Por el placer de leer

Por el placer de leer

El lugar adonde colocar los libros suele resultar un problema a medida que crece el número de ejemplares de nuestra colección. Disponerlos en distintas habitaciones suele ser la solución más común, pero lo ideal es organizar nuestra propia biblioteca.

FUENTE. ESTILOYHOGAR.COM. FOTO. EL LITORAL.

Para los amantes de la lectura, la biblioteca puede ser un lugar perfecto para guardar unos objetos muy preciados. Si el espacio lo permite, la mejor opción es destinar una habitación únicamente para este fin. También, la convertiremos en un lugar ideal para el estudio o en un rincón de lectura. Además, sí colocamos un equipo de música y dedicamos un lugar para guardar todos los discos, la habitación se puede convertir en una acogedora sala de lectura y de música.

Por lo general, no es posible que a una biblioteca se le pueda destinar una habitación entera. Es por ello que lo habitual sea ubicarla en un rincón de otra estancia. En el despacho o en la sala de estar se pueden colocar bibliotecas, mucho mejor si se trata de un lugar iluminado, cerca de los sillones o sofás, creando un ambiente acogedor.

LOS ELEMENTOS INDISPENSABLES

Los muebles necesarios en una biblioteca son muy pocos. Lo más importante es que se adapte a las necesidades del usuario, es decir, debe ajustarse a las dimensiones de la estancia y a la organización de libros más conveniente en cada caso. Además, hoy en día ha cambiado el concepto de lo que era este mueble. La idea actual es que, además de libros, contenga otros elementos como el equipo de música, televisor, fax, adornos o cualquier otro artículo que ronda por la casa ansioso por encontrar un lugar donde ubicarse.

Los sofás y las lámparas son fundamentales para la lectura y la consulta de libros. Es necesario, por tanto, que el sofá sea cómodo y, de ser posible, reclinable, para que se adapte mejor a la postura deseada. La iluminación de la biblioteca debe constar de dos partes, una de tipo general (focos en el techo que alumbren directamente a las estanterías), y una lámpara de lectura, preferiblemente de pie y con foco dirigible.

Una mesa o un escritorio también complementarán la decoración. Si se tiene una biblioteca de altura elevada son necesarias las escaleras. La gran mayoría son de madera, pero sus diseños son muy variados: las hay plegables, de tijera, de mano, con cajones e, incluso, convertibles en silla o en mesita auxiliar.

OPCIONES PARA CADA NECESIDAD

No todas las bibliotecas son iguales: las formas, tamaños, colores y materiales varían según las gamas y los estilos. Las más comunes son las rectas, algunas son simétricas y tienen los anaqueles idénticos, pero éstos pueden ser de distintos tamaños. Además, se puede optar entre modelos que poseen sólo estantes y aquellos que incluyen cajones y puertas, éstas últimas de vidrio, de modo que se pueda observar el interior.

En cuanto a la instalación, existen distintas versiones: tipo mueble, que pueden tener patas o ruedas; módulos que se van incorporando según las necesidades; modelos que se amuran a la pared o las más modernas, que se cuelgan por medio de tensores.

UN NUEVO CONCEPTO

Es posible adquirir una biblioteca e ir agrandándola a medida que se necesita. Se venden en cajas con todos los elementos necesarios para dejarlas listas para usar. Así se obtienen los laterales, que son de caño cromado y tienen ranuras en toda su extensión para poder ubicar los estantes de melanina a la altura que se desee. Éstos se sostienen por medio de topes de plástico. De este modo, se da forma a un mueble que puede contar con un espacio amplio para colocar el televisor, uno pequeño para el vídeo o dvd y varios para libros.

Otra opción es instalar estantes de hierro cromado, tipo rejilla, o alternar entre unos y otros. Como no cuentan con laterales, los objetos se pueden sostener con apoya-libros o con pequeñas barras de metal que se incrustan en los laterales y cumplen con el mismo fin.

El diseño está a la orden del día, y la creatividad se pone también al servicio de las bibliotecas. Formas, materiales y colores inundan la imaginación para realizar las bibliotecas más insólitas. Suelen presentarse totalmente despojadas, sin tallas, molduras, ni marquetería. Están realizadas en maderas claras (como las de haya y pino) o en metal.

Existen otras que combinan materiales que comúnmente no se vinculan entre sí. Por ejemplo, las que presentan sostenes verticales confeccionados en acero inoxidable cromado y horizontales en cuero cocido. Otra posibilidad para brindarles un toque original es realizarlas sin las vistas laterales; es decir, en los bordes quedan voladizos (estantes sin sostenes verticales), ideales para ubicar adornos. Además, como en algunos casos se cobra por metro lineal, resultan más económicas.

Estilos

INGLÉS

Por lo general estas bibliotecas son las más requeridas. Se distinguen por sus finas molduras en forma de pecho de paloma. Para su construcción se utiliza madera, chapa de pluma de caoba, caoba rayada (para la estructura) y marquetería de palo de rosa (en cajones, laterales y puertas).

FRANCÉS

Llamadas modelo Imperio o Napoleónico, cuentan con detalles de marquetería en las puertas o bordes superiores y para confeccionarlas se utilizan enchapados de diferentes raíces o pluma de caoba.

CAMPESTRE

Se distinguen por el aspecto rústico y las terminaciones totalmente rectas. En general, se confeccionan en madera de roble y poseen un lustre semimate.