Análisis de Idesa

Sólo en 1,5 puntos disminuye la

pobreza la asignación por hijo

Por diferentes razones las familias muy pobres no acceden al subsidio. Expectativa por la extensión universal del beneficio.

De la redacción de El Litoral

polí[email protected]

La pobreza es un problema tan grave que ni las manipulaciones sobre el Indec permiten disimularla. Por eso, la asignación por hijo despierta muchas expectativas y amplios consensos.

Sin embargo, el rudimentario diseño del programa está llevando a que muchos recursos sean asignados a hogares no pobres, mientras que el monto que reciben las familias en mayor estado de vulnerabilidad les resulta insuficiente para salir de la pobreza.

“Las familias más humildes reciben pocos beneficios de los programas sociales y mucho de los costos que produce la inflación derivada del manejo irresponsable del gasto público”, dice Idesa.

Ejemplos

Según el Indec, la pobreza en el segundo semestre de 2009 afectó al 13,2% de la población urbana. Este nivel moderado no se explica por mejoras de la situación social, sino por la perseverancia en las distorsiones en la medición de la inflación. La gravedad institucional de las distorsiones es extrema y, entre otras consecuencias, dificulta la evaluación de las políticas públicas. Para el caso de que se quiera medir la reducción de la pobreza derivada de la asignación universal por hijo, una complicación adicional es que los datos del Indec se refieren al segundo semestre del 2009 mientras que el programa comenzó a operar sobre finales del ese año. De todas formas, se pueden hacer algunas aproximaciones.

Tomando de la Encuesta Permanente de Hogares del Indec, los hogares que tienen hijos menores a 18 años, cuyos padres se encuentran en situación de desempleo o con un empleo informal con remuneraciones inferiores a $1.500, y adicionando a sus ingresos el monto de la asignación, se puede aproximar el nuevo ingreso de los hogares.

Luego, con algún cálculo alternativo de inflación al del Indec, para dimensionar una línea de pobreza más consistente con la realidad, se puede aproximar la reducción de la pobreza que se lograría con la asignación. En base a este ejercicio de simulación aparece que:

* Según el Indec, la línea de pobreza promedio de los hogares pobres fue de $1.214 de manera que la pobreza afectaría al 13,2% de la población urbana.

* Con un cálculo alternativo de la inflación (se tomó el publicado por Buenos Aires City) la línea de pobreza sería de unos $1.686, llevando la incidencia de la pobreza a 20,9% de la población urbana.

* Si hubiese estado vigente en el año 2009 la asignación por hijo, el aumento en el ingreso de los hogares pobres habría reducido la incidencia de la pobreza al 19,4%.

Situaciones

Este ejercicio de simulación es provisorio y muy limitado, pero alcanza para observar que el impacto redistributivo de la asignación por hijo es muy modesto. La causa principal es que las transferencias no llegan o llegan de forma insuficiente a los hogares pobres, mientras que, por otro lado, familias que no son pobres terminan recibiendo la asignación.

Casi un tercio de los hogares pobres no tiene hijos, por lo tanto, no califican para la asignación. Otro tercio de los hogares pobres tiene 1 ó 2 hijos y califican para el programa pero su brecha de pobreza (o sea, los ingresos adicionales que necesitarían para salir de la pobreza) es de aproximadamente $600 en promedio, un valor muy superior al que recibirían por la asignación ($180 y $360, respectivamente). El otro tercio de los hogares pobres tiene 3 o más hijos con brechas de pobreza que van desde $850 hasta $1.600, de manera que el ingreso adicional de la asignación también es insuficiente.

El problema se ha profundizado en 2010 dado que los precios, especialmente de los alimentos, han crecido intensamente mientras que la asignación se ha mantenido fija. Esto hace más paradójico aún el hecho de que aproximadamente el 37% de los hogares que reciben la asignación no son pobres.

Iglesia

La pobreza será el eje de la primera asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), que presidirá desde mañana el cardenal Jorge Bergoglio, y que significará además el inicio de los festejos religiosos por el bicentenario patrio.

/// EL DATO