La política se judicializa

Jugando a la ruleta rusa

La crisis política e institucional abierta a raíz de la “rebelión” en el Banco Central, es también una oportunidad para negociar un nuevo punto de partida. El rol del gobierno y de la oposición tras el DNU.

Sergio Serrichio

CMI

La Argentina asiste a un grave conflicto institucional. No está en claro quién es el presidente del Banco Central ni cómo terminará lo que es ya un conflicto de poderes. La Justicia tiene en sus manos cuestiones que debería resolver la política.

Es fácil, pero incompleto, culpar al kirchnerismo, que confunde su voluntad con la ley. También tiene que ver la flojera de una oposición que no reaccionó adecuadamente a la tropelía que gatilló el conflicto: el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 2010, publicado el 15 de diciembre pasado y por el cual el gobierno creó el mentiroso “Fondo del Bicentenario para el desendeudamiento y la estabilidad”.

Las varias e inconsistentes explicaciones kirchneristas sobre ese Fondo que no desendeuda ni estabiliza dejaron en claro que el gobierno quiere el dinero no ya para garantizar o pagar deuda, sino para afrontar elementales cuestiones de funcionamiento del Estado, incluidos los millonarios subsidios y obras que maneja Julio de Vido. Esa es la parte que, más allá de cómo se salde el episodio político-institucional, marcará los próximos años. El fisco argentino está otra vez cerca de la insolvencia. Néstor y Cristina Kirchner se fumaron la transitoria abundancia que un marco mundial extraordinariamente favorable les facilitó durante casi seis años.

No lo hicieron en nombre de la redistribución de la riqueza y de la recuperación del Estado, como alegan. La pobreza es hoy más alta que en los “90, la desigualdad campea, el Estado es más disfuncional y arbitrario que nunca. La salud, la educación y la seguridad públicas no se arreglan -como cree la pareja gobernante- sólo con dinero. Además, el país dilapidó sus reservas energéticas. Y los privilegiados no fueron los niños ni los pobres, sino los amigos del poder.

Default opositor

Pero volvamos al (no) proceso político. Menos de dos semanas antes del DNU 2010, la oposición había logrado, en Diputados, marcarle la cancha al oficialismo. Pero cuando luego -como era de esperar- fracasó la conformación de la comisión bicameral que debe aprobar o rechazar los DNU, no fue capaz de convocarse a plenario para rechazar si tenía la voluntad y los votos- el decreto. Era un recurso dentro de los diez días de emitido el DNU (hasta la Navidad). Prefirió dejar las cosas en manos de Martín Redrado.

Lejos de cumplir su mandato principal, que es combatir la inflación, durante más de cinco años el ¿presidente? del Banco Central consintió todos los caprichos K. Así, entre 2004 y 2008 la tasa de inflación real se sextuplicó y en 2009 apenas cedió, en el contexto de una fuerte recesión. La Argentina perdió uno de los pocos legados valiosos de los “90 y, junto al Congo y Venezuela, se trepó al podio de los países con más alta inflación del mundo.

Pero esta vez Redrado temió que, de transferir al toque los 6.569 millones de dólares de las reservas del Banco Central al Tesoro, como le ordenaba el DNU que también abría la puerta a manotazos por varios miles de millones más- podía quedar expuesto a futuras demandas judiciales. Su relación con Boudou le había sugerido, además, que el gobierno no renovaría su mandato, que expira en septiembre próximo.

Por eso Redrado demoró la decisión y buscó cubrirse. Y cuando el gobierno lo apretó de modos aún peores, prepeándolo, armándole un golpe palaciego y destituyéndolo con otro DNU amañado, se proyectó como héroe de la institucionalidad. La Justicia mandó parar. Y aquí estamos, con un Banco Central ¿bicéfalo? Nada menos que la institución que regula el sistema bancario y debe velar por la moneda en la que los argentinos intercambiamos lo que tenemos por lo que necesitamos y en la que, idealmente, deberíamos ahorrar el resto.

Buscando una salida

¿Hay salida? La oposición debería tener cuidado y no empujar a los Kirchner al precipicio de su propia desmesura. Un atisbo de solución podría ser la reformulación negociada del DNU 2010 que, como los hechos han demostrado, de ningún modo era urgente, y cuya necesidad debiera explicar bien el Ejecutivo. Y tampoco debería poner como condición la permanencia de Redrado al frente del Central. Sería una afrenta excesiva e innecesaria al matrimonio gobernante.

Adicionalmente, en la medida que la designación del presidente del Banco Central debe tener el “Sí’ del Congreso, en el que el kirchnerismo es minoría, la elección de una personalidad competente y creíble, cuyo mandato (2010-16) trascendería el del próximo presidente o presidenta de la Nación, sería una oportunidad para empezar a combatir en serio la inflación, abandonando la macumba de Guillermo Moreno y el penoso falseamiento de las estadísticas públicas.

¿Estarán los Kirchner, la Justicia y la oposición a la altura de la oportunidad que abre esta insólita crisis? La alternativa es que sigan jugando a la ruleta rusa con las balas suyas y las cabezas de los argentinos.

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Dirigentes de la oposición debieron dejar el descanso veraniego para comenzar a buscar una salida política en el Congreso. Los diputados Ricardo Alfonsín y Ricardo Gil Lavedra ayer fueron a sus despachos.

Foto: DyN

Miradas santafesinas

El senador santafesino Rubén Giustiniani advirtió que “el gobierno, con las decisiones que está tomando, profundiza el divorcio con la sociedad” en alusión al conflicto suscitado con Martín Redrado.

“El Poder Ejecutivo sigue sin entender el mensaje de las urnas del 28 de junio. El gobierno no puede seguir odiando al Parlamento” dijo el socialista.

Por su parte, el diputado nacional justicialista Carlos Carranza aplaudió la decisión judicial de suspender la creación del Fondo del Bicentenario para pagar deuda con reservas. “Este es un gobierno que está a la deriva y lo vamos a corregir. La medida judicial es correcta, pues el decreto no resiste el menor análisis ya que nunca se pueden usar reservas por decreto”.

El reutemanista reivindicó “el rol del Congreso para intervenir en este tema, como lo establece la ley”.

A su turno, el diputado radical Jorge Alvarez consideró un “nuevo ataque a la calidad institucional” la presión del Ejecutivo sobre el presidente del Banco Central.

“Antes fueron las retenciones y la prepotencia con el campo; los superpoderes; la modificación del Consejo de la Magistratura; la quita de recursos a las provincias; el uso discrecional de los fondos de Anses; el uso de los depósitos del Banco Nación, entre otras. Hoy con el avance sobre las reservas del BCRA sólo pretenden seguir obteniendo recursos para malgastar y para someter a gobernantes”, acotó.

Otro diputado nacional, el demoprogresista Carlos Favario consideró que “el episodio de usar las reservas del Banco Central y el decreto disponiendo la remoción de Redrado, es la evidencia que están transitando por el camino de la ilegitimidad y que niegan la vigencia del estado de Derecho. Los Kirchner llevan al país al caos y la anarquía destruyendo el funcionamiento de las instituciones y la convivencia democrática”.

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El vicepresidente Cobos volvió desde Chile y desde el Senado dijo que el Central tenía dos presidentes. Convocó a los jefes de bloque para el próximo lunes.

Foto: DyN

Vital

El senador de la UCR y presidente del partido Ernesto Sanz opinó que será de vital importancia la reunión del miércoles de la Comisión Bicameral para tratar los DNU, la utilización de las reservas y la destitución de Martín Redrado.

Ante la eventual paridad entre oficialista y opositores que tiene la comisión precisó que “ambos decretos, indefectiblemente, tendrán que tratarse en los plenarios de ambas Cámaras, y que para ello será necesario que en el Senado, Julio Cobos, y en Diputados, Eduardo Fellner, convoquen a sesión en un corto plazo. Asimismo, pidió “volver a las fuentes”, al indicar que las soluciones a estos casos “las tiene que dar la política y no la Justicia”.

/// EL DATO