PREVISIONES

Esperan una difícil temporada de huracanes en el Atlántico

EFE

La temporada de huracanes que comienza el martes en el Atlántico amenaza con ser tan turbulenta como la mortífera de 2005, con la formación de 14 a 23 tormentas y entre 8 a 14 huracanes que descargarían su furia en EE.UU., el Caribe, Centroamérica y el Golfo de México.

Después de una tregua el año pasado, la cuenca atlántica debe prepararse para una temporada “extremadamente activa” porque de esos huracanes se espera que entre 3 a 7 sean de gran intensidad con vientos superiores a 177 kilómetros por hora, según el pronóstico de la Administración Nacional de Océanos y Atmósfera de EE.UU. (Noaa).

“¿Recuerdas cómo fue de tranquilo el año pasado sin que ninguna de las tormentas llegara a tocar tierra? Será muy difícil que tengamos otra temporada así (en 2010)”, dijo a EFE Bill Read, director del Centro Nacional de Huracanes (CNH) con sede en Miami.

Jane Lubchenco, encargada de la Noaa, advirtió que si se cumple el pronóstico para la temporada que se inicia el 1º de junio y finaliza el 30 de noviembre, “podría ser una de las más activas que se haya registrado”.

“Instamos a todo el mundo a estar preparados”, sugirió.

El vaticinio es parecido a la temporada de 2005 que dejó una estela de muerte y destrucción en la cuenca atlántica por el azote de 29 tormentas y 15 huracanes de los que seis fueron de categoría mayor en la escala de intensidad Saffir-Simpson del uno al cinco.

En esa temporada, el huracán “Katrina” mató a unas 1.500 personas en cuatro Estados de Estados Unidos, principalmente en Luisiana, y causó daños por valor de más de 80.000 millones de dólares, convirtiéndose en uno de los desastres naturales más devastadores en la historia del país.

Si se cumple la previsión para el 2010 también se recurriría al alfabeto griego, como hace cinco años, cuando se utilizó por primera vez al agotarse la lista de los 21 nombres de hombre y mujeres que se asignan a los sistemas tropicales de listas que rotan cada seis años.

Los factores que incidirán en este borrascoso panorama son un debilitado fenómeno climático “El Niño” que inhibe la formación de huracanes en el Atlántico o la posible presencia de “La Niña” que tiene un efecto contrario.

“El año pasado tuvimos El Niño y su impacto fue significante con una menor actividad ciclónica. En este momento da la impresión de que tendremos un patrón de La Niña durante el punto más alto de la temporada (entre agosto y octubre), lo que tiene una correlación con las temporadas muy activas”, explicó Read.

Otro de los elementos son las “excepcionalmente” elevadas temperaturas de las aguas con 27 a 29 grados centígrados en la zona intertropical del Atlántico entre África y las Antillas menores y por encima de los 30 grados centígrados en el mar Caribe.

Las aguas cálidas son un “combustible” para la formación de los huracanes.