De Amicis y sus crónicas en

los paisajes del Piemonte

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Fuerte de Fenestrelle, en el norte de Italia, al que De Amicis dedica uno de los textos de “A las puertas de Italia”

De la Redacción de El Litoral

Mencionar a Edmondo De Amicis (Liguria, Italia, 1846 - Bordighera, 1908) inevitablemente conduce a “Corazón”, un texto que conmovió a varias generaciones de lectores desde su aparición en 1886. En dos meses el libro superó las cuarenta reimpresiones y al año alcanzaba ya las doscientas, siendo traducida en el siglo XX a cuarenta lenguas. Estructurado como un diario escolar, “Corazón” contiene algunos cuentos inolvidables, entre ellos “De los Apeninos a los Andes”, un poderoso melodrama sobre el tema de la emigración italiana de finales del siglo XIX. Cuenta las peripecias de Marco, un chico de 13 años que emprende un viaje de Italia a la Argentina en busca de su madre. La mujer, acuciada por la miseria, se había visto obligada a marchar hacia Sudamérica para trabajar como sirvienta, dejando en Génova a su marido y a dos hijos. Al segundo año de la partida dejan de recibirse noticias suyas, y el hijo más chico decide partir tras sus huellas, en un estremecedor periplo. “El pequeño vigía lombardo” y “El pequeño escribiente florentino” son otros de los memorables cuentos incluidos en “Corazón”.

Pero De Amicis es también autor de otros textos dignos de atención, como “Sull’oceano” (“En el océano”, sobre la emigración italiana) o “L’idioma gentile” (“El gentil idioma”, sobre la lengua italiana y su evolución, la lectura y su importancia). Y de “Alle porte d’Italia”, de 1884, que compila una serie de artículos que conforman una radiografía histórico-geográfica del Piemonte.

“A las puertas de Italia” ha sido ahora traducido y publicado en castellano en una edición conjunta de la Regione Piemonte, el Instituto Italiano de Cultura y Ediciones del Copita, instituciones todas de Córdoba, en la versión del poeta Pablo Anadón. Como señala Gianni Oliva en el prefacio, “la obra de Edmondo De Amicis refleja, de una manera singular, su pasión romántica, su gusto por explorar entre los pliegues de la historia, sobre todo la del Piemonte, que con la unidad nacional se convirtió en la historia de toda Italia. Desde su observatorio privilegiado de Villa Maffei, sobre la colina de San Maurizio de Pinerolo, a los pies de los Alpes, la mirada del escritor se proyecta hacia Saluzzo, más allá “de la franja centelleante del Po’, hacia la Roca de Cavour, que “se eleva solitaria en el llano como un fragmento colosal de asteroide precipitado desde el cielo’, y hacia los bellos valles alpinos, solemnes y silvestres presencias junto a la vastedad de la llanura “sembrada de pueblitos’. La atracción por las “dentadas rutilantes cimas’, que se funde con el amor por la montaña, los castillos, el valor de trepar por las gradas del fuerte de Fenestrelle, impulsan al autor a soñar, a volver a evocar dentro de sí, por el placer de comunicarlas al lector, visiones de batallas y de estandartes al viento, en una adhesión plena de sentimental nostalgia por las sugerencias que le llegan del pasado y de sus “glorias muertas”’.

Basta cualquier fragmento, elegido casi al azar, para gozar del estilo certero y depurado del romántico De Amicis, y de esa simpatía hacia el lector que fluctúa desde lo alusivo a la irónico; un estilo que Pablo Anadón ha sabido trasladar con cuidado a nuestra lengua.

Así: “El señor Giovanni Battista Lombriasco, notario de Pinerolo, cristiano viejo, escaso de clientes y de fortuna, pero ordenado en sus negocios, honesto hasta la candidez, patriota de corazón, barnizado de latín, y todavía fuerte y florido aunque ya descendiera hacia la parte peor de los sesenta, se sentía en su gloria cuando podía mostrarse en el balcón de su pequeño barrio de plaza San Donato en compañía de Don Enrique de Benavides, noble catalán, cliente suyo. Y no se le pasaba siquiera por la cabeza que los maliciosos pudieran atribuirle la loca intención de convertir al cliente en yerno”.

El volumen se cierra con el autor que medita contemplando el paisaje al caer de la noche. “Pienso en estas montañas que han visto tantas cosas, en este rincón de Italia donde se ha sufrido tanto y tanto se ha luchado, y que yo querría hacer conocer y amar a todos...”. Ese deseo es el que lo impulsa a escribir un libro que se propone titular: “A las puertas de Italia”.

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Caricatura de Edmondo De Amicis.