Carta


Siempre

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Por Marta Rodil

¡Vivan los novios!

Los he visto sostenerse el uno al otro

como el tutor que le permite a una plantita

seguir en pie en los momentos de mayor debilidad.

Los he visto discutir, convenir, mimarse o rechazarse

pero empeñados en descubrir juntos la vida

como en la aventura más exótica

o en el rincón más íntimo y humilde del hogar.

Los he visto arrojando luz sobre la oscuridad del otro

como una linterna en los miedos de la noche.

Eso es amor.

Pero necesitaron decirse la palabra

siempre.

Pronunciarla ante los seres más queridos.

Jurarlo y prometerlo ante testigos,

firmarlo y reafirmarlo ante la ley y ante la autoridad.

Eso significa la palabra

compromiso.

Y los he visto en estos días,

emocionados y ansiosos,

como ocurre en toda ceremonia de iniciación o ritual,

en este caso el compromiso de dos almas

que apuestan a esa palabra

siempre,

para perdonar o mirarse los defectos con ternura,

para cuidarse las espaldas

en la entrega y la confianza total.

Vendrán, sin duda, tiempos de vino y rosas,

de espina y temporal

y habrá que apostar a vencer,

a no dar gusto al fracaso,

eso es vivir.

Y, así como hay un sitio propio

en la cama de todas las noches,

respetar el lugar de cada uno

en la vida de todos los días,

para que siga ocurriendo ese milagro

que significa la palabra

amar.

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