Fue estrella en Hollywood

Lana Turner en el recuerdo

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La inconfundible belleza de una mujer que cautivó desde la pantalla a su inmensa legión de admiradores.

Foto: Archivo El Litoral

Ana María Zancada

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Era hermosa, dueña de unos sugestivos ojos verdes, no muy alta, pero lo suficiente como para moverse sensualmente y lucir de maravillas tanto con un vestido largo como con los suéteres que destacaban su busto perfecto. Su melena rubia platinada, suelta o recogida, daba marco a uno de los rostros más sugestivos de Hollywood.

Nació un 8 de febrero de 1921, como Jean Mildred Frances Turner, pero la fama la reconoció como Lana Turner. La vida de pueblo o estudiante no era para ella. Su belleza la ubicó entre las “pin-up girls” que enloquecían a los norteamericanos de la década del ‘40.

Su debut en el cine fue un ignoto papel en una película cuyo título fue una premonición: “Nace una estrella”, en 1937. En total, su bello rostro, que no conoció de decadencias aun en los momentos más dramáticos de su vida, se dejó ver en más de sesenta trabajos.

Pero, en realidad, en la década del ‘40 saltó al estrellato con “El extraño caso del Dr. Jekyll”, junto a Spencer Tracy. Con Clark Gable compartió rubro tres veces, participó en algunos musicales, mientras su belleza se iba destacando y su perfil de mujer fatal se acentuaba.

No obstante, su primera labor importante, que la consagró como actriz, fue “El cartero llama dos veces”, en 1946, con John Garfield. Luego, en 1948 fue la bella y malvada Lady de Winter en “Los tres mosqueteros”, con Gene Nelly y una inocente June Allyson. En 1952, fue la bellísima “Viuda alegre”, con un apuesto Fernando Lamas; en 1955, fue la esposa desorientada y prácticamente abandonada por un marido alcoholizado interpretado por Peter Finch, por suerte estaba Dana Andrews dispuesto a consolarla, en “Las lluvias de Ranchipur”. En 1966 obtuvo su única nominación al Oscar por su actuación en “La mujer X”, dirigida por Lowell, que fue su última aparición en cine. La TV la contó en las series “Los sobrevivientes”, en 1969, y junto a Jane Wyman en “Falcon Crest”. También hizo teatro, en el que desempeñó importantes papeles, incluyendo comedias en Broadway, como “Cuarenta kilates”.

En 1944, en el marco del Festival de Cine de San Sebastián, recibió el premio Donostia, que se concede a los directores y actores de reconocida trayectoria. En esa oportunidad declaró: “Hice lo que hice y lo que no hice fue porque no he querido”.

La fama, el glamour y el drama

Su vida privada tuvo un poco de cada rol que interpretó y algo más. Estuvo casada siete veces. Su primer matrimonio fue en 1940 con el músico Artie Shaw, unión que duró sólo seis meses. Con el actor Steve Crane se casó dos veces, separación mediante. Con él tuvo a su única hija, Cheryl. En esta lista figura también Lex Baxter, uno de los tantos Tarzanes de la pantalla de Hollywood.

Pero sus affaires amorosos fueron mas famosos que sus matrimonios: Fernando Lamas, Tyrone Power, el infaltable Howard Hughes. El que cambió dramáticamente su vida fue Johnny Stompanato, un gánster acuchillado en 1958 por su hija Cheryl, entonces de tan sólo 14 años, cansada de los malos tratos que sufría su madre. Fue un escándalo de proporciones que en ese momento hizo tambalear su exitosa carrera. Lana pagó caro el episodio, tuvo una fuerte depresión nerviosa que la condujo a refugiarse en el alcohol. Años más tarde, ya rehabilitada, publicó su autobiografía, como un desafío a todas las historias que se tejieron alrededor de su vida.

Lo que no pudo superar fue un cáncer de garganta que terminó con su vida en julio de 1995. Su hija Cheryl estuvo a su lado hasta el final.

Sin duda, el rostro y la figura de Lana Turner fueron uno de los sex-symbols más hermosos y seductores que brillaron en el firmamento de Hollywood.