El gran Bridges

El gran Bridges

Tras varias nominaciones, en la última entrega de los Oscar la Academia premió como Mejor Actor a Jeff Bridges. Con cuatro décadas de carrera, el actor trabajó con directores como Peter Bogdanovicho, John Huston y Joel Coen. Un repaso por su carrera.

TEXTO. JUAN IGNACIO NOVAK. ILUSTRACIÓN. LUCAS CEJAS. FOTOS. EL LITORAL.

De vez en cuando la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas se reserva alguna de las categorías del Oscar, en general las destinadas a laurear las actuaciones, para, en cierto modo, “lavar culpas”. O premiar a tal o cual actor o actriz a quienes una y otra vez les fue negada la estatuilla, pero que ya ingresaron en la historia grande del cine. Lo hizo con Humphrey Bogart en 1951, cuando se alzó con el galardón por su actuación en “La reina africana”. Para entonces Boogie era ya una estrella y tenía en su haber interpretaciones insignes como las de “El halcón maltés”, “Casablanca”, “El sueño eterno” y “El tesoro de Sierra Madre”.

Algo similar ocurrió con Henry Fonda cuando consiguió llevarse su premio en 1981: por esos años el monumental actor había pasado holgadamente las siete décadas de vida y tenía tras de sí una carrera formidable que lo había llevado a trabajar con los mejores directores de la era dorada. La Academia finalmente se aseguró de “oscarizarlo” por el trabajo de “En el estanque dorado”. Certeza que también quiso tener con otro grande del cine clásico como Paul Newman, que tuvo su tardía recompensa por “El color del dinero”, dirigido por Martin Scorsese.

Para ese tiempo el veterano Paul ya había demostrado el estupendo actor que era, al participar en filmes como “La leyenda del indomable” y “El golpe”, entre otros. Ejemplos más recientes son los de Al Pacino (Mejor actor en 1992 por “Perfume de mujer”) y los de Jack Palance, James Coburn y Alan Arkin que accedieron al Oscar por Mejor Actor Secundario en 1991, 1998 y 2006 respectivamente, todos ya peinando canas.

En la última entrega, del pasado 7 de marzo y ya histórica en nuestro país por “El secreto de sus ojos”, la Academia lo hizo de nuevo. Tal como todos los pronósticos lo marcaban Jeff Bridges fue consagrado como Mejor Actor por su labor en “Corazón rebelde”, una pequeña película que, dicen, se debe enteramente a él. La afirmación de que el premio a Bridges es tardío no es caprichosa: desde sus primeras armas ante la pantalla grande, allá en los albores de los “70, hasta hoy creó personajes que sacan a relucir su enorme capacidad para el drama, la comedia, el policial y la aventura.

INICIOS PROMETEDORES

Los primeros pasos en el cine del actor fueron auspiciosos. A principios de los “70, el director Peter Bogdanovich lo convocó para participar en “The Last Picture Show”, entrañable film que recrea la vida en una minúscula ciudad de Texas donde un grupo de jóvenes afronta la llegada a la madurez, mientras el cine debe comenzar a amoldarse a la llegada implacable de la televisión. Bridges brindó una actuación fenomenal y compartió cartel con muchas promesas de su tiempo como Cybill Shepherd, Randy Quaid y Timothy Bottoms. Hasta el punto que obtuvo una nominación al Oscar como Mejor Actor de Reparto, galardón que finalmente se llevó el veterano Ben Johnson.

Esta promisoria labor le brindó un espaldarazo que llevó al legendario John Huston a llamarlo para otra estupenda cinta setentosa como “Fat city”, que se adentra en el desangelado ambiente del boxeo para contar la amarga historia de un boxeador retirado, consumido por el alcohol y los recuerdos de pasadas glorias (Stacy Keach) que encuentra en un aspirante (Bridges) la posibilidad de redimirse.

Tras algunas obras menores, en 1974 se sumó al proyecto que sería el debut de Michael Cimino (luego conocido por “El francotirador” ), “Thunderbolt and Lightfoot”. Allí compartió cartel con Clint Eastwood, componiendo con solvencia a un joven ladrón. Dos años después formó parte del reparto en una olvidable versión de “King Kong”, que tuvo como único aliciente ser el vehículo de acceso a la pantalla grande para la hermosa Jessica Lange.

“STARTMAN” Y “TUCKER”

Ya en los “80, por entonces treintañero, canalizó sus potencialidades interpretativas en dos películas no muy bien recibidas por la crítica, pero que terminaron por consolidarlo como estrella, con nueva nominación al máximo galardón de la Academia incluido.

La primera fue “Contra viento y marea”, irregular remake de “Retorno al pasado” (glorioso policial negro de los “40 con Robert Mitchum). El actor compone aquí a un ex jugador de fútbol americano que acepta un trabajo para el siniestro propietario de un club nocturno, que consiste en seguir a su novia cuando deja la ciudad. En México se enamoran y deben enfrentar las consecuencias.

Y la segunda, pasaje a la fama, fue “Starman”, donde compartió créditos con Karen Allen (la novia de Harrison Ford en la primera “Indiana Jones”) para uno de sus mejores papeles, bajo las órdenes de John Carpenter. Aquí compone a un extraterrestre que llega accidentalmente a la Tierra y convence a una mujer para que lo ayude a llegar hasta su nave nodriza, mientras son perseguidos por agentes del gobierno. Independientemente de que el filme ofrece escasos atributos, la interpretación de Bridges es para tener en cuenta, con movimientos robóticos y trabajada modulación.

Su próxima gran labor fue en 1988 junto a Francis Ford Coppola. En “Tucker: un hombre y su sueño” se luce como un diseñador de automóviles obsesionado por crear “el coche del futuro”, que no duda en hacer frente a grandes empresarios. Si bien aquí los laureles se los lleva Martin Landau, Bridges aporta sobriedad y carácter a un personaje de gran carnadura.

PERSONAJE A SU MEDIDA

Una avalancha de notables actuaciones caracterizaron la carrera de Bridges en los “90, donde están los principales argumentos para su actual momento de gloria. En “Pescador de ilusiones” dirigida a principios de la década por Terry Gilliam interpreta con solvencia a un exitoso locutor de radio sumido en una tragedia personal, muy bien acompañado por Robin Williams, Amanda Plummer y Mercedes Ruehl.

Otros dos trabajos de interés fueron “El secuestro” y “Lluvia de fuego” donde encarna a un policía experto en bombas que debe confrontar su traumático pasado cuando un antiguo terrorista del IRA comienza a sembrar el terror en Boston. También cumple un notable rol en “El espejo tiene dos caras” de 1996, cautivante comedia romántica dirigida y protagonizada por Barbra Streisand.

Pero el papel de su vida se lo dieron en 1998 los hermanos Joel y Ethan Coen, cuando lo contrataron para una de sus mejores películas: “El gran Lebowski”. Esta alocada parodia de la sociedad norteamericana, con trazos de surrealismo y plena del humor ácido que conlleva el sello Coen, se introduce en la historia de un veterano de Vietnam vago e indolente cuyos únicos intereses son la bebida y los bolos. Cuando es confundido con un millonario, se ve envuelto en una serie de situaciones risueñas e inesperadas. El personaje que logra Bridges directamente hipnotiza y supone una de las cumbres actorales de los “90. Aún hoy, pese al reciente Oscar, figura como la mejor interpretación de la carrera de Bridges.

CONSAGRACIÓN Y PROYECTOS

Más allá de que muchos la criticaron, con razón, por considerarla una copia no declarada de “Hombre mirando al sudeste” de Eliseo Subiela, “K-Pax” interesa por el trabajo de sus protagonistas. Kevin Spacey como un particular paciente psiquiátrico que dice ser de otro planeta y Jeff como su estructurado médico, que replantea su vida.

Luego, bajo la premisa de que un villano siempre tiene matices a explotar, sobre todo para un actor con la madera necesaria, aceptó hace un par de años meterse en la piel del malísimo Obadiah Stane en la traslación de las aventuras de “Ironman” a la pantalla grande. Pero todavía no era la consagración.

Si bien estaba pensada originalmente para televisión, “Corazón rebelde” fue estrenada en cine -dicen- exclusivamente por la actuación de Jeff Bridges, que interpreta a un cantante de música country de vuelta de todo, que tuvo muchos matrimonios, cedió al alcohol y está al borde del abismo. Uno de esos papeles bien emotivos que gustan mucho a la Academia y que le permitió por fin levantar la dorada estatuilla el pasado 7 de marzo.

El proyecto en el que está embarcado actualmente, según trascendió, es una remake de la película “Valor de ley”, que le proporcionó un Oscar a John Wayne en 1969. La iniciativa está a cargo de los hermanos Coen y el rol reservado para el actor de “El gran Lebowski” es un sheriff viejo, desencantado y casi consumido por el vicio, que es contratado por una adolescente para vengar la muerte de su padre. ¿Será una nueva oportunidad para que el veterano actor demuestre sus enormes cualidades? Todo parece indicar que sí.

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En “The Last Picture Show”, veinteañero, alcanzó su primera nominación al oscar.

LOS FABULOSOS HERMANOS PIANISTAS

A fines de los años “80 el guionista y director Steve Kloves (conocido en la última década por la adaptación a la pantalla grande de varias de las aventuras de Harry Potter) realizó una de las comedias dramáticas americanas más creativas y sobresalientes de su tiempo “Los fabulosos Baker boys”, donde Jeff Bridges comparte cartel con su hermano, también actor aunque varios años mayor que él, Beau Bridges.

Ambientada en Seattle, refleja la historia de dos hermanos Jack (Jeff Bridges) y Frank (Beau Bridges) pianistas de jazz que, tras ser desalentados en varios escenarios locales, admiten que su estilo quedó fuera de tiempo. Para volver a ganar adeptos deciden integrar a una cantante, que termina siendo la hermosa Suzie Diamond (exquisita interpretación de Michelle Pfeiffer). Pese a que recuperan raudamente el éxito gracias al talento de la joven, los hermanos se verán expuestos a una serie de enfrentamientos fraternales y desamores que ponen en riesgo una sociedad de varios años.

A las notables actuaciones (a Michelle Pfeiffer le dieron un Globo de Oro) se suman, en esta inolvidable película, una banda sonora emotiva de Dave Grusin y una firme dirección. Dos décadas después, todavía vale la pena.

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En “Pescador de ilusiones”, junto a Robin Williams.


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El Gran Lebowski, una cumbre en la carrera de Bridges.

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“Ironman” supuso una experimentación como villano.

UNA RAREZA

Un momento ciertamente insólito en la carrera de Bridges fue “Stay hungry” una comedia dirigida por Bob Rafelson a mediados de la década del “70. En ella interpreta a un joven y acomodado millonario que se enamora de una mujer de clase media (Sally Field) que a su vez tiene como novio a un físicoculturista interpretado por un ¡Arnold Schwarzenegger! previo a Conan, el bárbaro y Terminator. Además, en este film interviene Robert Englund, que pocos años después interpretaría al pesadillesco villano Freddy Krueger.

CON JANE FONDA

En 1986 Jane Fonda interpretó en “The Morning After” a una mujer alcohólica que despierta una mañana y descubre un cadáver a su lado, sin poder recordar un ápice de lo ocurrido la noche anterior. El reparto de esta intrigante película dirigida por el siempre correcto Sidney Lumet (“12 hombres en pugna”) cuenta con muy buenos actores; entre ellos, Raúl Juliá (Homero Adams en “Los locos Adams”), Kathy Bates y... Jeff Bridges.

EL “SALVAJE BILL”

Una notable incursión del actor de “Starman” en el western fue -tras la revitalización del género que produjo “Los imperdonables” en 1992- en “Wild Bill”, donde encarnó con gran prestancia al mítico James Butler “salvaje Bill” Hickok, pistolero ágil con el revólver, hoy toda una leyenda del oeste americano.


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En los “70 trabajó junto al gran Clint Eastwood.