“Furia de titanes”

Cuando los hombres

desafiaron a los dioses

Cuando los hombres desafiaron a los dioses

Sam Worthington, en el papel de Perseo, en la película dirigida dirigida por Louis Leterrier.

Foto: Archivo El Litoral

Laura Osti

“Furia de titanes” es una versión libre del mito de Perseo (y una remake del film de 1981 dirigido por Desmond Davis), lo que se traduce en una mezcolanza de personajes inspirados en la antigüedad griega que aquí se encuentran en una situación inédita, pero muy al gusto de Hollywood y de las tendencias actuales del cine de entretenimiento.

En esta versión, las aventuras del semidiós (hijo de Zeus y de una mortal, Dánae), que logró derrotar a Medusa, se inscriben en circunstancias en que los humanos que habitaban en Argos, y que vienen a representar algo así como a toda la humanidad, se rebelan contra los dioses porque están disconformes con el trato que reciben de ellos, lo que no hace más que acicatear su furia.

Perseo (en la película) fue adoptado y criado por una familia de pescadores, y cuando ya es un joven en la plenitud de su vigor, asiste con impotencia a la muerte de sus padres y su hermana como consecuencia de esa guerra, que amenaza con borrar a los humanos de la faz de la Tierra.

Esta vez, el héroe vuelve a quedarse solo en el mundo, pero en vez de encontrar un trato amable se ve rodeado de un pueblo irascible y hostil, que cuando descubre su naturaleza semidivina, se vuelve más desconfiado hacia su persona.

Sin embargo, allí aparecerá otra semidiosa, Io, para ayudarlo a enfrentar la situación, que en principio lo hunde en una crisis, ya que Perseo comparte con los humanos su odio a los dioses, porque lo despojaron de sus seres queridos, lo cual lo enfrenta directamente con su padre, Zeus, que no obstante, le manda ayudantes para que el joven logre cumplir con su misión y su destino: salvar a Argos de la destrucción y recomponer el orden y la paz entre la ciudad y el Olimpo.

El film de Louis Leterrier pretende reconstruir una cosmovisión a la manera de los relatos mitológicos, planteando un conflicto entre los hombres y sus creadores, los dioses, en el que interviene todo tipo de criaturas intermedias con diversos poderes, que a veces serán aliadas y otras, adversarias, según respondan a las órdenes de Zeus, el dios bueno y justo que preside el Olimpo, o de su hermano Hades, el dios del mal y de la destrucción, que gobierna el Inframundo.

Historia fantástica

Esta historia fantástica, con mensaje moral, es la excusa para desplegar una serie de efectos especiales que van desde las más horrendas o maravillosas criaturas extrañas, hasta energías superpoderosas o transformaciones de la materia como por arte de magia.

Y una vez más la cuestión fundamental pasará por la eterna lucha entre el bien y el mal, fuerzas que tienen efectos sobre los hombres, pero que dependen de la actitud de éstos y de su libre albedrío para atraer a una u otra, según sea su comportamiento en la Tierra. El guión privilegia el aspecto bélico y confrontativo, y casi no da espacio ni tiempo al romance o al amor, dejando apenas sugeridas algunas cuestiones (que, dicho sea de paso, tampoco son fieles a la historia narrada en el mito original).

“Furia de titanes” no será recordada como una gran película ni por su argumento, ni por sus efectos, ni por sus actores, es una más del montón de esta generación de films de aventuras sobrenaturales con intenciones aleccionadoras que solamente parecen querer impresionar mediante el exhibicionismo de trucos visuales.

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BUENA

Furia de Titanes

Clash of the Titans, Estados Unidos, Reino Unido, 2010. Dirección: Louis Leterrier. Guión: Travis Beacham, Phil Hay, Matt Manfredi.. Reparto: Ralph Fiennes, Sam Worthington, Liam Neeson, Alexa Davalos, Gemma Arterton, Jason Flemyng, Danny Huston, Pete Postlethwaite y otros. Fotografía: Peter Menzies Jr. Música: Ramin Djawadi. Duración: 118 min. Se exhibe en Cinemark.