El viajero aventurero ya no tiene que pasar privaciones, porque son cada vez más los lugares que ofrecen abrir una ventana a la naturaleza, aunque disfrutando las comodidades de un hotel de alta gama.

Ventanas cinco estrellas al corazón de la selva

Los lodges, nacidos como pequeñas moradas para actividades de temporada, han ido incorporando todos los servicios de un cinco estrellas y se han transformado en la nueva forma de vacaciones. En Misiones conviven con la exuberancia selvática.

TEXTOS. SANDRA BONETTO.

Preservar el entorno natural, convivir con las especies de un lugar y conocer una zona desde su misma esencia, interactuando con todos los elementos. Esos son los ejes básicos del turismo ecológico, que ha ido captando cada vez más adeptos entre los viajeros del mundo que buscan “nuevas sensaciones”, esa clase de turistas que la provincia de Misiones ha intentado acaparar desde hace tiempo.

Pero esa arista aventurera de cualquier viajero ya no tiene que estar cargada de privaciones, porque son cada vez más los lugares que ofrecen abrir una ventana a la naturaleza, aunque disfrutando las comodidades de un hotel de alta gama en medio del contraste entre la tierra colorada y el verde selvático. Son los lodges, nacidos como pequeñas moradas para actividades de temporada, que han ido incorporando todos los servicios de un cinco estrellas.

Debido al incremento del turismo en zonas de bellas atracciones naturales, este tipo de hospedaje ha ido evolucionando hasta convertirse en casi lo mismo que un hotel, con amplias habitaciones, servicios de comida de lujo y personal calificado, pero con el adicional de estar ubicado en lugares estratégicos para proporcionar a sus huéspedes la inolvidable experiencia de interactuar con la naturaleza. En pareja, con familia o solo, de sur a norte, el territorio misionero invita a descubrir sus secretos.

Aventura familiar

Subiendo por la ruta 14 hacia el norte provincial, en el acceso al Parque Provincial Salto Encantado, mimetizado sobre un cañadón al borde de la selva, se abre el Tacuapí Lodge. Atendido por sus propios dueños, se enfoca precisamente en la diversión para toda la familia con espíritu “aventurero”, que quiera conocer mediante trekking o bicicleta uno de los ejes del corredor verde misionero.

El lodge cuenta con cinco cabañas, retiradas del lobby, con una capacidad total para 26 personas. Con balcones de deck sobre el follaje de la selva y vista al Salto Encantado, cada una se comunica por senderos elevados sobre el piso, que serpentean entre el monte nativo para darle seguridad al visitante y a las especies autóctonas que pueden circular normalmente por el suelo.

El mismo lodge ofrece actividades predeterminadas, como las caminatas por tres diferentes senderos que oscilan entre baja y alta dificultad, inmersos en los aromas y los paisajes de la selva panaerense. El paso por lianas centenarias, helechos gigantes y antiguos puestos de cazadores, siempre es acompañado por las leyendas que dan nombre al lugar, inspiradas en alguna historia de amor que tiene como protagonistas a los aborígenes de la comunidad guaraní.

Para los que cuentan con un ojo avizado, se lo conducirá por los caminos de la flora y la fauna para encontrar las diferentes especies que habitan en el centro de Misiones. En el Parque Provincial existen 214 clases de aves, como el águila viuda y el vencejo de collar, que vuelan entre los guatambú blanco, el loro negro y el cedro, que se pierden a orillas del arroyo Cuñá Pirú. También hay 36 especies de mamíferos, entre ellos el característico yaguareté, el tigre americano, que es difícil que se deje ver. No sólo basta la paciencia, sino también la osadía. Sus pasos sólo pueden ser oídos durante la noche.

Donde la naturaleza manda

Unos kilómetros más arriba, en Andresito, a una hora de Iguazú, Yacutinga se fue convirtiendo en el paradigma de la oferta eco-turística argentina. Lejos de la civilización y del masivo flujo de turismo que caracteriza el área de las Cataratas, este lodge ofrece una variada gama de servicios turísticos sorprendentes en medio un paisaje salvaje. Se enfoca en los turistas “ecológicos”, pero crea un ambiente más reservado y tranquilo, por lo cual no acepta niños entre sus huéspedes.

Una serie de senderos conduce a cabañas, flanqueadas por una profusa vegetación que no deja pasar la luz del sol. Podría pensarse, con cierta lógica, que la tierra misionera adoptó su tono rojizo por no usar filtro solar. Entonces, las arboledas son bienvenidas para paliar el clima agreste.

Las construcciones siguen suavemente las pendientes naturales del terreno y mantienen la armonía de la naturaleza circundante. Materiales del lugar, como piedras y grandes trozos de madera aprovechados de árboles caídos, han sido incorporados exitosamente al concepto arquitectónico, integrándose de esta manera con el medio natural.

Tan sólo 4 hectáreas de las 570 que componen la propiedad han sido utilizadas para construir las edificaciones de este complejo eco-turístico. El agua que fluye desde las vertientes hasta la pileta, donde sobrevuelan un centenar de mariposas, genera sonidos relajantes que invaden con su armonía el ambiente.

El descanso y la buena gastronomía son sólo una parte de la propuesta; ya que su concepto está dedicado a generar una armoniosa relación entre el hombre y el medio que lo rodea. Por ello, quienes viven esta experiencia participan de diversas actividades, como caminatas basadas en educación ambiental, plantaciones de árboles nativos, observación de fauna silvestre y , sobre todo, la interpretación de la naturaleza.

Con el asesoramiento de la Fundación Vida Silvestre Argentina, Yacuntiga abrió también una Estación Biológica donde se desarrollan diversos programas basados en el uso sustentable de la naturaleza, que -además del avance científico-, permite entender mejor a la selva y por qué es necesario preservar este imponente santuario natural, quizás uno de los últimos remanentes de la Argentina y del mundo.

Las enredaderas, que cubren los techos, recuerdan que la naturaleza manda en Misiones. Para evitar el calor, las actividades comienzan a las 7, luego de un abundante desayuno con frutas y pan casero. Cualquiera de los ocho senderos de la reserva basta para sumergirse en un caos clorofílico, que sólo encuentra una detallada explicación cuando el guía ambientalista revela las misteriosas leyes de la naturaleza. Un turismo sofisticado, pero con zapatillas.

En el Parque Provincial Salto Encantado, mimetizado sobre un cañadón al borde de la selva, se abre el Tacuapí Lodge.

Selva “first class”

Lion Suit sobrepasa el concepto del Lodge. Esta cadena, que ya cuenta con instalaciones en Recoleta y Chapelco, optó por Iguazú para abrir otro de sus cinco estrellas, pero con una privilegiada ubicación en medio de una reserva provincial Yriapúy, a sólo cinco kilómetros de Iguazú.

Construido con máximo respeto por la naturaleza, se preservaron árboles autóctonos integrando toda la vegetación al desarrollo del proyecto. Sin embargo, aquí el concepto es más amplio al de un lodge, ya que además de tener 162 habitaciones, entre sus servicios cuenta con spa, tratamientos de estética, gimnasio y piscina, un centro de convenciones que puede albergar 400 personas y hasta campo de golf.

Este hotel de alta gama en plena selva también ofrece sus actividades propias, como el paseo de las orquídeas, un sendero que se interna entre la naturaleza para apreciar las diferentes especies de plantas, árboles y orquídeas nativas, o las lanchas que parten desde su muelle flotante hasta el corazón mismo de las Cataratas del Iguazú.

Su ambientación puertas adentro difiere de los otros lodge, pero su entorno no: el Loi Suites está rodeado de magníficos árboles, vegetación y los sonidos de la vida salvaje como ambientación natural.

Es buscado intensamente por quienes llegan hasta el centro turístico, pero no quieren alojarse en medio de la ciudad. En este lugar, sólo impera el concepto de la vida como un todo, en sus expresiones más ricas dentro de un mundo de especies, de sombras, de dimensiones y colores.

Las caminatas por los caminos en rojo y verde son una actividad imperdible en el corazón de Misiones.

En pareja, con familia o solo, de sur a norte, el territorio misionero invita a descubrir sus secretos.