Riesgos que pueden evitarse

Riesgos que pueden evitarse

El atragantamiento constituye uno de los principales peligros para los más chicos. Suele ocurrir por la ingesta de alimentos y también por tragarse monedas, botones o piezas de juguetes. Conviene tener especial cuidado con los bebés.

TEXTO. PRO-SALUD NEWS. FOTO. EL LITORAL.

Hace poco se conoció la novedad del “cambio de estilo” de los populares panchos o hot dogs que dejarían de tener la tradicional forma alargada. ¿Por qué? Por una advertencia de la Academia Americana de Pediatría (AAP por sus siglas en inglés). En un comunicado los profesionales de esta institución bregaron por el cambio de formato de este alimento, uno de los preferidos por los más chicos, así como también por la colocación -hasta tanto se decida qué modificación implementar- de una etiqueta en los paquetes de salchichas que advierta sobre el riesgo de atragantamiento que pueden provocar los panchos.

“Se calcula que 10 mil niños de hasta 14 años acuden cada año a los centros de emergencia (solo en Estados Unidos) por cuadros de atragantamiento producidos por alimentos, entre ellos las salchichas. De hecho, si organizáramos un concurso en el cual compitieran productos que son capaces de cerrar las vías respiratorias, creo que éstas ganarían pues una vez que este alimento se encaja en ese lugar es muy difícil de remover”, sostuvo el doctor Gary Smith de la AAP.

Si bien cualquier niño puede atragantarse, por lo general el mayor riesgo lo presentan los menores de cuatro años. También influye el desarrollo madurativo del niño. También hay que prestar especial atención a la forma, el tamaño, el material y la composición de todos aquellos elementos que se dejan al alcance de los más pequeños.

En cuanto a los objetos, los botones, las monedas, las piezas chicas e incluso los collares de piezas pequeñas representan un riesgo. Entre los alimentos, las nueces, las uvas, los pochoclos, los chicles, las pastillas de goma, los caramelos duros y de tamaño considerable, y los ya mencionados panchos, llevan la delantera.

“Si pensamos en alimentos, hay dos factores clave: el tamaño y la textura. Los chicos menores de dos años, por una cuestión madurativa no tienen posibilidad de controlar y manejar los tiempos deglutorios, de manera que es posible que alimentos de menos de un centímetro -como el maní, el arroz, el choclo o los pochoclos-, al ingerirse vayan directamente a la vía respiratoria. En relación a los alimentos más grandes, el principal inconveniente es la dificultad para masticarlos dado que esta habilidad recién comienza a desarrollarse alrededor de los ocho o nueve meses”, explicó el Dr. Fernando Burgos, médico pediatra y jefe del Área Ambulatoria de Pediatría del Hospital Universitario Austral (HUA).

“Hay que tener cuidado con las golosinas, sobre todo las más duras como los chupetines, caramelos o barras de chocolate porque, como los niños viven durante los primeros años de vida en una etapa lúdica permanente, pueden confundirlos con juguetes (o bien jugar mientras comen), incrementándose el riesgo de accidentes”, agregó el doctor Burgos.

CÓMO ACTUAR

El atragantamiento se produce cuando un niño o una persona adulta sufre un ahogo súbito causado por el atascamiento de un pedazo de comida o de un cuerpo extraño en el tracto respiratorio.

En algunos casos y como consecuencia de un acto reflejo, la persona tose y el elemento es expulsado. Si esto no ocurre, el primer paso, sobre todo si se trata de un niño a quien es posible movilizar con mayor facilidad, consiste en ponerlo boca abajo, con la cabeza más baja que el resto del cuerpo y golpearle la parte superior de la espalda con golpecitos secos. Si eso no resulta, es fundamental solicitar ayuda médica aunque se puede seguir intentando desobstruir la vía aérea mediante la conocida “Maniobra de Heimlich” que consiste en pararse detrás de la víctima, rodearle la cintura con ambos brazos colocando un puño en la parte superior del abdomen a la altura del ombligo y ejercer presión con un movimiento fuerte y rápido.

De acuerdo con los especialistas, el atragantamiento es la principal causa de accidente y muerte entre los más pequeños, y en el 60 por ciento de los casos se produce como consecuencia de la ingesta de alimentos.

“En caso de que se produzca un cuadro de atragantamiento o ahogamiento -y aún cuando en el momento crítico el objeto haya sido expulsado-, es importante consultar si en los días siguientes al episodio o al cabo de una semana la persona que se atragantó presenta tos persistente, refirió Burgos.

“Lo mismo ocurre con las piezas chicas, las monedas, los remedios, las pilas y todo objeto menor a uno o dos cm: es importante no permitir el contacto de los chicos de menos de tres años con estos objetos y realizar una estricta vigilancia hasta los seis años”, concluyó.

BEBÉS

Durante los primeros meses de vida alimentar al niño siempre y únicamente en brazos de sus padres. Cuando comience a comer en su sillita, nunca lo deje solo.

ALIMENTOS

No le de a los niños caramelos ni chicles. No introduzca comida en su boca cuando estén llorando, jugando o gritando.

OBJETOS

Evite que juegue con objetos pequeños, de cinco centímetros o menos y evite el contacto con bolsas de nylon. Tampoco ponga a los bebés cadenas, pulseras, medallas, aritos o hebillas

SUEÑO

Acuéstelo a dormir siempre boca arriba, en colchón o superficie firmes y con la cabeza descubierta. Los juguetes colgantes no deben tener cuerdas que superen los 22 cm.