Muerte en las calles

Mientras Cáceres lucha por su vida, la opinión pública debate una vez más el tema de la seguridad mientras las autoridades políticas intentan salir del paso a través de frases de circunstancias o, como en el caso de la provincia de Buenos Aires, proponiendo reformas jurídicas. Es como si recién ahora tomaran nota de que se está ante uno de los temas centrales de la agenda pública nacional.

Cuidado con la paranoia

La proliferación de hechos desgraciados satura la realidad mundial. Entonces no es extraño que las malas noticias predominen y creen una atmósfera de pesimismo que termina por influir en nuestra salud mental. Porque las malas noticias son utilizadas como propulsoras del rating. Y no es que no respondan a la realidad, sino que concitan fácilmente la atención de un público que se siente amenazado o morbosamente experimenta un placer masoquista en asistir a la destrucción.

Llegar al gobierno no es apropiarse del Estado

Nuestro país parece un barco a la deriva en el océano crispado de la desunión y el faccionalismo. No contamos con la brújula de un proyecto nacional compartido que ponga en marcha nuestro enorme potencial. Tampoco disponemos de un marco institucional que facilite la negociación de nuestras diferencias para integrarlas en un proyecto superador que nos permita progresar.

La rebelión de los hacendados del sur

El 29 de octubre de 1839 un grupo de estancieros del sur de la provincia de Buenos Aires se reúne en la localidad de Dolores y lanza una proclama contra el orden rosista. “Viva la libertad. Abajo el tirano Rosas” escriben los rebeldes. Entre los estancieros se destacan Pedro Castelli, hijo del prócer, y el francés Ambrosio Cramer.