Tentación de primavera

Tentación de primavera

La frutilla es la reina de esta temporada; nuestro chef, Pedro Elías, nos presenta una receta de mermelada para sacar lo mejor de su sabor.

Por Pedro Elías

 

La frutilla silvestre es originaria de Europa, concretamente de la región de los Alpes. El fresón, considerado una variedad de frutilla, proviene de dos especies americanas que se mezclaron a su llegada a Europa. En la Edad Media se le atribuyeron diversas propiedades terapéuticas contra las infecciones de garganta, fiebre y problemas renales. Parece que la fresa comenzó a ser cultivada en Francia en el siglo XV, y algo más tarde en España. Durante el siglo XIX se crearon numerosos híbridos, pero es en el siglo XX cuando se produce la explotación de la fresa a gran escala.

Las frutillas y los fresones son frutas muy poco energéticas cuyo principal componente, después del agua lo constituyen los hidratos de carbono (con una cantidad moderada alrededor del 5% de su peso), fundamentalmente fructosa y glucosa.

Son muy ricas en vitamina C (con un porcentaje incluso superior al que posee la naranja) y ácido fólico. Entre los minerales destacan el hierro, calcio y yodo, además del fósforo, magnesio y potasio. Son además, una buena fuente de fibra (1.63 gramos por 100 gramos de alimento).

Las frutillas contienen diversos ácidos orgánicos entre los que destacan el ácido cítrico, málico, oxálico, y también contienen pequeñas cantidades de ácido salicílico.

El color de la frutilla es debido a unos pigmentos vegetales (flavonoides) conocidos como antocianinas. Las antocianinas actúan como potentes antioxidantes (neutralizan los radicales libres). En este sentido, si tenemos en cuenta que el proceso oxidativo trae como consecuencia el depósito de colesterol en las arterias, y es responsable del envejecimiento y de ciertas mutaciones cancerígenas, se puede decir que las frutillas ejercen un efecto protector sobre la salud.

De hecho, las frutillas constituyen una de las frutas con mayor capacidad antioxidante, la cual no sólo deben a su contenido en antocianinas, sino a la presencia en su composición de cantidades importante de polifenoles (ácido elágico) y de vitamina C.

Gracias a su fibra, pigmentos y ácidos, la frutilla ejerce un efecto laxante, facilitando las funciones intestinales y evitando el estreñimiento. Además, al igual que otras frutas y hortalizas, su bajo aporte en sodio y su alto contenido en potasio hace que estén indicadas en personas con hipertensión arterial. Por su contenido en salicilatos deben evitarlas aquellas personas que presentan intolerancia a la aspirina (ácido acetil salicílico).

En algunas personas con ciertas patologías intestinales, el consumo de esta fruta puede desencadenar la aparición de urticaria o pequeñas erupciones rojas en la piel. Esto se debe a que las proteínas presentes en las frutillas pueden atravesar las paredes del intestino dañado, pasando a la sangre y provocando esta reacción.

MERMELADA DE FRUTILLAS

Colocar el agua y el azúcar al fuego. Cuando comience a hervir introducir las frutillas previamente lavadas y troceadas. Remover suavemente. Al reanudar la ebullición disminuir el calor para no deshacer demasiado la fruta. Espumar de vez en cuando y limpiar las paredes de la cacerola con una gasita húmeda. Dejar hervir durante unos 20 minutos hasta alcanzar un punto de almíbar liviano (cuando al introducir una cuchara de metal en el almíbar quede bañada por éste con una cierta adherencia). Retirar del fuego y envasar en frascos esterilizados.

ESTERILIZACIÓN DE LOS FRASCOS

Antes de hacer el dulce conviene contar con frascos esterilizados, se pueden usar frascos comprados o frascos de conservas ya consumidas. Si las tapas tienen un disco de cartón o de plástico (como los de mayonesa) retirarlos. Lavar bajo el chorro del agua de la canilla los frascos, tapas y arandelas. Colocar los frascos, tapas y arandelas en una olla grande. Apoyarlos parados y utilizar lienzos limpios para que al hervir no se choquen entre si y se rompan. Llenar la cacerola de agua a fin de cubrir todos los elementos a esterilizar. Poner la cacerola sobre fuego fuerte; a partir del hervor, contar media hora. Apagar el fuego y dejar enfriar los frascos en el agua. Escurrir los frascos boca a bajo sobre lienzos limpios y dejar reposar. Antes de envasar el dulce o mermelada, enjuagar con alcohol fino. Siempre debe intercalas entre la tapa y el contenido un disco doble o triple empapado en alcohol fino.

INGREDIENTES

2 kg. de frutillas

2 kg. de azúcar

1 taza de agua

en la mesada