En Rafaela

Jornada de agroquímicos y salud

La organizó el Colegio de Ingenieros Agrónomos 1º Circunscripción con el objetivo de informar sobre los riesgos que conlleva el uso de productos fitosanitarios. Disertó la doctora Viviana Crapanzano.

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Preocupado por el impacto de los agroquímicos en la salud, tanto de los profesionales como de las personas vinculadas con la actividad agrícola, el Colegio de Ingenieros Agrónomos 1º Circunscripción de Santa Fe realizó una jornada sobre toxicología de los plaguicidas. El encuentro se realizó el miércoles 23 en las instalaciones de la Sociedad Rural de Rafaela y estuvo a cargo de la doctora Viviana Crapanzano, médica especialista en toxicología, integrante del Centro Nacional de Intoxicaciones y miembro del grupo de expertos en la materia del Senasa.

Alrededor de un centenar de profesionales de las ciencias agrarias participaron de la jornada, en la que se informó sobre los organismos oficiales encargados de vigilar las intoxicaciones por plaguicidas y los casos registrados. También se abordaron los efectos tóxicos sobre el hombre, las poblaciones expuestas, las distintas categorías de toxicidad y las consecuencias de la exposición crónica a estos productos.

Prevención y compromiso

Raúl Walker, integrante de la Comisión de Fitosanitarios del colegio, explicó que en ocasiones anteriores se abordó la incidencia de los agroquímicos en el medioambiente y ahora se enfocaron sobre la salud propia, de los productores y de las personas relacionadas (directa o indirectamente), ya sean operarios o habitantes de pueblos y ciudades próximas al ámbito rural.

“Nosotros, como ingenieros agrónomos debemos transmitirles, no sólo con con nuestro trabajo sino también con nuestras acciones, tranquilidad a la población de que controlamos estos productos para que su efecto sobre el ambiente o la gente sea el menor posible”, agregó Walker.

Respecto del accionar de algunas organizaciones ambientalistas, que bregan por la prohibición de algunos productos fitosanitarios (pero sobre todo del glifosato), el profesional comentó que, como entidad, adhieren a las recomendaciones de “seguir el principio de precaución” que marcan las principales organizaciones internacionales. La postura, aclaró, es “estudiar, investigar, ver qué efectos tienen y si es necesario prohibir algún producto prohibirlo”.

Nada es inocuo

Por su parte, la doctora Crapanzano advirtió que, para conocer el real impacto de los plaguicidas, “uno debe acceder a distintas fuentes de datos” que pueden ser el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Sinave), alguna base de datos de otro centro de toxicología o las investigaciones epidemiológicas aisladas que revistan el mayor rigor científico (aunque no podrían ser extrapolables al contexto general).

Por ahora, no son muchos los datos existentes porque “tenemos muchas fallas en lo que es el registro y la notificación de intoxicaciones”, se sinceró la especialista. Otra falla es que la mayoría de los centros de vigilancia están ubicados en las ciudades y “obviamente la casuística que podemos contarles tiene mucho que ver con el control de plagas urbanas”.

En el Centro Nacional de Intoxicaciones los últimos datos informatizados datan de 2006 y, por estar ubicado en un centro urbano, son muy pocas las consultas por intoxicación con agroquímicos. “Las que tuvimos están relacionadas con la exposición laboral y en general son de leves a moderadas”, detalló, tras lo cual puso el énfasis en que para arribar a una conclusión general se necesitan tener mayores datos de todo el país.

Puntualmente sobre el glifosato, Crapanzano relató que lo más común, en caso de intoxicación, son las manifestaciones irritativas, pero “la mayoría de los autores asumen que no es puntualmente el glifosato el responsable sino otras que componen el formulado”. De todos modos, aclaró que “inocuo no hay absolutamente nada”.

se abordaron los efectos tóxicos sobre el hombre, las poblaciones expuestas, y las distintas categorías de toxicidad.

Tome nota

La doctora Viviana Crapanzano explicó que toda sustancia es tóxica dependiendo de:

La dosis. Cantidad de producto que entró en contacto con la persona afectada.

El tipo de plaguicida. No son todos iguales, los hay más y menos tóxicos.

El tiempo de exposición. Las afecciones pueden ser por contactos circunstanciales o permanentes con una sustancia.

Vía de ingreso al organismo. Se puede aspirar, ingerir o ingresar por contacto.

Mecanismo de intoxicación. No todos afectan al organismo del mismo modo.

Condición clínica preexistente. Las personas con un estado de salud debilitado serán más propensas (y la intoxicación será más grave) que las sanas.

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Buena convocatoria. Aproximadamente un centenar de profesionales de la agronomía asistieron a la Sociedad Rural rafaelina.

Foto: Gentileza Revista Nuestro Agro

Desde hace algunos años el Colegio de Ingenieros Agrónomos, conjuntamente con la Dirección Provincial de Sanidad Vegetal, entidades del agro y cámaras de aplicadores, trabajaron para consensuar un proyecto de actualización de la ley de fitosanitarios que hoy se está tratando en la Cámara de Diputados de la provincia. En la Comisión de Medioambiente se dieron dos dictámenes por diferencias en la distancia mínima para pulverizar en cercanías a cascos urbanos y actualmente está siendo tratado en la Comisión de Agricultura.

Uno de los artículos de fondo modifica la regulación de los aplicadores. La ley vigente requiere que sólo se inscriban como pulverizadores quienes realizan trabajos para terceros pero no contempla a los productores, que en los últimos años adquirieron sus propias máquinas y ahora también tendrían que registrarse. Esto implicará que deban cumplir con el control anual para poder ser habilitados.

Otro de los puntos, sobre el que se concentró el debate, es el de la distancia mínima. Hoy la responsabilidad se delega en la comuna local para que establezca el límite. El nuevo proyecto indica que cuando eso no ocurra se tendría que respetar una distancia mínima que funcionaría como cordón de protección de los centros urbanos. “Después si la comuna lo quiere ampliar tendrá potestad para hacerlo”, indicó el ingeniero Raúl Walker.

En la Comisión de Medioambiente hubo un dictamen de mayoría para establecer esa distancia mínima en 300 metros desde la última calle que paga impuestos y otro en minoría que propone 100 metros.

Ley 11.273

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