”.

Después de “Tan lejos”, llegaría el preaviso, porque el que avisa no es traidor: “Empezamos a retirarnos”, tras lo cual el redoblante y los vientos marcaron el inicio de “Tenés que saltar”, con un solo de teclado con sabor funk. Luego llegaría el descontrol de “Fuera de control” (otro hit), y una pasada breve por el “Himno de mi corazón” de los Abuelos de la Nada.

“Nos vamos, Santa Fe. Gracias por el cariño, gracias por cantar con nosotros. Volvemos cada vez con más ganas. Muchas gracias”, afirmó la voz cantante antes de cerrar con “No era cierto”.

El “hasta pronto”

Para los bises de rigor llegaron “De nada sirve” (con la voz de Mario Benedetti escuchándose hacia el final), “No hay dolor” y “Te voy a llevar”. Un corte energético en el escenario apresuró el cierre (que venía ahí, aclaremos); cuando volvió la energía, los músicos salieron a saludar al borde del abismo del foso, celebrando la cita con su público e iniciando la espera por el reencuentro.

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El frontman Emiliano Brancciari mantuvo un fluido diálogo con el público, que coreó todos los hits de NTVG. Foto: Pablo Aguirre