Los celos del hermano mayor

Los celos del hermano mayor

Cuando se anuncia un nuevo integrante en la familia, llega el momento de preparar a su hijo para la llegada de su nuevo hermano. El niño que ya está en casa, hasta ahora protagonista, no debe sentirse el “príncipe destronado”.

TEXTO. MARÍA JESÚS RIBAS. FOTO. EL LITORAL.

Pañales, ropita, biberones, chupetes, una nueva cuna y un nuevo carrito de bebé... A medida que crece el vientre de la madre, también crecen la expectación y la alegría de los futuros padres y de toda la familia en general. Una niña o un niño están en camino, pero también están en camino nuevos retos para quienes lo criarán, alimentarán, cuidarán y colmarán de afecto.

“Cuando viene al mundo y llega al hogar familiar un nuevo hermano es inevitable que el niño que hasta ahora era el principal y exclusivo destinatario de las atenciones, dedicación y “todo el amor de mamá’ se sienta desplazado”, explica la terapeuta Rocío Alba Peña, experta en educación infantil y coordinadora de talleres para padres.

Para la profesional, “cuando llega un nuevo hermanito, aquel que ya vive en casa con sus padres siente que lo quitan del trono que venía ocupando hasta ahora, como un auténtico príncipe que pierde de un día para otro su privilegiado lugar en el reino”.

No obstante, aunque se trata de una situación de conflicto que se producirá con toda seguridad, la ”buena noticia” es que se trata de algo transitorio y que puede abordarse con éxito, si se preparan recursos, salidas y soluciones de antemano, según la especilista.

“Muchos psicopedagogos coincidimos en que los celos ante el recién nacido son un sentimiento tan natural como necesario para el desarrollo de la esfera psicoemocional del niño”, señala Alba Peña.

Esta educadora opina que “de la actitud de los padres y del entorno familiar va a depender en gran medida que esta etapa inicial, esta primera manifestación de celos de todo ser humano, se convierta en una situación más o menos positiva o desfavorable para el hermano que lo recibirá”.

Para conseguir que la aceptación del nuevo hermanito o hermanita sea constructiva y enriquecedora, en lugar de una experiencia traumática, “es importante la forma en que sus padres manejen el anuncio del embarazo, la manera de incorporarlo a la vida familiar durante todo su desarrollo, y cómo se presenta al recién nacido al hermano que ya está en este mundo”.

LA MADRE, PRINCIPAL REFERENCIA EMOCIONAL.

“En esta tarea es fundamental sobre todo el papel de la madre, quien es el principal referente emocional de los hijos a lo largo de todo su crecimiento, aunque le cueste admitirlo a la parte masculina de la familia. Es ella, además, quien lleva la nueva vida en su vientre y la traerá al mundo, lo cual le confiere un protagonismo y peso específico especial en esta nueva situación”, señala.

“Es desaconsejable anunciar la llegada de un hermanito desde el principio, ya que los niños no entienden bien el paso del tiempo, y la anticipación puede ocasionarles ansiedad. Con que el hermano mayor lo sepa un par de meses antes de que nazca, es suficiente”, señala Alba.

Para esta experta, también hay que explicarle al hermano que ya vive en casa, en qué consiste el nacimiento del bebé y procurar conseguir su complicidad, animándole a que nos ayude a preparar su cuarto, su ropa y su futuro ambiente.

“Pensar juntos, padres e hijos, los posibles nombres para el bebé en camino y dependiendo de su edad- explicarle el significado de cada nombre, puede ser un divertido y didáctico juego familiar. En mi experiencia he encontrado varios casos en los que la opinión del hijo ha variado los planteamientos iniciales de los padres, lo cual une mucho más.”, según la psicóloga.

Cuando el nuevo hermanito haya nacido, la experta aconseja respetar en lo posible los hábitos y horarios del mayor, y dedicarle cada día un tiempo en exclusiva, así como “pedir a los familiares y amistades, que presten atención por igual a los dos niños, cuando vengan a conocer y visitar al recién nacido”.

En esa etapa, Alba recomienda evitar agobiar al hermano mayor con expresiones del tipo “¡qué lindo es tu hermanito o hermanita! ¿Verdad que le quieres mucho?”, y dejar que el afecto entre ambos surja espontáneamente, lo cual ocurrirá de forma natural, sin intentar forzarlo ni apresurarlo.

Según la experta, otra buena opción para mejorar la aceptación del recién llegado por parte de su hermano, consiste en “hacerle ver las ventajas de ser el mayor, ya que puede andar en bicicleta, ver la televisión y jugar con sus amigos, para que se sienta orgulloso de su situación”.