EDITORIAL

Los desafíos que genera El Niño

Fueron años duros debido a la falta de lluvias. Las pérdidas se sumaron de a millones y la desesperanza caló profundamente en miles de productores agropecuarios que vieron impotentes cómo la sequía los golpeaba. Las arcas del Estado y la economía general de pueblos y ciudades sintieron con crudeza el coletazo.

 

Pero este período seco poco a poco llega a su fin. Los expertos coinciden en que a partir de este mes la tendencia comenzó a cambiar con la llegada del fenómeno de El Niño y, a partir de ahora, se plantearán nuevas amenazas y desafíos en ciudades y zonas rurales.

El gobierno provincial acaba de lanzar una advertencia que, si bien no llega al nivel de alerta, plantea la necesidad inmediata de poner en marcha medidas preventivas. Durante las próximas semanas se realizarán distintos encuentros con autoridades municipales y comunales con el fin de planificar acciones ante probables precipitaciones extraordinarias.

Estas reuniones se inician en Reconquista y luego se extenderán al resto de la provincia, sobre todo a poblaciones ubicadas en sectores críticos por su cercanía a los ríos. La actividad de los ríos Paraná y Salado está siendo monitoreada por el Servicio Meteorológico Nacional y el Instituto Nacional del Agua (INA). La experiencia de la ciudad de Santa Fe en 2003 hizo que las autoridades tomaran conciencia sobre la importancia de seguir día a día el comportamiento de estos cursos de agua.

Los pronósticos del INA indican que el 4 de octubre el nivel del Paraná en el Puerto santafesino será de 3,50 metros y que, cinco días después, llegará a los 3,75 metros. Un informe publicado recientemente por El Litoral plantea la perspectiva de que el río llegue a niveles aún más elevados, pero lejos de los 5,30 metros que Prefectura establece para determinar el estado de alerta o de los 5,70 metros establecidos para iniciar evacuaciones.

En la Capital, la Municipalidad viene trabajando desde hace tiempo en la limpieza de zanjones, desagües y reservóreos. Sin embargo, la conducta desaprensiva de muchos vecinos que utilizan estos sitios como verdaderos basurales alternativos suele convertirse en una trampa para los barrios ubicados en las zonas más bajas. Los mismos que en el pasado se quejaron por la falta de mantenimiento adecuado de estos lugares, suelen ser los que hoy provocan que el sistema no funcione de manera adecuada.

El estado de las defensas será especialmente importante. Durante los últimos meses se realizaron trabajos en este sentido, pero otra vez resultará clave el comportamiento ciudadano.

El gobierno adelantó que existe la posibilidad de que en áreas rurales sea necesario trasladar ganado a zonas altas, por lo que será imprescindible una correcta planificación preventiva.

Pero más allá de las medidas que se adopten, seguramente las lluvias excesivas provocarán perjuicios inevitables. Lo importante será actuar de manera tal que el impacto pueda atemperarse o mitigarse.