Cuando “Bogart” pudo ser “Reagan”

¿“El padrino” sin Brando? ¿“Rocky” sin Stallone? ¿“Indiana Jones” sin Harrison Ford? Hay varios casos en la historia del cine en que personajes hoy inimaginables con otro rostro que el de determinado actor, pudieron haber sido interpretados por otros. Una auténtica galería de curiosidades.

TEXTOS. JUAN IGNACIO NOVAK. ILUSTRACIÓN. LUCAS CEJAS. FOTOS. EL LITORAL

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tom selleck pudo ser indiana jones pero declinó la oferta.

¿Osaría cualquier cinéfilo que se precie concebir “Casablanca” sin el cínico romanticismo desplegado por Humphrey Bogart? ¿O cualquiera de las cuatro aventuras de Indiana Jones sin el carisma de Harrison Ford? Seguramente no. Sin embargo, la historia y sus avatares podrían haberlo admitido: antes del rodaje de la primera, se barajó la posibilidad de que ¡Ronald Reagan! interprete a Rick Blaine. Y George Lucas, productor de la segunda, se mantuvo empeñado -hasta pocos días de arrancar la filmación de “En busca del arca perdida” en 1981- en que sea Tom Selleck (el de bigotes en “Tres hombres y un bebé”) el encargado de interpretar al aventurado arqueólogo.

Desde los inicios del cine hay numerosas películas que alcanzaron el rango de clásicos por contar con determinadas actuaciones fuera de serie, que marcaron hitos en papeles hoy famosos. Pero que, por diversas razones, pudieron haber sido interpretados por otros actores, con lo cual el destino de los filmes hubiese sido otro completamente diferente.

A fines de la década del 30’ el megalómano productor de cine David O’Zelznick había comprado los derechos de la famosa novela épica de Margaret Mitchell “Lo que el viento se llevó” para filmar la que sería una de las más grandes superproducciones de la historia. Antes de iniciar el rodaje, la escritora sugirió que Basil Rathbone era el actor ideal para interpretar al protagonista de la historia, Reth Buttler. O’Zelznick, poco acostumbrado a ceder, se mantuvo firme en su elección. Y Clark Gable accedió al papel que lo llevaría a lo más alto del star system de la época, y lo convertiría en uno de los actores más icónicos de la historia del cine.

Otro filme, hoy un clásico, donde tras diversas opciones se decidió por una que trocó al trabajo en mito fue “El Padrino”. Sin menospreciar -ni mucho menos- la mano maestra de Francis Ford Coppola, a esta altura es incontestable que un buen porcentaje de su fama se debe a las actuaciones, sobre todo a aquella inconmensurable de Marlon Brando al interpretar al jefe mafioso Vito Corleone. Sin embargo, hubo otros actores que fueron sopesados previamente para interpretar a este personaje, entre ellos John Marley, que finalmente interpretó al magnate del cine Waltz en el mítico filme. Pero llegó Brando, con voz susurrante, andar cansino y mirada triste, y cautivó a todos.

Uno de los casos arquetípicos de un personaje que debió pasar por numerosas idas y vueltas hasta que apareció el actor ideal para encarnarlo fue Gandhi. Desde que se decidió a dirigir la vida del líder espiritual hindú, el director Richard Attenborough (para los que no lo ubican, es el viejito millonario que inventa Jurassic Park en el filme homónimo de Steven Spielberg) luchó durante casi dos décadas para llevar adelante el proyecto de acuerdo a sus ideas. En ese lapso, numerosos actores fueron tanteados para interpretar al “Mahatma”. La lista es impresionante, e incluye nombres como Dustin Hoffman, Robert De Niro y Alec Guinness. Finalmente, cuando el rodaje arrancó a principios de los 80’, el inolvidable papel recayó en un por entonces desconocido llamado Ben Kingsley, quien logró tal verosimilitud que no sólo se llevó un premio Oscar, sino que los lugareños de uno de los escenarios de India donde se filmó llegaron a verlo como la reencarnación de Ghandi.

CAMBIO DE PLANES

Existieron también muchos casos de papeles pensados y diagramados específicamente para un determinado actor, pero que después -por esas cosas de la vida- pasaron a manos de otro que aprovechó a conciencia sus potencialidades. Por ejemplo, el personaje de Vincent Vega en la legendaria “Pulp Fiction” (que aquí se llamó “Tiempos violentos”) había nacido en la mente del director Quentin Tarantino con el rostro de Michael Madsen, que ya lo había acompañado en su debut con “Perros de la calle”. Pero problemas de agenda impidieron a Madsen embarcarse en el proyecto y ahí se coló otro actor que por entonces venía en franca decadencia tras algunos efímeros éxitos: John Travolta. Y el impasible Vincent Vega, que compuso el otrora galán de sábados por la noche, no sólo permanece como uno de los mejores personajes de los 90’, sino que a la vez tuvo la virtud de reencauzar su carrera.

Un caso parecido fue el del personaje que interpretó Sharon Stone en “Casino”, a las órdenes de Martin Scorsese, y con Robert De Niro y Joe Pesci como destacados compañeros de elenco. Es que el director, junto al guionista Nicholas Pileggi, habían dibujado al personaje en principio pensando en la cantante y también actriz Madonna.

Y, cuando el jugoso rol de la prostituta Ginger cayó en sus manos, la rubia Stone dio rienda suelta a sus bajos instintos y los orientó a una actuación desmesurada que la postuló al Oscar por Mejor Actriz de 1995, galardón que finalmente quedó en manos de Susan Sarandon por su participación en “Mientras estés conmigo”.

En 1951 se rodó uno de los clásicos del cine de ciencia ficción -que hace poco tuvo una floja remake con Keanu Reeves- llamado “El día que paralizaron la Tierra”. En ella un extraterrestre llamado Klaatu llega a nuestro planeta a bordo de una nave espacial, acompañado por un robot gigante, y deja a los humanos un mensaje antibélico. Para interpretar al mensajero estelar, los impulsores del proyecto pretendían a Claude Rains (el mismo que interpretara al capitán Renault en “Casablanca”), pero éste no tuvo oportunidad de sumarse por otros compromisos. Y en su lugar se utilizó al actor Michael Rennie, quien con sus regulares facciones otorgó un aura de paz y tranquilidad muy efectiva para las características del personaje. Tan lograda fue su interpretación que Rennie es hoy conocido casi exclusivamente por este papel.

LOS QUE RECHAZARON

Hubo a la vez muchos casos de grandes figuras que, alegando las razones más diversas, rechazaron papeles que brindaron a otros notables oportunidades para convertirse en estrellas. Un ejemplo que posiblemente no sea tan conocido, aunque sí sus resultados, fue la decisión de Bela Lugosi de no encarnar al monstruo de Frankenstein en la película homónima dirigida a principios de los 30’ por James Whale.

El actor húngaro -que venía de brillar por su papel del Conde Drácula- desechó el personaje ofrecido por considerar que carecía del sex appeal que pretendía dar a sus trabajos. Y el elegido fue Boris Karloff, que se convirtió a partir de este papel en la otra cara famosa de las películas de terror de la década del 30’.

También es sabido que el canal para que Humphrey Bogart se convierta en una de las figuras más conocidas de Hollywood, se lo brindó, involuntariamente, otro genial intérprete, habituado a los papeles de hombres recios: George Raft. En 1941, cuando se rodó “Alta sierra”, Raft no pudo (o no quiso) actuar, y el director Raoul Walsh optó por Bogart -por entonces en tímido ascenso- para ocupar el rol protagónico. Y este fue para “Boogie” el comienzo de una seguidilla de películas geniales que lo consolidaron en el cine americano: “El halcón maltés”, “Casablanca”, “Tener y no tener”, “Al filo del abismo” y “El tesoro de Sierra Madre”.

Un caso similar, pero bajo circunstancias diferentes, fue el de Edward G. Robinson y “El planeta de los simios”. Tras hacer las pruebas con los complejos disfraces y el abultado maquillaje, el entonces veterano actor desistió del papel que le habían ofrecido -uno de los más importantes del filme-, por temor a que su ya deteriorada salud sufra aún más por el esfuerzo. Así, el papel del Dr. Zaius fue para Maurice Evans, quien compuso un personaje memorable.

Los nombrados hasta aquí son sólo unos pocos y aislados casos de lo que pudo haber sido, pero hubo otros tantos. Anjelica Huston pudo haber reemplazado a Kathy Bates para torturar a James Cann en “Misery”; Jack Nicholson pudo ser el autista Raymond que finalmente interpretó Dustin Hoffmann en el “Rain Man” de 1988 y Meg Ryan estuvo cerca de seducir a Richard Gere en “Mujer bonita”. Pero siempre el destino intervino, inexorable, para poner las cosas en su lugar. Los cinéfilos, agradecidos.

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el líder de los stones quizo protagonizar el famoso film de 1971, pero el director se negó.

LA NARANJA MECÁNICA

En el año 1971, el por entonces ascendente Stanley Kubrick se decidió a trasladar a la pantalla grande la demoledora visión del futuro que el escritor A. Burgess había delineado casi una década antes en su novela “La naranja mecánica”. La trama del libro, traspolada casi idéntica al celuloide, tiene como escenario a un Londres preñado de violencia, donde un joven llamado Alex ejerce “un poco de la vieja ultraviolencia” junto a su grupo de pandilleros. Tras un asesinato involuntario, es encarcelado y sometido a un tratamiento para apagar sus reflejos criminales a través del condicionamiento. Atraído quizás por la fuerza y el enorme potencial de la novela, el cantante Mick Jagger tuvo la intención de interpretar en la película al personaje central, Alexander De Large, y pretendió que los integrantes de su banda, The Rolling Stones, encarnen a su pandilla. El líder del mítico grupo ya había hecho sus primeras armas en el cine en 1970, al protagonizar junto a James Fox y Anita Pallemberg el extraño thriller “Performance”, bajo las órdenes de Nicholas Roeg. Sin embargo, el director Stanley Kubrick, ya embarcado en el proyecto, se negó a aceptar esta opción en beneficio de Malcolm McDowell, quien se lució en este personaje dejándolo entre los mejores villanos de la historia del cine.

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STALlONE, INAMOVIBLE

A mediados de la década del 70’, Sylvester Stallone presentó el guión de “Rocky”. Los productores vieron su potencial y pensaron en James Caan para encarnar al semental italiano. Sin embargo, el actor se mantuvo firme y logró reservarse el protagónico, que lo convirtió en estrella.

DOUGLAS EN TRAFFIC

Cuando leyó por primera vez el guión de “Traffic”, dirigida en 2000 por Steven Soderbergh, Michael Douglas se negó de primera mano a participar en el proyecto. Sin embargo, más tarde, cuando su personaje del funcionario que debe afrontar una crítica situación familiar se amplió, el actor finalmente aceptó la propuesta.

TOM PARA MAGUIRE

Una de las mejores comedias de los años 90’ fue “Jerry Maguire”, una ácida mirada sobre el mundo de los negocios, a cargo de Cameron Crowe. Gran parte de su éxito obedeció a la enorme química desplegada por la pareja protagónica: Tom Cruise y Renée Zellweger. Sin embargo, antes de Cruise, otro Tom estuvo entre los postulantes para el papel, pero éste de apellido Hanks.

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