Mohamed y Rivoira...

Dos técnicos, dos realidades

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Buenos Aires)

El “Chulo” Rivoira, con un look más rubio ahora, tiene unos años más que el Turco. Los dos fueron delanteros en su época de jugadores. Mohamed tuvo un desempeño más destacado que Rivoira: hasta llegó a jugar en la selección. En cambio, el Chulo se destacó más en los clubes de ascenso, sobre todo transitando por los difíciles escenarios del ascenso, ante rivales más rústicos, más fuertes y con campos de juego en peor estado.

Rivoira había perdido dos partidos consecutivos (Tigre y River) como técnico de Huracán y disparó una frase contundente: “Estoy abierto a cualquier decisión que puedan tomar los dirigentes, porque tres derrotas seguidas no soporta cualquier entrenador”. Y allí volvió a ganar (Chacarita y Rosario Central), se recuperó y el ánimo cambió.

Luego de aquellas declaraciones, los dirigentes salieron a bancarlo. “Ojalá Rivoira se quede mucho tiempo con nosotros”, disparó Babington, el presidente del Globito. Y la situación cambió radicalmente para un entrenador al que le costó bastante afirmarse en la primera división, corriendo el riesgo de ser catalogado, como tantos entrenadores, como un DT de la B, como alguna vez temió Caruso Lombardi respecto de su futuro.

Con el Turco pasó más o menos lo mismo. Después de aquéllas dos derrotas seguidas ante Banfield y Arsenal, sobrevolaron los fantasmas respecto de la continuidad del entrenador: “Ningún técnico resiste tres derrotas en el fútbol argentino”. El sólo le había puesto fecha de vencimiento al plazo fijo futbolero. Y aunque después quiso cambiar sobre la marcha, quedó la sensación de que esas palabras dichas en caliente en el vestuario de la cancha de Arsenal, eran contundentes.

Así como Babington fue clave para la continuidad de Rivoira, Lerche lo fue para Mohamed. Salió enseguida el respaldo explícito de los dos presidentes para alejar cualquier fantasma que ponga en juego la estabilidad de los entrenadores. Y los resultados negativos provocaron una rápida mutación: Huracán ganó dos partidos consecutivos y Colón consiguió tres empates al hilo, antes del partido de anoche, habiendo podido ganar tranquilamente en los últimos dos, nada menos que frente a San Lorenzo e Independiente.

Rivoira y Mohamed, dos ex delanteros, dos técnicos jóvenes, dos hombres que sienten el fútbol de la misma manera, siendo agresivos y ambiciosos. Dos historias diferentes, pero que en algún punto se juntaron para tener varias cosas en común.