El hombre que se hizo a la idea

El hombre que se hizo a la idea

El arte pop llegó al país con su ícono. 170 obras de Andy Warhol se exponen hasta el 22 de febrero de 2010 en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba): 26 pinturas, 58 grabados, 39 fotografías, 2 instalaciones y 44 películas.

TEXTOS SOL LAURÍA / fotos gentileza malba © 2009 Andy Warhol Foundation for the Visual Arts/ARS, NY/SAVA, Buenos Aires.

Tal vez Andy Warhol supo que se terminaría pareciendo a la idea que tenían de él, indefectiblemente, y que podía construir esa idea. No sería él, sí su símbolo.

Se apretaba los granos, se ponía una de sus tantas pelucas y tomada su polaroid para conquistar la primera promesa de inmortalidad. Con la segunda, presumía, le iría mejor: usaba su técnica de pintura y serigrafía y, entonces sí, la inmortalidad fue un hecho.

Warhol se copió a sí mismo muchas veces. Y ahí está ahora, sarcasmo fijo, en una de las paredes del Malba, como él quería que lo recordaran, en una exposición que no se puede dejar de ver.

No, no es lindo. Pero con él, el packaging se reinventa. En él, el arte purifica y trasciende.

Buscaba esa belleza que se le negaba casi tanto como la fama. Poseerla era la realización mayor, un súmmum más allá de cualquier súmmum imaginable. Después de todo, la belleza es una forma de rehuir al paso del tiempo, y también a la muerte. Y si hay algo que quería era estar, permanecer.

“Hago pinturas de mí mismo para recordarme que todavía estoy aquí”, mintió, como siempre, en una declaración.

El rey del arte pop nunca hablaba en serio, ni siquiera de arte. El arte le servía para la construcción fantástica del yo. Un ícono sin ningún sustento real. Perpetuarse mediante la creación y volverse él mismo una obra de arte.

-¿Quiere ser un gran artista?

-No, quiero ser famoso, respondió Warhol.

-¿Y quién es usted?

-Preferiría seguir siendo un misterio

Nunca quiso dar por terminado el asunto de quién era. Tampoco quería pasar desapercibido. Que lo vean, sin entender. Que lo miren, sin ver. Estar en los márgenes.

Sí es cierto que tenía un deseo patológico de ser una estrella. Se rodeó de figuras como John Lennon, Elizabeth Taylor o Truman Capote. No habló de quién era en realidad. De su pasado como inmigrante, su infancia enferma, su condición homosexual.

Se mostraba tan contradictorio como la cultura estadounidense de post guerra que representó como nadie: vanguardia y farándula, elitismo e igualdad, integración y marginalidad.

Quién es Warhol era el interrogante que le repetían los periodistas y entrevistadores deseosos de ser ellos los poseedores de la respuesta más buscada. Huidizo, esquivaba: “Si quieres saberlo todo sobre Andy Warhol, sólo tienes que mirar la superficie: en la superficie de mis pinturas, de mis películas, de mí mismo, es ahí donde estoy. No hay nada detrás”.

¿Y qué en la superficie? Los 15 minutos de fama. Una imagen, varias. Luz, cámara, acción.

EL EMBRIÓN DE LA FANTASÍA

La fantasía llegó con varios fantasmas. Un padre ausente (murió cuando el tenia 14 años), una madre dominante, Julia, con la que vivió toda la vida y dos hermanos mayores machistas, que muy poco entenderían su inclinación homosexual. Y él, que venia del fango, se soñaba estrella. Pop star, para decirlo con el término justo.

Tuvo dos aportes de la Gran Depresión que empujó a la familia a la humildad: el dinero escaseaba y en la mesa se servían todo el tiempo las latas de sopa Campbell. Muchos años después, fue un gran negociante en el negocio, ganó millones y gastó céntimos, y justamente fue la sopa la que contribuyó con eso.

Alimentó, también, las ansias de ser parte de ese mundo de estrellas que se la pasaba viendo por televisión. Les escribió cartas a muchas de ellas. Una vez le mando una a Shirley Temple, fascinado por sus andanzas en Pobre Niña Rica. Ella le mandó una foto suya autografiada, que más adelante le serviría como inspiración para los retratos serigráficos.

PARECER, ESA ES LA CUESTIÓN

Al principio no le fue nada bien. Dibujante exquisito, su impronta gay explotó en una serie de serigrafías que a nadie le llamó la atención, y hasta a los artistas gays de la época le parecieron demasiado gays.

Fue en los “50 cuando intentó circular dibujos homoeróticos. No hubo caso. Las galerías le cerraban la puerta en la cara y Warhol, que quería vivir de su arte incomprendido, desembarcó en la publicidad en Nueva York. Ahí sí la pegó. No tanto, íntimamente, por los billetes que supo reunir, sino porque tomó conciencia de la importancia del packagingà Y se vio a sí mismo como un producto.

Y reinventó sus productos. Más que como el ideal de deseo masculino, puso a Troy Donahue, Warren Beatty, Elvis Presley y Marlon Brandon como la representación del papel que interpretaban en el ideario social. El fuera de la ley, el criminal, el motoquero.

O el que todos quieren ser. A esa la tenía clara: “Si ves por la calle a una persona que se parece a tu fantasía adolescente, es probable que no sea tu fantasía adolescente, sino alguien que tenía tu misma fantasía y en vez de hacerla realidad decidió parecérsele y entonces fue a una tienda y se compró el look que les gusta a los dos. Así que olvídalo. Piensa cuántos James Dean hay por ahí y en lo que eso significa”.

EL DANDY COOL

Para los ‘60, Warhol ya había conseguido hacer de él mismo una marca registrada. No era la imagen del loco, al estilo Dalí. Tampoco el perturbado, como Van Gogh. Lo de Warhol era un dandismo cool.

No respondía en las entrevistas y se cuenta que una vez le pagó a un actor para que fuese por él a una gira de charlas en universidades y a otro al mismo tiempo para que fuera a las fiestas haciéndose pasar por él. Todo para que la gente creyera que podía estar en todos lados.

Había entendido cuál era el papel que mejor le cuadraba en el imperio del American way of life.

-¿Creés en el sueño americano? le preguntó Glenn O’Brien

-No creo, pero creo que podemos ganar dinero con él contestó Mr. América.

Y lo hizo. Toda su historia, desde las Campbell y las fantasías infantiles, los lugares comunes y los íconos sociales, el inteligente estratego del arte, el cineasta y el dibujante, el montador, el creador, pueden verse hasta febrero en Capital Federal.

Marilyn Monroe, Jacqueline Kennedy y Mao, la serie de imágenes de sopas Campbell, las de la “Pequeña silla eléctrica” y sus autorretratos travestido. 44 películas y una selección de sus screen tests. De yapa, una instalación a la que hay que animársele.

En todas ellas, el poder, el sexo, la fama y la muerte, con una “sutileza profunda”, como dijo Philip Larrat-Smith, el curador, en la presentación de la muestra. Y también, detrás de ella, “se esconde el sueño americano que describió”.

Ahí el drama y la muerte, cruzando a esas estrellas mitológicas que permanecen en el cúmulo social con un caudal desorbitante de juventud. Ahí Marilyn y Kennedy, poniendo su cuota de tragedia al sueño americano.

Por eso el director del Museo Andy Warhol, Thomas Sokolowski, dijo en el Malba que, sin duda, si el rey del arte pop hubiese visitado la Argentina habría aquí un retrato de Evita firmado por Warhol. Por popular, por la fama, la juventud y la belleza, y, sobre todo, por la tragedia. Por el mito.

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arriba: Vote McGovern / Self-portrait in Drag / Most Wanted Men No. 12 Frank B. / Uncle Sam . Abajo: Cow Wallpaper (Yellow on Blue). Abajo a la izquierda: Marilyn Monroe (Marilyn). Marilyn Monroe TM is a trademake of Marilyn Monroe LLC.

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MR. AMERICA SAYS

- “Todos tienen su propia idea de los Estados Unidos de América, y entonces lo que tienen son pedazos de un país imaginario que creen que existe pero después no encuentran ahí afuera”.

- “Me fascinan los muchachos que se pasan la vida queriendo ser mujeres de pies a cabeza, porque tienen que trabajar muy duro para librarse de todos los rasgos masculinos evidentes y adoptar todos los femeninos. Parecer lo opuesto a lo que eras por naturaleza para luego ser la imitación de una mujer que en realidad era solo una fantasía es un trabajo muy duro”.

- “Lo que es genial de este país es que América ha iniciado una tradición en la que los consumidores más ricos compran esencialmente las mismas cosas que los más pobres. Puedes estar viendo la tele y ver la Coca-Cola, y sabes que el Presidente bebe Coca-Cola, Liz Taylor bebe Coca-Cola, y piensas que tú también puedes beber Coca-Cola. Una cola es una cola, y ningún dinero del mundo puede hacer que encuentres una cola mejor que la que está bebiéndose el mendigo de la esquina”.

- “Hacer dinero es arte, y el trabajo es arte, y un buen negocio es el mejor arte”.

- “Amo Los Ángeles. Amo Hollywood. Son tan hermosos. Todo es plástico, pero amo el plástico. Quiero ser plástico”.

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Campbell’s Soup II: Hot Dog Bean. Trademarks, Campell Soup Company. All rights reserved.

En el Malba

170 obras de Andy Warhol se exponen hasta el 22 de febrero de 2010 en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires: 26 pinturas, 58 grabados, 39 fotografías, 2 instalaciones y 44 películas. Las visitas guiadas son los miércoles, jueves y viernes a las 17 horas, y los domingos a las 18. La Fundación Constantini preparó charlas, presentaciones y cursos de arte y literatura sobre el artista y el pop art.

En las vacaciones habrá actividades para chicos y sus familias, que incluirán visitas participativas y talleres de arte vinculados a las imágenes y técnicas desarrolladas por Warhol. También durante enero habrá un ciclo especial de cine.

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Mao.

+ información

museo de arte latinoamericano de buenos aires

www.malba.org.ar

WARHOL BASICO

Andrew Wahola nació en Pittsburg, Pennsylvania, el 6 de agosto de 1928. Al momento de su muerte, 22 de febrero de 1987, había tenido mucho más que “15 minutos de fama”, como Andy Warhol.

Fue el menor de los tres hijos del matrimonio entre Andrij Warhola y Ulja, inmigrantes de clase obrera, originarios de Eslovaquia.

Estudió “arte comercial” en la escuela de Bellas Artes del Instituto Técnico de Carnegie de Pittsburgh. En 1949 se mudó a Nueva York y comenzó una exitosa carrera como ilustrador profesional en revistas y publicidad.

Después revolucionó el arte con su innovación de combinar fotografía y pintura, técnica en la que fue pionero.

Tras superar varias negativas, finalmente el 9 de julio de 1962 tuvo su primera exposición en la Ferus Gallery de Los Ángeles.

En esa época, en coincidencia con su reproducción de los íconos más representativos de la cultura americana (Marilyn Monroe, Elizabeth Taylor, Coca Cola y las latas Sopa Campbell), funda La Fábrica (The Factory), su estudio y el ineludible punto de reunión de la vanguardia neoyorquina. Allí sufrió un atentado de una fanática feminista, en 1968.

Artista genérico, adquirió notoriedad mundial por su trabajo en el cine de vanguardia (más de 60 películas) y la literatura. También pasó por la música, creó la revista Interview, todavía vigente, y publicó “La filosofía de Andy Warhol” (1975). Además de varias experimentaciones, como la edición de sonido, performances y la “Cápsula del tiempo”, cajas de cartón en las que él quería rescatar para la historia objetos de su entorno cotidiano (llegó a reunir 600).

Warhol legó todos sus bienes a miembros de su familia, con el fin de crear una fundación dedicada al “avance de las artes visuales”. En 1987 se constituyó la Fundación Andy Warhol para las Artes Visuales.

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Self-portrait.