Con la cancha marcada

Por Raúl Codignola

“Ganar es de perdedores y otros cuentos de fútbol”, de Ariel Magnus. Norma, Buenos Aires, 2010.

La literatura de ficción que ha tomado como tema al fútbol, tiene en nuestro país el fuerte precedente de Fontanarrosa y Soriano. Estos autores han marcado en cierto modo “la cancha” del discurso literario referido a la temática. Con diferentes improntas, luego del fallecimiento de ambos, el texto futbolero ha proseguido ocupando espacios editoriales con suerte dispar.

Por lo general, la temática es tomada como una narrativa ligera, frecuentada en vacaciones por lectores poco adictos a la literatura en general. Independientemente de ello, encontramos a escritores que frecuentan generalmente otros registros, acometiendo este subgénero. Es el caso del prolífico Ariel Magnus (Buenos Aires, 1975), autor de “Sandra”, “La abuela”, “Un chino en bicicleta” (ganador del Premio La Otra Orilla), “Muñecas”, “Cartas a mi vecina de arriba”, entre otras, que ahora presenta “Ganar es de perdedores y otros cuentos de fútbol”.

El cuento de fútbol aparece asociado a cierta picaresca nacional que acota su territorio a ciertas pautas que suelen asomar como campo de limitaciones temáticas: el humor, el empleo del léxico estereotipado del periodismo especializado, el anecdotario pueblerino, un lenguaje narrativo simple y directo, el lugar común. Dentro de este marco -casi un cepo creativo- resulta difícil imaginar textos que iluminen algún tipo de originalidad respecto del subgénero.

Magnus, en esta encrucijada, respetando lo señalado, se permite jugar con el absurdo, con la extrapolación, corriendo el riesgo de tensar la cuerda paródica. Esta opción, con sus altos y sus bajos, ofrece dispares resultados en cada cuento. A veces, la apelación al lenguaje popular aflora nítida y otras amañada por la intromisión culta como forzamiento, del mismo modo en que la anécdota, extremada en el absurdo, puede devenir ridícula.

Como balance de lectura, quien aborde “Ganar es de perdedores” hallará este tipo de impresiones encontradas, diferente a la estructura básica establecida, pero “respetuosa del código”, por citar una frase hecha tan trajinada en el tema.