Organizada por la Defensoría del Pueblo

Trata de personas, tema

de taller en una escuela

La jornada se realizó en la escuela Nº 1109 -de barrio Yapeyú-, a la que asisten chicos de condición humilde que integran una población vulnerable al accionar de las redes de captación de menores. Educación y prevención, herramientas clave para enfrentar el flagelo.

Trata de personas, tema de taller en una escuela
 

De la redacción de El Litoral

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La trata de personas -modalidad delictiva de captación de personas con fines de explotación laboral o esclavitud sexual, mediante engaño o coerción- es un flagelo que se expande en forma preocupante. Los grupos sociales vulnerables son aquellos de menores recursos, y los preadolescentes ocupan la franja etaria de mayor riesgo. El abordaje y tratamiento de esta problemática fue motivo de una jornada educativa de concientización y prevención, realizada por la escuela Nº 1109 Hipólito Yrigoyen, bajo la coordinación de la Defensoría del Pueblo de Santa Fe.

Al establecimiento primario oficial -ubicado en barrio Yapeyú- concurren chicos de condición humilde, por cuanto integran una población considerada vulnerable a la modalidad delictiva de la trata. “Atendiendo a esto, la jornada tuvo una naturaleza educativa pero, muy especialmente, preventiva. Logramos que participen cerca de 300 alumnos de 5to., 6to. y 7mo. grado, y no sólo eso: se mostraron muy interesados en aprender”, explicaron a El Litoral la Dra. María del Carmen Carranza (de la Defensoría) y la directora de la escuela, Analía Hossenlopp.

Modalidad

¿Cómo trabajar sobre una problemática tan compleja y delicada con chicos del nivel primario? La modalidad de trabajo trató de ser dinámica. Se realizaron talleres en las aulas donde se interactuó con los chicos, y se insistió en lo que realmente importa saber del tema (qué es la trata, cuáles son sus alcances y consecuencias, cómo cuidarse de los “reclutadores” de personas, etc.). Además, se proyectó un video.

“Quisimos generar en los chicos una “visualización’ directa y efectista de la problemática. Porque de lo contrario el asunto se banaliza, se dispersa y a los chicos no les queda nada”, explicó Carranza. “Ellos están familiarizados con el tema, porque la viven de cerca a diario en el contexto del barrio, muchas veces hostil”, aportó Sonia Richard, una de las docentes que trabajó en la realización de la jornada.

Preocupante expansión

Hay un factor que agrava el flagelo de la trata: el descenso en la edad de la población en mayor riesgo. “La vulnerabilidad se evidencia en últimos grados de la primaria, no ya en el secundario donde los adolescentes tienen una idea más o menos formada de cómo cuidarse. Por eso son tan importantes estas jornadas con chicos de 12 ó 13 años”, subrayó Carranza.

“La población de esta escuela -como la de otras en la ciudad- es vulnerable al flagelo de la trata por varios factores: la franja etaria (niños y preadolescentes), la zona geográfica y la procedencia humilde de los alumnos -dijo la especialista-. Pero esto no quiere decir que en las clases medias no operen redes de trata. Allí también el delito aparece con otras formas y técnicas de captación (a las chicas se les ofrecen “trabajos” como modelo, o promesas de fama en la tele, etc.)”.

También emerge el riesgo cuando falta la figura de autoridad materno-paternal: “Al sentir la indiferencia de los padres, los chicos y chicas quedan más expuestos a la posibilidad de caer bajo alguna red de captación”, explicó la abogada, y concluyó: “Estas jornadas escolares son muy positivas porque no sólo instalan la problemática, sino que permiten difundir acciones preventivas”.

Los alumnos de la escuela Nº 1109 abordaron el flagelo de la trata de personas mediante distintas actividades: produjeron carteles informativos y participaron de talleres.

Foto: Néstor Gallegos

La prevención en el aula

Una joven docente explicaba con soltura y didáctica el complejo flagelo de la trata de personas a chicos de 12 ó 13 años. “Todos tenemos el derecho a ser libres. Sabemos que hay personas malvadas que captan a chicas para prostituirlas. ¿Qué debemos hacer? Cuidarnos, siempre cuidarnos”, repetía.

La repetición buscaba el entendimiento, pero también la internalización de un sentido: el sentido del respeto por la propia vida. Los chicos escuchaban atentamente las afirmaciones de las docentes. Participaban, intervenían, estaban inquietos, y eso era un buen síntoma: la metodología de taller en clase logró el efecto buscado.

En la entrada de la escuela había carteles hechos por los propios alumnos. Mostraban recortes de diarios con noticias de chicas desaparecidas, avisos clasificados “sospechosos” subrayados con fibrones y frases explicativas: “La trata es un negocio lucrativo, un delito, una violación de los derechos humanos. Una forma de esclavitud sexual y laboral”, se leía. Los alumnos se acercaban a observar, preguntaban, se involucraban. Pese a todo, la institución escolar sigue siendo el espacio de la educación -y, consecuentemente, de la prevención- por excelencia.

1,5 millón

de niños y adolescentes

se convierten cada año en víctimas de trata, según las estimaciones de Unicef.

Trabajo sostenido

El Centro de Asistencia a la Víctima de la Defensoría del Pueblo está trabajando desde 2007 sobre la trata de personas, en el marco de un amplio programa de concientización y prevención sobre diversas problemáticas sociales (violencia familiar y de género, violencia escolar, etc.). Coordinaron la jornada en la escuela Nº 1109 la Dra. María del Carmen Carranza, y las licenciadas Norma Castro, Virginia Cruz y Natalia Vila.

/// EL DATO