Pasaron 55 años...

1954 y ese inolvidable equipo de Santa Fe campeón en Cadetes

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El “Húngaro” Crespi, un verdadero símbolo y emblema del básquetbol local, integrante de aquel famoso equipo de la categoría Cadetes de hace 55 años.

Foto: Alejandro Villar

Con el “Nene” Carrizo, el “Húngaro” Crespi y Carlitos Brignone como emblemas, un recordado equipo que ganó en forma invicta el Argentino.

 

Tomás Rodríguez

(Especial para El Litoral)

En una notable labor, en 1954, el seleccionado representativo de la Federación Santafesina se adjudicó en forma brillante la primera edición del Campeonato Argentino de Básquetbol de la categoría Cadetes, disputada en la capital del segundo estado argentino, en forma invicta, tanto en la ronda clasificatoria como en la decisiva, con figuras que con el correr de los años se erigirían en jugadores de singular valía.

El mago

Hace 55 años apareció una figura brillante en el firmamento del baloncesto lugareño, de la provincia y del país, llenando con su calidad indiscutida, sus fintas, la celebración de jugadas de notable brillantez y la magia que partía de sus manos, esperándose que en cualquier momento apareciera la genialidad o la paloma que de pronto salía del sombrero.

Ricardo A. Crespi, el “Húngaro” para el mundo del baloncesto o “Coco” para sus amigos, surgido de la emblemática cantera de notables jugadores de Gimnasia y Esgrima, cuya edificación en las categorías promocionales estaba a cargo del inolvidable maestro Luciano Franchini.

Crespi ratificó toda su calidad debido a su espíritu solidario, sencillez, humildad y hombría de bien, siendo el conductor de Santa Fe y el mejor jugador del torneo.

Gran actuación

Santa Fe tuvo una actuación espectacular imponiéndose en todas las presentaciones, venciendo claramente a Entre Ríos, Mendoza, Chaco, La Rioja y Capital Federal, respectivamente.

En el equipo titular actuaban Rubén Petrali (Leña y Leña de Rosario), Miguel Carrizo (Regatas Santa Fe), el “Húngaro” Crespi, Miguel Chacón (Leña y Leña de Rosario) y Carlos Brignone (Sporting).

En el banco de posibles relevos, que actuaron en los distintos encuentros, figuraban el tucumano radicado en Santa Fe, Julio César Ponce Aragón (Gimnasia y Esgrima), Conrado Diez Rodríguez (República del Oeste) y Carlos Fantini (Rivadavia Juniors) de Santa Fe, y Néstor Rodríguez, Carlos Candio y Oscar Dogliotti de Rosario.

Un equipo moderno

Santa Fe era un equipo demasiado moderno, adelantado en el tiempo, con las enseñanzas del inolvidable Raúl C. Calvo, quien instrumentara el sistema “fast-break”, lo observó en los Juegos Olímpicos de Londres en 1948, con rompimiento rápido, juego preciso, relámpago y efectivo en el contraataque, con llegada debajo del tablero de cristal, que se instauró por primera vez en el país.

Resultó muy importante el aporte de los rosarinos Miguel Chacón, con su envío desde afuera y el eficiente defensor Rubén Petrali. Por otra parte, debe destacarse la labor del “Nene” Carrizo (Regatas Santa Fe y Rivadavia Juniors), quien se apoderaba de los rebotes en ambos tableros. Y además, surgió otro joven valor: Carlitos Brignone (de la escuela de Sporting, cuya desaparecida cancha estaba en Avda. Facundo Zuviría y Pedro Ferré), cuya especialidad era el “jump-shot”, donde también se destacaron Angel “Negro” Cabrera y Carlos Pividori.

El subcampeón, Entre Ríos mostró como sus mejores exponentes a Homero Echandi, Oscar Etchart, Reinaldo Narcotti y Raúl Princip, superando a todos sus ocasionales contrincantes, con excepción del campeón, Santa Fe.

Se había observado un singular crecimiento en el baloncesto cuyano por intermedio de Mendoza, con la base de Andes Talleres, tras padecer temporadas de intrascendencia. Las principales figuras resultaron ser Juan Coria (Andes Talleres), Arturo Cacciamani (Atenas), la efectividad de Cecilio “Toro” González (Arizu) y Luis Armendáriz (Andes Talleres).

En Presidente Perón (Chaco) el mejor valor, sin lugar a dudas, resultó Jorge Guinea, un hombre con notable fortaleza, rubio, que actuaba como centro, el defensor Roberto Valussi, Julio Semino y un pibe que sería su figura en los años posteriores y que fue admirado en todo el país, defendiendo la camiseta blanca con la franja verde: Carlos Lutringer (Villa General San Martín), el armador de juego (luego jugó 12 Campeonatos Argentinos), quien poseía una aceptable media distancia.

Resultó una gran frustración para la gente y verdadero fracaso la campaña de Capital Federal al perder en todas sus presentaciones, a pesar de contar en sus filas con basquetbolístas de buen nivel como su estrella, Ricardo Darío Alix (Gimnasia y Esgrima de Villa del Parque), el jugador más joven que llegó a la selección nacional de mayores, a los 17 años, ocho meses y 20 días. También actuaron Eduardo Closas, Leonidas Chaer, Carlos Rubio y Cecilio González. Se trataba de un equipo que desplegaba un juego muy antiguo, lento, con hombres altos y pesados, dirigidos por el recordado Jorge Eduardo Borau.

Choques decisivos

En la jornada final, el quinteto santafesino humilló al conjunto porteño notoriamente inferior al campeón, por 70 a 47, tras un parcial favorable a la formación donde históricamente surgieron valores de notable jerarquía que llenaron de orgullo al baloncesto argentino, por 25 a 17.

Al batir a Presidente Perón (Chaco) con un ajustado 38 a 33, definido en los últimos instantes, el seleccionado de Entre Ríos se aseguró el subcampeonato, luego de desarrollar un juego ordenado y prolijo a lo largo de la competencia que lo tuvo como uno de los principales animadores.

Un emblema viviente

Hoy Ricardo Crespi, el referente de una generación que le dio mucho al básquetbol local, provincial y nacional, es el presidente del club de sus amores como lo es Gimnasia y Esgrima. La institución mensana se encuentra con una economía saneada y a full con todos sus deportes.

En una de sus principales actividades, el básquetbol, fue protagonistas en la temporada que está a punto de culminar en sus distintas divisiones como por ejemplo Primera división que se coronara subcampeón y, actualmente está jugando la instancia final en la categoría Sub 19.

Pero al popular “Húngaro” no solamente se lo ve en el básquetbol, también asiste a los torneo de pelota a paleta, tenis criollo, natación, etc., es que fiel a sus principios apoya al deporte en general porque sigue considerando que la práctica del mismo es una de las formas para integrar a las personas.

Época de popularidad

En la década del ‘50 del siglo pasado, en época en que el deporte contaba con un absoluto apoyo oficial, el básquetbol local estaba en una etapa de pleno desarrollo y crecimiento, donde existían 32 entidades que participaban en los principales certámenes y en las categorías promocionales de la Asociación Santafesina de Básquetbol.

No solamente actuaban equipos locales sino que también participaban entidades vinculadas con los trabajadores del riel de la línea del Ferro Carril General Belgrano de las localidades de Laguna Paiva (todavía no era ciudad) y de Monte Vera, además del club Huracán de San Javier, en la Ruta Provincial Nº 1 “Teófilo Madrejón”.

Asimismo, el baloncesto femenino había calado hondo en esta disciplina, siendo practicado por distintas entidades y disputándose varios clásicos de envergadura, como Gimnasia y Esgrima y Kimberley.

En el norte, eran apasionantes los enfrentamientos entre Sporting (azulgrana)-Wenceslao Escalante (blanquiverdes), por el orgullo del barrio de Fomento 9 de Julio.

Lo propio ocurría con Sporting-Unión y Trabajo, un clásico muy especial por la calidad de sus jugadoras, casi siempre con una multitud siguiendo las acciones, y Central Guadalupe-Unión y Trabajo, por el honor y el orgullo interbarrial entre los clásicos equipos de Villa María Selva y del corazón de Guadalupe.