Artes Visuales

Del Grabado y la Fotografía

Por Domingo Sahda

En la Sala de Exposiciones del AG/Arte, Bv. Gálvez 1616 de nuestra ciudad fue inaugurada recientemente una exhibición de obras de arte que lleva por título: “Oscar Esteban Luna-Grabados 1950-1975”.

La muestra en cuestión, pequeña en cantidad de trabajos un tanto diversos en su concepción y realización, intenta señalar el itinerario creativo de Luna en el marco del arte santafesino. En la exposición aludida es posible contemplar y apreciar trabajos ejecutados en distintos momentos creativos y desde diversas ópticas expresivas y plásticas, las que van desde una cierta figuración de tono académico y predecible, por cierto, de excelente elaboración hasta una manifiesta abstracción. Y ello va tanto en la gradación de luces como en el ordenamiento compositivo del espacio que arquitectura la ilusión de la profundidad. Esto es fácilmente detectable en la pequeña xilografía desde donde presuntivamente comienza el recorrido cronológico de la muestra. La limpieza de incisión sobre el taco y los planos de sombra articulados otorgan a este trabajo una cierta calidad de estampa intemporal, la que sin alardear de refinamientos técnicos, visibles en otros trabajos, adquiere la calidad y la nobleza de una genuina manifestación visual situada en un tiempo y lugar. Opera de este modo como referente a un tiempo y lugar precisos desde la modestia de su concreción. El itinerario llega hasta la abstracción cromática.

Oscar Esteban Luna, maestro en el mundo del Grabado entendido como lenguaje artístico de características propias, y a su vez maestro de generaciones de grabadores exhibe la solidez de un oficio impecable adquirido en la práctica constante del trabajo y el taller. Ese conocimiento le permitió incursionar en nuevas prácticas del grabado sin apelar a escaramuzas ni trampas sofisticadas. Eventualmente, este regodeo en el oficio le restó densidad poético-expresiva a muchos de sus períodos siguientes. Y esta consideración vale también para sus litografías e intaglios. En la resonancia de luces de oposición blanco-negro es donde el dibujante y grabador Luna adquiere una mayor relevancia plástica.

Cuando en el tratamiento de trabajos posteriores el color por sí mismo se impone, logrando impactos visuales de delicado preciosismo, se genera un desleimiento de la poética intrínseca en favor de la espectacularidad. La sombra del plano pintado con su asechanza sensual asoma aquí y allá, compitiendo con los arabescos del trazo impecable de estas piezas en las cuales la rigurosa geometría de diseño abierto constriñen la expresión del expositor.

Muestra que de algún modo puede entenderse como modélica por el rigor en la ejecución de cada estampa, lo que presupone elípticamente el respeto por el arte configurado como grabado, y por extensión a la gente que se detiene a observar y apreciar estas obras.

Los recursos del creador de estampas, las que no pierden su esencia y su valor plástico al margen de su repetición, modo específico del ser del Grabado, hace de cada impresión obtenida una especie de “Hoja voladora”, al decir de J. Pedroni. Esa que lleva su forma y su mensaje trascendiendo tiempo y lugar. Oscar Esteban Luna muestra aquí sus más y sus menos. Vale la pena detenerse a apreciar lo expuesto. Y sin dudas esa fruición será mayor en tanto exista, al menos sintéticamente, un conocimiento sobre procesos y productos propios de lo que en esta galería se exhibe, rescatando, si vale el término, a un artista plástico que brilló con luces propias en el horizonte cultural santafesino.

“Analogodigital”

Con el título del encabezado, el Museo de Arte Contemporáneo —MAC— de Bv. Gálvez 1578, ha inaugurado una exposición de trabajos de Ignacio Elcoro. Estos trabajos a la vista enmarcados en las técnicas contemporáneas del registro fotográfico reelaborado, a más de una instalación que vincula claramente imagen y objetos sitúan a Elcoro en un itinerario de búsquedas plásticas alternativas, las que van más allá del documento visual icónico para internarse en construcciones visuales estructuradas obsesivamente en torno a un eje expresivo. Este metalenguaje orilla, en mayor o menor medida según las obras a la vista con un descarnado punto de vista en torno a la sociedad de consumo. Aquí, el expositor es denunciante y partícipe a la vez, alternando sus posicionamientos sin ceder en la calidad de ejecución de cada obra a la vista.

Sin caer en la literatura visual, los íconos registrados por Elcoro en sus resplandecientes imágenes están cargados de un sentido de irónica e impiadosa configuración. Así, la belleza vaciada de sentido, apenas una mascarada de sí misma, aparece en fulgurantes entonaciones cromáticas que impactan la mirada, arrimándose al ofrecimiento publicitario con su carga de vacío existencial. Todo discurre en superficie glamorosa. El autor se vale de la precisión y exactitud del registro para que no queden dudas. La mirada va hacia un punto opuesto que, de igual modo opera como registro crítico. Las personas transitan por los espacios públicos, unos próximos a otros, sin verse ni oírse, cada quien enfrascado en la parodia de la comunicación humana. Nadie escucha al próximo, “al prójimo”, nadie se ve. Procesos y productos se enlazan acotados por una impecable, obsesiva realización visual que no deja nada librado al azar. La fotografía, la intervención de la misma, su modificación en función del relato visual que se nos quiere participar responde esencialmente al principio del oficio. El documentar, subjetivamente, el mundo entorno, sus mitos, sueños y miserias.

En una desangelada imagen de sí mismo el autor es protagonista de sus documentos visuales y director de escena de los mismos. Se involucra de distintos modos intentando, veladamente, seducirnos con su presencia plantada como un ícono más de la contemporaneidad.

El pulcro esplendor del mito de la belleza contemporánea, infectado de exhibicionismo cuasi obsceno se filtra aquí y allá. El expositor lo registra y lo comenta con un aura de desencanto que se deslíe ante tanto brillo de superficie.

Del Grabado y la Fotografía

Obra expuesta en la muestra “Analodigital”, de Ignacio Elcoro.

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“Algunos van, otros vienen”, de Oscar Esteban Luna.

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“Figura”, xilografía de Oscar Esteban Luna.