De parranda larga

“La antipoesía no se presentó nunca con el ropaje llamativo, ambicioso y voluntariamente renovador de la vanguardia. Eso hizo más insidiosa y definitiva su inserción en el corpus de la lengua de América Latina”, sentencia Elvio Gandolfo en el prólogo a la nutrida antología de Nicanor Parra, que preconizó precisamente a través de sus “antipoemas” la enseñanza de “hablar otra vez por escrito”. De “Parranda larga”, publicada por Alfaguara, transcribimos a continuación algunos textos.

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Por Nicanor Parra

 

(Declaración preliminar)

 

La función del artista consiste en expresar rigurosamente sus experiencias personales sin comentarios de ninguna especie.

La función del idioma es para mí la de un simple vehículo y la materia prima con que opero la encuentro en la vida diaria.

Huyo instintivamente del juego de palabras. Mi mayor esfuerzo está permanentemente dirigido a reducirlas a un mínimo. Busco una poesía a base de “hechos” y no de combinaciones o figuras literarias. En este sentido, me siento más cerca del hombre de ciencia que es el novelista que del poeta en su acepción restringida.

Finalmente, estoy en contra de la forma afectada del lenguaje tradicional poético. El lenguaje periodístico de un Dostoievski, de un Kafka o de un Sartre, cuadran mejor con mi temperamento que las acrobacias verbales de un Góngora o de un “modernista” tomado al azar. Y en cuanto a contenido, también estoy en contra de un romanticismo exclusivista. La angustia, la desesperación, la nostalgia, son algunos aspectos parciales del alma humana. Personalmente, preferiría trabajar a base de elementos menos usados: la frustración y la histeria, factores determinantes de la vida moderna, me atraen con una fuerza especial.

Así era Huidobro

 

No me pidan que escriba con los pies

Replicó

Cuando se le tildó de cerebral

El rigor verdadero reside en la

cabeza

Que Neruda se haga cargo de las

empleadas domésticas

Ésta es una poesía para príncipes

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Nicanor Parra (Chile, 1914).

Foto: Archivo El Litoral

La fortuna

 

La fortuna no ama a quien la ama:

Esta pequeña hoja de laurel

Ha llegado con años de retraso.

Cuando yo la quería

Para hacerme querer

Por una dama de labios morados

Me fue negada una y otra vez

Y me dan ahora que estoy viejo.

Ahora que no me sirve de nada.

Ahora que no me sirve de nada.

Me la arrojan al rostro

Casi

como

una

palada

de

tierra...

Epitafio

 

Yo soy Lucila Alcayaga

alias Gabriela Mistral

primero me gané el Nobel

y después el Nacional

a pesar de que estoy muerta

me sigo sintiendo mal

porque no me dieron nunca

el Premio Municipal

Epitafio

 

De estatura mediana,

Con una voz ni delgada ni gruesa,

Hijo mayor de un profesor primario

Y de una modista de trastienda;

Flaco de nacimiento

Aunque devoto de la buena mesa;

De mejillas escuálidas

Y de más bien abundantes orejas;

Con un rostro cuadrado

En que los ojos se abren apenas

Y una nariz de boxeador mulato

Baja a la boca de ídolo azteca

—Todo esto bañado

Por una luz entre irónica y pérfida—

Ni muy listo ni tonto de remate

Fui lo que fui: una mezcla

De vinagre y de aceite de comer

¡Un embutido de ángel y bestia!

Madrigal

 

Yo me haré millonario una noche

Gracias a un truco que me

permitirá fijar las imágenes

En un espejo cóncavo. O convexo.

Me parece que el éxito será

completo

Cuando logre inventar un ataúd

de doble fondo

Que permita al cadáver asomarse

a otro mundo.

Ya me he quemado bastante las

pestañas

En esta absurda carrera de caballos

En que los jinetes son arrojados

de sus cabalgaduras

Y van a caer entre los espectadores.

Justo es, entonces, que trate de

crear algo

Que me permita vivir

holgadamente

O que por lo menos me permita

morir.

Estoy seguro de que mis piernas

tiemblan,

Sueño que se me caen los dientes

Y que llego tarde a unos funerales.

Cartas a una desconocida

 

Cuando pasen los años, cuando

pasen

Los años y el aire haya cavado un

foso

Entre tu alma y la mía; cuando

pasen los años

Y yo sólo sea un hombre que amó,

Un ser que se detuvo un instante

frente a tus labios,

Un pobre hombre cansado de

andar por los jardines,

¿Dónde estarás tú? ¡Dónde

Estarás, oh hija de mis besos!

Como dice Marcuse

 

los estudiantes andan con el paso

cambiado

hoy desvían un avión hacia Cuba

mañana asaltan un supermercado

—so pretexto de reunir fondos para

la causa—

pasado mañana secuestran un

diplomático

¡por qué no secuestran a la puta que

los parió!

no se puede negar que por el

momento dominan

el escenario

pero la astucia vencerá a la fuerza

porque como les venía diciendo

los ancianos decrépitos

férreamente unidos

haremos ver elefantes azules a los

señores jóvenes

iconoclastas.

Antes de comenzar

 

Una pregunta:

Qué sería de Chile sin Huidobro

Qué sería de la poesía chilena sin

este duende

Fácil imaginárselo

Desde luego no habría libertad

de expresión

Todos estaríamos escribiendo

Sonetos

Odas elementales

O gemidos

Alabado sea el Santísimo!

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Sten en Lyon. Arte callejero.

Foto: Archivo El Litoral

Test

 

Qué es una antipoeta:

Un comerciante en urnas y ataúdes?

Un sacerdote que no cree en nada?

Un general que duda de sí mismo?

Un vagabundo que se ríe de todo

Hasta de la vejez y de la muerte?

Un interlocutor de mal carácter?

Un bailarín al borde del abismo?

Un narciso que ama a todo el mundo?

Un bromista sangriento

Deliberadamente miserable?

Un poeta que duerme en una silla?

Un alquimista de los tiempos modernos?

Un revolucionario de bolsillo?

Un pequeño burgués?

Un charlatán?

un dios?

un inocente?

Un aldeano de Santiago de Chile?

Subraye la frase que considere correcta.

Qué es la antipoesía:

Un temporal en una taza de té?

Una mancha de nieve en una roca?

Un azafate lleno de excrementos

humanos

Como lo cree el padre Salvatierra?

Un espejo que dice la verdad?

Un bofetón al rostro

Del presidente de la Sociedad de

Escritores?

(Dios lo tenga en su santo reino)

Una advertencia a los poetas jóvenes?

Un ataúd a chorro?

Un ataúd a fuerza centrífuga?

Un ataúd a gas de parafina?

Una capilla ardiente sin difunto?

Marque con una cruz

La definición que considere correcta.