La exportación bajaría hasta U$S 623 millones

Taiana citó al embajador de China por la crisis del aceite de soja

Beijing tomó represalias por las medidas antidumping contra zapatillas y textiles chinos. El gigante oriental puso trabas sanitarias y la Cancillería quiere explicaciones.

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Los puertos del sur santafesino salieron del conflicto con los estibadores y ahora afrontan el desafío que plantean las restricciones chinas.

Foto: Archivo El Litoral

 

De la redacción de El Litoral

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DyN

El canciller Jorge Taiana citó para el lunes al embajador chino, Gang Zeng, para expresarle “el malestar” del gobierno ante el anuncio de posibles restricciones a la importación del aceite de soja argentino.

Zeng deberá concurrir ese día a las 15 al despacho que Taiana tiene en el piso 13 del edificio de Arenales y Esmeralda. Si bien no se informaron detalles, voceros oficiales del jefe de la diplomacia argentina confirmaron que Taiana manifestará a Zeng “el malestar y la preocupación del gobierno argentino” por la velada amenaza de Beijing, que afectaría la exportación argentina de aceite de soja con destino al mercado chino.

Un cable de la agencia oficial Xinhua, advirtió en China que no se permitirá la importación a ese país de aceite de soja argentino que contenga residuos de solventes con un nivel superior a 100 partes por millón. Una delegación encabezada por el vicepresidente del Senasa, Carlos Paz, partió hacia la Beijing para dialogar con las autoridades sanitarias del gigante chino.

En Buenos Aires, en tanto, la cartera que dirige Débora Giorgi emitió un comunicado advirtiendo que “el freno a nuestras exportaciones de aceite parece una medida paraarancelaria con argumentos sanitarios. Es una acción desmesurada, que no se entiende bajo ningún parámetro. Nuestros aceites se venden en todo el mundo sin inconvenientes”.

Antidumping

A instancias de Guillermo Moreno, la Argentina impuso medidas antidumping contra calzados, textiles y rodados chinos, poniéndoles un precio mínimo que no ahogue a la comercialización de productos nacionales de esos rubros en el mercado de nuestro país.

En el mundo diplomático, de verdades menos explícitas que silenciadas, la medida china es interpretada en Buenos Aires como una represalia. “La Argentina se defiende de la competencia desleal, pero no cierra las importaciones”, explicitó la ministra de la producción.

“Hoy está ingresando calzado chino a nuestro país, pero con un precio por encima del valor mínimo de exportación que establecimos en nuestra medida antidumping. Defendemos la industria nacional, el trabajo argentino”, insistió Giorgi.

La funcionaria expuso que “la Argentina tiene un déficit comercial creciente con China que comenzó en 2008 con U$S 700 millones. En 2009 llegó a U$S 1.200 millones cuando le vendimos por U$S 3600 millones y le compramos por U$S 4.800 millones. En el primer bimestre de 2010 el déficit con China es de U$S 600 millones, la mitad del déficit anual de 2009”.


Pérdidas millonarias

La Bolsa de Comercio de Buenos Aires estimó un piso de 1.600 millones de dólares en ventas de aceite de soja argentino a China durante 2010. Los más optimistas hablan de hasta 1.900 millones, pero una consultora privada calculó que se perderán por lo menos 623 millones de ventas si Beijing no revisa su decisión. Y a su vez el gobierno nacional dejaría de percibir buena parte de los 480 millones de dólares que recauda por las retenciones en las ventas de esta producción a la potencia oriental.


Tajada global

El 77 por ciento del aceite de soja que importa china -principal comprador mundial de este producto- sale desde la Argentina; nuestro país es a su vez el primer exportador mundial de este bien, con un 55 por ciento del mercado global. En 2009 el complejo sojero argentino le vendió al gigante oriental 1.984.047 toneladas de aceite de soja por valor de 1.442 millones de dólares, lo que representa el 45 por ciento de las exportaciones argentinas de este producto. Los chinos buscan reducir la compra del producto elaborado para fabricarlo en sus plantas; pero no tienen los granos suficientes para hacerlo, por lo que presionan la comercialización sólo del producto ya elaborado.