Inesperado giro en la investigación por el crimen del pool de barrio Candioti

Acusado de un homicidio fue

apresado en el hospital Cullen

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Juan del Campillo y Las Heras. El local que fue escenario del crimen.

Foto: Archivo/El Litoral

Se trata del primer imputado que tuvo el caso. Ayer acudió al nosocomio por un inconveniente doméstico y terminó preso en la Sala Penitenciaria.

 

Redacción de El Litoral

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La mañana del 17 de octubre de 2009 no fue una más para los vecinos de barrio Candioti.

Las sirenas de los coches policiales, los gritos y las corridas fueron la característica de aquella inusual jornada. Pero el alboroto tenía su motivo. En el interior de un pool, ubicado en la esquina de Juan del Campillo y Las Heras, un hombre había sido asesinado.

La policía y los servicios de emergencia que alrededor de las 9 llegaron al lugar encontraron que ya nada podían hacer por Cristian Orlando Fusi (27) quien yacía tendido y sin vida, con la hoja de un cuchillo enterrada en la cabeza.

El nombrado fue hallado muerto junto a una mesa de pool.

El cuerpo sin vida de Fusi fue encontrado por la policía con heridas punzantes en pecho y espalda; pero lo más impresionante fue que la hoja del cuchillo se partió al penetrar en la nuca de la víctima.

El hecho generó una conmoción tan grande en el vecindario como los 18 patrulleros que fueron a cubrir el incidente.

Extraña pareja

A partir de entonces, la policía se abocó a tratar de encontrar a los responsables del sangriento episodio.

Y en este sentido las novedades no tardaron en llegar. No muy lejos de la escena del crimen los pesquisas detuvieron a Víctor Hugo Ramírez, de 42 años y a una tal Norma, de 43.

Ramírez fue avistado por los patrulleros en las calles de Barranquitas, cerca de la esquina que forman pasaje Irala y Cochabamba. El hombre que en el camino se había descartado de sus ropas, iba con el torso desnudo, pero sus pantalones, tintos en sangre, lo delataron.

Por su parte, Norma iba a correr igual suerte cuando una patrulla la encontró en Pedro Vittori al 4100, con sus prendas ensangrentadas deambulando por el Parque Federal.

Poco después, el avance de las investigaciones derivó en la libertad de la mujer, por cuanto si bien estuvo en el lugar, se la desvinculó del homicidio propiamente dicho.

En Tribunales

Así las cosas el único detenido fue remitido a Tribunales donde quedó a disposición del juez de instrucción en turno.

En su valoración de los hechos, el juez entendió que Ramírez había actuado en legítima defensa, motivo por el cual ordenó su libertad.

Sin embargo, otra fue la historia cuando el expediente subió a la Cámara. Allí los magistrados revocaron el fallo de instrucción y ordenaron la captura de Ramírez.

Desde entonces, poco y nada se supo del nombrado que, en conocimiento del revés judicial, se mantuvo en condición de prófugo.

Por el dedo

Y la última novedad se produjo en el hospital José M. Cullen.

Ayer a la tarde, un hombre acudió a la guardia del nosocomio para hacerse atender por la fractura de uno de los dedos su mano.

A poco de decir su nombre (Víctor Ramírez) algunas luces de alarma se encendieron.

En momentos en que al sujeto le estaban practicando las curaciones llegaron los hombres de la sección Homicidios, quienes le comunicaron que tenían algunos temas “pendientes”.

Abrumado por la circunstancia, el hombre en cuestión se entregó sin ofrecer mayor resistencia. Se ordenó entonces su traslado en condición de detenido a la Sala Penitenciaria del hospital.

Ahora Ramírez permanece allí alojado a disposición del Juzgado de Sentencia.

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El cuerpo de la víctima fue hallado caído junto a una mesa de pool con gravísimas heridas.

Foto: Archivo/El Litoral