Ganadería, esa porfiada fe

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Unidos. Parte del grupo ganadero que compartió con Campolitoral el esfuerzo y el espíritu necesarios para mantenerse en la actividad ganadera.

fotos: federico aguer

Este grupo de pequeños productores que comparte el amor por las vacas, gracias a la fortaleza de la unión, mejora la rentabilidad del negocio en plena zona agrícola. Apuntan a aumentar la escala para negociar mejor su producción,.

 

Federico Aguer

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Donde hay alfalfa puede haber soja”, le dice a Campolitoral el Méd. Vet. Armando Mandrilli, referente del grupo ganadero 12.01. Sin embargo, en este coqueto lote de Campo Andino, un vistoso plantel de vacas y terneros Braford pasta -boyero mediante- en medio de una alfalfa inmejorable.

Es uno de los campos del grupo, uno de los tantos que coordina el Ministerio de la Producción, los que continúan aferrados al ideal ganadero en medio del crecimiento de la agricultura.

El grupo 12.01 se inició hace 4 años. “La idea era juntar a un grupo de productores para trabajar en conjunto, estudiar las fortalezas de cada productor y trabajar sobre las debilidades de cada uno, para lo cual contamos desde el origen con el apoyo del Ministerio de la Producción, ya que los coordinadores de cada grupo nos estamos capacitando y transmitiendo a los grupos esa capacitación”, continúa Mandrilli.

El grupo está conformado por 10 productores, 2 de Campo Andino, 3 de Nelson, 3 de Laguna Paiva, y 2 del resto de la región; la mayoría son criadores y uno es invernador. “Estamos trabajando en la posibilidad de lograr una comercialización en conjunto, ya que son productores chicos, como para obtener precios razonables, por eso nos juntamos para lograr más volumen y mejores precios”, se ilusiona.

Una de las características de estos grupos es que el productor, al abrir la tranquera, está abriendo su trabajo a las críticas de los que vienen y al aporte de los otros. Y debe estar abierto a realizar los cambios sugeridos. “Después de cada recorrida, nos reunimos y analizamos lo que vimos, resaltando las fortalezas y corrigiendo las debilidades. Este productor quiere mostrar el avance genético que ha logrado. Incluso tenemos uno que inscribió cabaña Braford para evitar cometer los mismos errores”, dice Mandrilli.

Mejoras de manejo

Hernán Oroño, titular del establecimiento de Campo Andino, le contó a Campolitoral que cuentan con 50 hectáreas propias, de las cuales un 60 % se destina a agricultura, y alquilan unas 60 hectáreas de cañada. El manejo es el siguiente: a la vaca se la trae al lote para que tenga la cría, se deja al ternero sobre estas pasturas y luego se lo lleva al campo natural, se lo desteta a los 4 meses con 120 kg., se los trae a este campo en donde se les da ración y se los echa a pastorear a las alfalfas, hasta los 230 kg. donde se venden con destino a invernada.

Para Oroño, uno de los objetivos planteados al ingresar al grupo fue mejorar la genética, a través de la Inseminación artificial. Luego, “con la integración gradual al grupo aprendimos que debíamos mejorar la relación de carne por hectárea, y de esa manera lograr mayor rédito”, admitió.

Es que uno se encariña con los animales, y “creemos que la ganadería va a repuntar, ya que es una actividad más estable que la agricultura, que no depende del clima, nosotros hace dos años que no trillamos nada, son los animales los que salvaron nuestra ecuación, no la agricultura”, confiesa.

Los Oroño cuentan con 70 madres, habiendo logrado un porcentaje de preñez del 80 % gracias al destete anticipado, “antes de ingresar al grupo no conformábamos con menos del 70. Además echamos toros al rodeo e inseminamos un lote especial de vacas. Los coordinadores del grupo nos convencieron que se podía cambiar para mejor, a ellos y al INTA les debemos las respuestas que buscábamos, gracias a lo cual aprendimos mucho sobre pasturas y manejo”, continúa entusiasmado.

Finalmente, admite que les costó aprender a manejarse en grupo, a brindar toda la información, pero es ahí cuando empieza a funcionar el grupo. “Aprendimos a no cometer los mismos errores y a aferrarnos a nuestras fortalezas. La capacitación es fundamental, hay gente dispuesta a hacerlo, el trabajo en grupo sirve de mucho y la ganadería algún día va a repuntar”, se ilusiona.

El cabañero

Elvio Schneider empezó de grande en la ganadería como actividad accesoria. “Mi padre era maestro rural, y hace un tiempo me largué a con un pequeño emprendimiento agropecuario a la cría del Braford; una raza muy noble, carnicera y adaptada a la región. Fui agrandando el rodeo y me uní a la Asociación Bradford Argentina”, confiesa.

El último ganadero en integrarse al grupo admite que quiere mejorar en calidad a través del trabajo en grupo. “Todos los miembros del grupo están inseminando, esforzándose en hacer pasturas, pero todos tienen otra actividad alternativa”, se encarga de aclarar.

Para este docente, que sabe de lo que habla, la ganadería requiere gente que sepa y atienda el tema, pero alguien tiene que hacerlo, porque la demanda de carne seguirá firme y alguien tiene que producir la carne para abastecer a los mercados demandantes. “Este grupo se caracteriza por su inquietud, por sus ganas de mejorar. Nos reunimos mensualmente y compartimos experiencias y capacitación. En el futuro queremos potenciar la idea del trabajo de grupo, comprar y vender en conjunto porque la oferta está atomizada. Estamos todo el tiempo con una mano en hacer las cosas bien y con la otra tratando de aumentar la rentabilidad. Aquí nos toca competir cada día con la agricultura y eso lo complica, pero nos divertimos bastante”, confiesa con una sonrisa.

Este año, van a inseminar con algunos toros australianos y con el “Norberto” de Cabaña La Pelada. El estacionamiento de celo es otro tema y el uso sistemático del pasto también. “Ahora se entendió que hay que boyerear y fraccionar el terreno, no se puede dejar a las vacas abandonadas, las vacas solas no pueden hacer nada, hay que darles lo que necesitan”, finalizó.

La idea que los aglutina la resume el veterinario que los asesora. “Nosotros estamos en una zona agrícola, y donde hay alfalfa puede haber soja, pero este productor como todos los integrantes del grupo apostó por la ganadería y ellos están atrás de esos pasos”. Una porfiada fe basada en las vacas, el modelo asociativo y el agregado de valor.

Grupo Ganadero 12.01

Los integrantes

El grupo está integrado por Elvio Schneider, Hernán Oroño, Antonio Capella, Carlos Bauzá, Mauricio Perín, René Alzugaray, José Lanzo, Manuel Suárez, Sergio Bournissent y Hugo Martínez, y está coordinado por Armando Mandrilli. Son productores de Campo Andino, Nelson, Laguna Paiva y zona).

/// el dato

Según Schneider, el error más común es “cargarse” de hacienda, y después no poder alimentarla. “En mi cabaña no cometimos el error de tener demasiada hacienda. Parece que en verano el pasto sobra, pero en invierno falta. La genética entra por la boca, por eso la importancia de una buena alimentación que le permita expresar el potencial genético al animal”, dice.

Para el grupo, la comercialización en conjunto para compra o venta es un tema pendiente. El otro objetivo es que aquellos que no alcanzaron este nivel sepan que está a su alcance, que no es costoso, que es fácil implementarlo y que pueden lograr un mayor volumen ganando en calidad.

/// en relación

Cuestión de escala

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“Aprendimos a no cometer los mismos errores y a aferrarnos a nuestras fortalezas. La capacitación es fundamental, hay gente dispuesta a hacerlo, el trabajo en grupo sirve de mucho y la ganadería algún día va a repuntar”

Hernán oroño

Productor

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“Estamos trabajando en la posibilidad de lograr una comercialización en conjunto, ya que son productores chicos, como para obtener precios razonables, por eso nos juntamos para lograr más volumen y mejores precios”

armando Mandrilli

Coordinador

/// el dato /// en relación