TRAS OCHO AÑOS DE GOBIERNO

Uribe deja un legado de mano firme

Deja la presidencia colombiana con un apoyo de aproximadamente el 70 %. Los analistas atribuyen este fenómeno a los golpes militares infringidos a las guerrillas de las Farc.

[email protected]

DPA/EFE

El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, entregará su cargo el 7 de agosto con un alto índice de popularidad, gracias al fortalecimiento de la seguridad y defensa en ocho años de gobierno en un país acostumbrado a la violencia.

Después de que la Corte Constitucional rechazara en febrero su aspiración a un tercer mandato en 2010-2014, al determinar inconstitucional una consulta popular para modificar la Carta Magna, el mandatario inició la despedida de sus millones de seguidores y un balance de su gestión.

Diversos sectores le ofrecieron su respaldo en los comicios de 2002 al abogado y ex senador, tras la promesa de emplear “mano dura” contra los grupos armados ilegales, la delincuencia común y el terrorismo.

Hoy, a menos de dos meses de finalizar su mandato, la implementación de la Política de Seguridad Democrática, logró recuperar la presencia militar y policial en las diversas regiones del país, aunque sus detractores afirman que el proceso incluyó violaciones de los derechos humanos y burlas a la Constitución.

A través de la financiación estadounidense del Plan Colombia y la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas y Erradicación de Drogas, el gobierno uribista registró además avances en la lucha contra grupos narcotraficantes, si bien el país es aún el mayor productor mundial de cocaína.

Asimismo, entre 2003 y 2006 más de 32.000 paramilitares entregaron sus armas, desarticulando al grupo ultraderechista Autodefensas Unidas de Colombia y encarcelando en el país y Estados Unidos a más de 100 jefes de estas facciones.

Bajo el marco jurídico de la Ley de Justicia y Paz, los ex combatientes iniciaron un proceso de confesión de delitos y crímenes, su posterior indemnización económica de sus víctimas, a cambio de la reducción de penas carcelarias de 60 a ocho años, lo que para algunos fue una manera de capitular.

Gran apoyo

Pero, sin duda, el respaldo a su gestión -encima del 70 por ciento- obedece a los “golpes militares” que asestó a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), después de que modificara la Carta Magna para su reelección presidencial inmediata (2006-2010), medida cuestionada por sectores de la oposición.

Desde entonces las autoridades deterioraron la denominada cúpula y la estructura operativa guerrillera, con la muerte de líderes como “Negro Acacio”, “Martín Caballero” y la captura de “Martín Sombra”, “Sonia” y “Simón Trinidad”, este último en Ecuador.

En 2008, el Ejército abatió al segundo líder de Farc, Luis Édgar Devia, más conocido como “Raúl Reyes”, en un bombardeo militar colombiano en territorio ecuatoriano, lo que generó una ruptura de las relaciones diplomáticas entre los dos países que aún permanece.

En el mismo año, un operativo militar rescató del grupo insurgente a la ex candidata presidencial Íngrid Betancourt, a tres estadounidenses, siete militares y cuatro policías como resultado de la Operación Jaque.

Después de dos años, el domingo pasado, las Fuerzas Armadas rescataron en el departamento del Guaviare (sur) al general Luis Mendieta, los coroneles William Donato y Enrique Murillo, de la policía, y al sargento del Ejército Arbey Delgado, quienes permanecieron por más de 11 años cautivos por las Farc.

Guerrilla debilitada

Analistas coincidieron que este tipo de rescates debilitó a la exigencia de la guerrilla en la negociación de un “canje” de por lo menos 18 uniformados secuestrados a cambio de la amnistía de más de 500 subversivos presos y acabó con la imagen de insensibilidad de las Farc.

En este sentido, señalan expertos, el legado de seguridad y defensa viene acompañado de la generación de confianza inversionista foránea, el desarrollo industrial y la incentivación del turismo, el desarrollo agrario, el comercio internacional, entre otros aspectos que fueron transformados progresivamente durante su administración.

Ahora, el nuevo gobierno heredará la responsabilidad de ratificar el Tratado de Libre comercio con Estados Unidos y la puesta en marcha de acuerdos comerciales con la Unión Europea, con el Triángulo Norte de Centroamérica (El Salvador, Guatemala y Honduras) y la Asociación Europea de Libre Comercio, entre otros.

Además, el acercamiento a los mercados de Asia-Pacífico, donde espera incrementar las relaciones comerciales, políticas y de inversión con la región, fortalecer vínculos con China y Japón, así como ingresar al Foro de Cooperación Asia-Pacífico (Apec).

Uribe ha sido un presidente querido por millones de colombianos y odiado por algunos millones más, pero pocos son los que permanecen neutrales frente a su nombre.

1.jpg

Álvaro Uribe intentó ir por un tercer mandato, pero la Corte Constitucional rechazó sus aspiraciones al considerar inconstitucional una consulta popular para modificar la Carta Magna.

Foto: EFE

En 2008, el Ejército abatió al segundo líder de Farc, Luis Édgar Devia, más conocido como “Raúl Reyes”