Carta a los jueces

Von Wernich: el juicio final

 

DyN

El cura Christian von Wernich, quien cumple prisión perpetua por crímenes de la última dictadura militar, les advirtió a los jueces de la Argentina que serán sometidos al “juicio final” porque “no son eternos” y los instó a reparar “el daño causado a prisioneros que enviaron a condenar por ideología, odio o revanchismo”.

“Señores magistrados: tengan la certeza absoluta que, tarde o temprano, se les pedirá cuenta de sus injustas y/o políticas sentencias”, les advirtió en una carta desde la cárcel de Marcos Paz, en la que esquivó aludir a las causas judiciales que pesan en su contra.

Von Wernich fue condenado a prisión perpetua por su vinculación con 7 homicidios y más de 70 privaciones ilegales de la libertad, entre ellos la del fallecido periodista Jacobo Timerman, director del diario La Opinión.

El cura, que se desempeñó bajo la órbita del ex jefe de la Policía Bonaerense Ramón Camps, concurría asiduamente a algunos de los centros clandestinos del circuito y se entrevistaba con los detenidos ilegales para convencerlos de que colaboraran en los interrogatorios, según relataron testigos en los juicios.

Su caso fue el único de un miembro de la Iglesia juzgado por delitos de lesa humanidad en la Argentina. Con su nombre y la rúbrica “preso político” al pie, Von Wernich escribió una “carta abierta” dedicada a los jueces que dictan sentencias ilícitas en todas sus instancias en la que transcribió citas de la Biblia, la Torah y el Corán y dice, por ejemplo “yo te juzgo por tu propias palabras mal servidor” (San Lucas).

“Muchos miembros del Poder Judicial que hoy violan sistemáticamente la Constitución, los Pactos Internacionales, los Derechos Humanos y la ley, al final de su juramento han sostenido que Dios y la Patria me lo demanden si no cumplieran con la ley en sus sentencias”, escribió “Otros -añade- han jurado por sus ideologías, que es muy grave pues esa ideología está influenciada desde el gobierno de turno y oprimen al inocente con sentencias políticas y no basadas en la ley”.

1.jpg

El capellán. Foto: Archivo