Llegan cartas

Sueño y pienso, luego escribo

Clary Miroznik German

Señores directores: Algunos pueden abrir las alas pero son incapaces de volar. Despleguemos las alas del potencial argentino. La razón dicta, los necios dan los banquetes, los astutos los disfrutan, los egoístas buscan consagrarse a sus propios intereses, apartándose del bien publico. No mal explotemos a nuestro país. ¿Es que nos falta madurez política e institucional? Cantemos a un país que va a renacer.

En el poder cada hombre responsable puede considerarse como un bienhechor y cada derrochador puede ser juzgado como enemigo público, una sana cultura de la mente da la energía moral necesaria para quitar angustias y desilusiones, en este país poco respetuoso de las normas.

Necesitamos crear conciencia; estamos de acuerdo con los que expresan que cuando se haya pescado el último pez, destruido el último árbol y envenenado el último río, nos daremos cuenta de que el dinero no es comestible. ¡Qué espectáculo indignante el de la ignorancia, el de la indigencia y la pobreza de enormes masas sociales! Hoy el hombre es un enjambre de nervios, riesgos, presiones, problemas laborales y estúpidos conflictos familiares que llevan a la pérdida de calidad de vida, al aislamiento social y a más nervios aún. Hoy cuesta creer que el hombre activo, tenaz, luchador, osado, competitivo ha dado paso al ansioso, irritable, pesimista y con dificultades para conciliar la vida en esta nueva época de barbarie pura, donde matan para robar y quedan familias muertas en vida.

Pompas, riquezas, títulos, dignidades ¿qué tanto son que los hombres sudan y se afanan por alcanzarlas? Aplausos, sonrisas, aprobaciones, alabanzas, ¿qué tanto son que los hombres necesitan esas demostraciones? Cuidado con aquellos que son incapaces de comprender a la sociedad; hay que vivir con el riesgo de la estrategia del aguante, hay que ser cauto y prudente, en vez de trabajar más, trabajar mejor. Hacer el bien se está transformando en nostalgia, optimistas y pesimistas debatirán sobre un próximo año incierto, una parte de la sociedad perdió la sensibilidad y otra mezcla lo correcto con lo incorrecto, difamación, obscenidad, infamia.

La base del nuevo aprendizaje es ordenar la mente y poner claridad, creemos ser expertos en hallar soluciones a los problemas del mundo y no sabemos manejar los personales. El hombre sabiamente patriota no debe abstenerse de participar en el gobierno pues es un delito renunciar a ser útil a los ciudadanos necesitados y es una cobardía ceder el paso a los indignos. En la situación de hoy no hay que aprender a comer sino que hay que aprender a dejar de comer. Soñando un mundo mejor, bienvenidos al 2010, bienvenidos a un mundo esperanzado con el idioma del amor.