Excesos hídricos

Conflictos por el agua: un problema creciente en casi toda la provincia

Canales clandestinos, bordos y alteos no autorizados, obstrucción de alcantarillas, barrios cerrados y una mayor agriculturización dificultan el escurrimiento. Piensan en “zonas de sacrificio” para ordenar la situación.

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Una imagen que se repite luego de abundantes precipitaciones. Foto: Mauricio Garín.

 

De la redacción de El Litoral

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A partir de la inundación de la ciudad de San Antonio de Areco como consecuencia de abundantes lluvias que no encontraron escurrimiento rápido por canales clandestinos construidos en la zona, el Ministerio de Aguas de Santa Fe pidió informes a todos los municipios y comunas para relevar situaciones similares en el ámbito de la provincia.

Hasta el momento, de las más de 350 notificaciones enviadas, sólo respondieron 50 localidades y de ellas, apenas en cinco se denunciaron situaciones irregulares como canales, terraplenes o bordos, que obstaculizan el normal escurrimiento del agua. Se trata de las localidades de Las Parejas, Traill, Centeno, San Jorge y Carreras.

“La idea es ver dónde estamos parados porque todo este tiempo de profunda sequía derivó en la realización de algunas obras, que aunque parezcan someras, una vez que empieza el agua a escurrir y a generar su propio curso, pueden provocar problemas”, dijo a El Litoral el director de Administración de Recursos Hídricos, Ing. Pablo Storani.

Aunque reconoció que el nivel de respuesta todavía es bajo, Storani valoró que en las contestaciones recibidas y más allá de que sólo cinco distritos denunciaron conflictos, pudo evidenciarse la diversidad de inconvenientes que provoca el exceso de las lluvias en cada localidad.

“A raíz de los 200 mm de lluvia de diciembre y por el propio relieve de la provincia, el escurrimiento es lento. Por eso, algunas comunas tuvieron problemas en zonas urbanas y rurales, pero las causas no son sólo los canales clandestinos; hay alteos de caminos, hay obstrucción de alcantarillas o pasos que se hicieron en caminos comunales; hay una urbanización creciente con nuevos barrios cerrados, y un aumento de la agriculturización”, describió.

Para Storani, estas situaciones conforman “un menú importante de factores y causas, que nos obligan a repensar el territorio, teniendo en cuenta que los límites del agua no terminan en lo distrital. Si la división es distrital, se incurre en errores que los pagan distritos aguas abajo”, manifestó.

Percepción

Aún cuando falta responder la mayoría de las localidades, Storani se atrevió a adelantar que seguramente hay numerosas situaciones irregulares.

“El mapa de conflictos (ver La Clave) marca que existe una problemática creciente; seguramente muchas autoridades locales que asumieron el 10 de diciembre, todavía tienen que recabar la información”, planteó.

El funcionario confesó que la presunción es que aparecerán muchos casos. “Las áreas de llanuras son muy frágiles -sostuvo-; una intervención por más pequeña que parezca, cuando el agua empieza a caer en volúmenes importantes, va encontramos su salida y va erosionando y profundizando un cauce que inicialmente tal vez no tenía la intención de mover un gran volumen de agua”.

Storani dijo que también están coordinando acciones con las provincias vecinas, porque “tenemos denuncias de canales clandestinos, por ejemplo, en Córdoba, que derivan en el problema de La Picasa”.

En el norte santafesino, si bien hoy no hay dificultades por la profunda sequía, se recomienda igualmente especial atención. “Lo que solicitamos a las autoridades locales es que estén atentas porque la intervención en el territorio a través de canales o bordos puede generar problemas en el futuro”, advirtió.

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Salidas

Consultado sobre cómo se resuelve el problema de los campos anegados sin apelar a medidas clandestinas, Storani dijo que lo que pretenden es avanzar hacia un consorcio o comunidad hidrológicamente sustentable.

“A partir de una gestión de la Subsecretaría de Inversión y Financiamiento, queremos actualizar la zoonificación de todo el territorio. Así, determinaríamos las zonas que son potencialmente inundables”, comentó.

También pretenden elaborar un mapa de riegos productivos. “La idea es contar con la mayor información posible para determinar en qué áreas el saneamiento hídrico no generaría perjuicio por su baja productividad. Queremos blanquear esta situación para establecer zonas que podrían actuar como pulmones ante inundaciones”, explicó.

Storani llamó a estas zonas “áreas de sacrificio”, y sostuvo que debería pensarse un esquema para que esto resulte sustentable. “Tal vez deberían cobrarse tasas más altas para quienes se ven beneficiados con las áreas pulmón, o con cooperativas de productores que compartan riesgos, porque está claro que ante grandes lluvias, no se salva uno en detrimento de los demás. Hay que ver cómo se distribuyen los roles”, opinó.

Sin reglamentar

La ley Nro. 12.081 fue sancionada en 2002 y establece “un régimen de resolución de situaciones conflictivas originadas por los efectos de obras menores, obras hidráulicas no autorizadas y otras obras, en casos que alteren o modifiquen el escurrimiento natural de las aguas y causen un daño real o previsible”. Pero a ocho años de la sanción de la norma, sigue sin ser reglamentada, por lo que algunos aspectos clave para la resolución de los conflictos, como la determinación de la sanción y monto de las multas a cobrar, siguen sin ser determinados.


El valor de los Comités de Cuenca

Pablo Storani rescató como “dato interesante” de la geografía provincial que en aquellas zonas en las que funcionan Comités de Cuenca, el nivel de conflictividad se reduce notablemente.

“Allí, los conflictos son muy bajos -aseguró-. Esto quiere decir que las discusiones entre los productores se resuelven en un ámbito más colectivo y se consensúa una solución”. Sobre esa base, dijo que la intención del Poder Ejecutivo es conformar este tipo de comités en todo el territorio para contar con una planificación y con un plan de obras que puedan ser financiadas.

Según precisó, sólo el 40 por ciento del territorio posee estos comités. “La mayoría del territorio no está cubierta por estas organizaciones, que además requieren la asistencia puntual del Ministerio de Aguas. Hoy -aclaró-, el Ministerio tiene serias restricciones económicas en su presupuesto, lo cual no sólo afecta obras previstas sino también la incorporación de personal para integrar estos comités”, aseguró.

De todas maneras, sostuvo que deben explorarse otros esquemas de cooperación, que impliquen “una menor cantidad de actores y un involucramiento de la autoridad local, de la provincia y de aquellos productores que tiene capacidad como para construir obras, a fin de que no causen efectos dañosos”.

Mapa de conflictos

La Dirección de Recursos Hídricos elaboró un “mapa de zonas de conflicto”. Storani dijo que uno de los datos que surgen de ese esquema es que “los conflictos sobresalen en el centro y sur, y se generan básicamente en las zonas que son límites de cuenca. Esos límites naturales fueron vencidos a través de alguna canalización y generaron problemas nuevos. A través de canales de emergencia, aparecieron problemáticas para distritos que antes no los tenían”, contó. Asimismo, observó que otra zona conflictiva es la ribera del Paraná, por la ejecución de barrios cerrados. “Todos quieren tener vista al río, pero eso obviamente conlleva un serio riesgo de inundación”, mencionó.

Información

En el sitio de datos espaciales de la provincia www.idesf.santafe.gov.ar está disponible el mapa con la red hidrográfica y de drenajes de todo el territorio, que incluye canales y obras habilitadas oficialmente. Las autoridades locales pueden consultar dicho portal, y en caso de detectar canales u obras no autorizadas, deben proceder según la ley, esto es, intimando al propietario y denunciando el caso ante la autoridad superior.