De padres alcohólicos, hijos en riesgo

La herencia juega un rol clave en problemas de alcoholismo. Los chicos pueden caer en la adicción, mientras entre los adultos los factores más graves son el estrés, la ansiedad, las frustraciones, la imposibilidad de tomar decisiones, la angustia y la depresión.

FUENTE PRO SALUD NEWS / FOTO EL LITORAL

Un equipo de profesionales del Centro para el Estudio del Alcoholismo y Otras Adicciones de la Universidad de Brown, en Estados Unidos, publicó un estudio a través del cual -luego de entrevistar a 293 mujeres y 115 varones asistentes a diversos centros educativos- hallaron que los adolescentes que poseen una historia familiar relacionada con la adicción a bebidas alcohólicas, y aquellos con padres bebedores, presentan mayores probabilidades de desarrollar esa misma dependencia en el futuro, que sus compañeros sin antecedentes.

En la misma línea, una investigación publicada en el año 2008 en la revista especializada Alcoholism: Clinical & Experimental Research, concluyó que los padres bebedores tienen problemas a la hora de establecer rutinas, pautas, horarios y reglas de convivencia para educar a los hijos, situación que provoca descontrol, falta de ejemplos y una marcada acefalía en los hogares.

“Estos son sólo dos de las muchas circunstancias en las cuales queda claro que cuando se trata de conductas nocivas, la influencia de los padres sobre los hijos es determinante. Las adicciones, como el alcoholismo, no escapan a la regla”, afirmaron los investigadores de Brown.

“Mientras la mayoría de los jóvenes estudiantes tienden a ‘madurar’ el hábito de consumir bebidas alcohólicas a medida que pasan los años, algunos otros desarrollan desórdenes relacionados con este hábito mucho antes, principalmente debido a la presencia de antecedentes familiares, sobre todo si son los progenitores y puntualmente los padres las personas cercanas que acarrean problemas de este tipo”, añadieron los científicos estadounidenses.

El doctor Eduardo Kalina, médico psiquiatra, master y especialista en adicciones, reflexionó: “En líneas generales, las conductas de los padres -las negativas pero también las positivas-, así como también los hábitos, marcan a los hijos e influyen en determinados estilos de vida. Sin embargo, hay que realizar distinciones, pues cada persona es diferente y los motivos o factores que intervienen en la adhesión a determinada conducta nociva son distintos”.

Características de la adicción

“El alcoholismo es una enfermedad para toda la vida. Esto implica que cuando una persona desea abandonar la adicción debe comprometerse diariamente y para siempre”, sostuvo el doctor Marcos Suffriti, jefe del servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Austral.

“Pero más allá de eso es importante distinguir diversas etapas o momentos. El primero es el uso, que implica un consumo moderado y esporádico; el segundo es el abuso, que sugiere un consumo excesivo; y el tercero es la dependencia, cuando la ingesta se vuelve un hábito continuo y en cantidades crecientes, debido a la tolerancia y a la abstinencia del alcohol”, detalló Suffritti.

“Todos estas instancias deben ser diferenciadas y detectadas precozmente para concientizar a la persona y a su familia; pero también pensando en la posibilidad comenzar un tratamiento adecuado y de esa forma evitar las consecuencias nocivas de la enfermedad”, agregó el especialista.

Perfiles y causas

Las causas del alcoholismo son diversas. Muchos especialistas remarcan que el alcoholismo tiene una importante carga genética. Sin embargo, dejando a un lado la cuestión hereditaria biológica, el sólo hecho de tener padres alcohólicos en casa aumentaría la predisposición de los hijos a padecer la misma enfermedad.

Por otra parte, a lo largo de la vida suceden hechos que pueden conducir a una persona a estados depresivos o de tristeza que favorecen la adhesión a conductas nocivas. “En los adultos, el estrés, la ansiedad, la angustia, la incertidumbre y las frustraciones son algunos de los factores que confluyen para el desarrollo del alcoholismo; mientras que en los más jóvenes, suele estar más relacionado con la necesidad o el deseo de ser aceptado por sus pares”, dijo Suffriti.

“Cualquiera sea la causa, lo fundamental es pedir ayuda a tiempo, aunque esto en muchos casos no sucede porque podríamos decir que es casi la regla que las personas que padecen adicción al alcohol no piden ayuda a un especialista por iniciativa propia, sino recién cuando sus familiares los exhortan a iniciar un tratamiento, debido a las consecuencias familiares, laborales y afectivas que trae aparejado el alcoholismo”, concluyó.

+datos Para sospechar

Hay conductas que permiten detectar el problema:

- Beber para enfrentar los problemas y a escondidas.

- Búsqueda de excusas para beber.

- Negación del consumo en exceso y enojo al ser cuestionado.

- Comportamiento y adaptación social no coherentes con niveles previos o esperados.

- Síntomas somáticos persistentes sin causa aparente.

- Temblor en las manos.

- Úlceras y gastritis que no responden al tratamiento.