110 clasificadores viven de lo que extraen de la basura

Dignidad y Vida Sana celebra 13 años

La asociación que realiza la separación de residuos para el reciclado en la planta de Altos de Noguera festeja un nuevo aniversario. A un mes de que un sector de la ciudad comience a separar observan que “llegan más residuos secos, pero mezclados con los húmedos”.

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Los trabajadores suspendieron sus tareas hoy sábado para celebrar los 13 años de la asociación.

Foto: Amancio Alem

 

De la Redacción de El Litoral

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La Asociación Dignidad y Vida Sana cumple hoy 13 años a cargo de la planta clasificadora de residuos sólidos urbanos -Chaco 4040- en el relleno sanitario del barrio Altos de Noguera. Actualmente, 110 familias subsisten de lo que obtienen después de separar y vender material para reciclar.

Desde que se inició la actividad, siempre estuvo la idea de implementar la recolección diferenciada en los domicilios, porque permitiría mejorar sustancialmente la calidad del material reciclable. Esto recién comenzó hace un mes, en un sector de la ciudad.

“Tuvimos momentos buenos y malos, atravesamos diferentes etapas, pero si ponemos en la balanza siempre es más lo positivo”, le contó a El Litoral Josefina Morales, presidenta de la agrupación desde 2007.

La planta hoy

Sentada en su oficina en la planta alta Josefina repasa la tarea de Dignidad y Vida Sana desde su comienzo. A través de la ventana de la habitación se ve el pico de una montaña de basura y una bandada de pájaros carroñeros que la sobrevuela; también hay moscas y el olor perturba.

“Durante el primer tiempo de trabajo todo era mejor, más limpio y ordenado. De las gestiones -municipales- que iban asumiendo lográbamos el apoyo que necesitábamos pero con el paso del tiempo eso cambia y se hace más difícil”, afirmó. Pero, “siempre contamos con la fe, la tolerancia, la buena voluntad, el compañerismo y la esperanza de los asociados. Eso nos da la fuerza para seguir, a pesar de que en muchas oportunidades no contamos con las condiciones que quisiéramos para venir a trabajar todos los días”.

Hoy la preocupación de los integrantes de Dignidad y Vida Sana es la manutención de la maquinaria de trabajo. “La gente que atiende el comedor de la asociación nos dio dinero para arreglar los motores, cambiar la cinta transportadora y arreglar la tolva porque desde que nos instalamos nunca fue mejorada, la cadena se cortó y se gastaron los eslabones. Todo sale mucho dinero”, explicó la dirigente.

El mayor deseo de quienes integran DVS es poder trasladarse pronto a las nuevas instalaciones del relleno sanitario en barrio Las Lomas.

“Ansiamos tener un convenio con la Municipalidad en el que se deje constancia de que vamos a ir trabajar allá. También que las instalaciones en las que estamos ahora van a quedar a cargo de la asociación para que podamos poner en funcionamiento una fraccionadora de papel higiénico y una máquina de hacer trapos de piso, ya tenemos las dos”, detalló Morales.

La ropa, barbijos y guantes para la jornada diaria escasean. “Acá las condiciones de higiene son las que podemos mantener; a veces, los guantes los compramos nosotros, necesitamos borcegos para entrar en la tolva y tenemos que coser delantales para proteger la ropa que nos dan”, mencionó Josefina. La vacunación y atención de la salud de los trabajadores la realizan en el dispensario de Altos de Noguera.

Húmedo y seco en casa

A fines del año pasado, la asociación solicitó a través de un proyecto presentado en el Concejo Municipal, que se les abonara una suma por tonelada de residuos recuperados. El Ejecutivo no accedió al pedido -el intendente vetó la propuesta sancionada- y a cambio se comprometió a implementar en un sector de la ciudad la separación domiciliaria de basura en húmedo y seco. También se habría mencionado el traslado a la nueva planta y la entrega directa a DVS por parte de algunos supermercados de la ciudad del residuo seco.

“Todo eso nos mejoraría el ingreso, si bien pasaron unos cuantos meses se comenzó finalmente con la clasificación en los hogares. Nuestro objetivo es equiparar nuestra ganancia con el costo de la canasta básica, hay que tener paciencia”, dijo Morales.

La asociación también habría solicitado que Desarrollo Social de la provincia incremente el dinero que les abona a algunos trabajadores hasta tanto “la separación dé sus frutos”.

La clasificación significa para DVS que el material que sirve para reciclar llegue en mejores condiciones y se simplifica el apartado.

“Es muy pronto para ver si hay un cambio en la conducta de los santafesinos, podemos afirmar que acá llegan más residuos secos pero, lamentablemente llegan mezclados con húmedos”, precisó Josefina. Según dijo, los domingos, martes, miércoles y viernes los materiales húmedos llegan correctamente, pero los lunes y jueves, los residuos secos están mezclados con los húmedos.

“Sabemos que la adaptación cuesta un tiempo por eso vamos a ser pacientes. Los santafesinos tenemos que entender que la separación es un bien para todos; es un futuro con menos basura”, afirmó la dirigente.

Proceso de reciclado

Una vez que los camiones de Cliba, que son los encargados de la recolección diferenciada, llegan a la planta, las 110 personas de la asociación, que se dividen en tres turnos, comienzan a separar: plástico, papel, cartón, vidrio, metal. A su vez el plástico se divide por color: los envases transparentes por un lado y los verdes por otro. “Esto se debe a que cada uno tiene distinto valor”, explica Josefina. Y agrega: “Además está el plástico conocido como soplado que es, por ejemplo, el de lavandina, el de shampoo, el de detergente; y por otro lado está el denominado “bazar”: baldes, palanganas, fuentones. Además separamos los otros materiales: papel, cartón, etcétera”.

Después, se embolsa cada material y es trasladado hasta una enfardadora, ubicada en la misma planta. De ahí salen los fardos ya compactados y listos para la venta. Otro de los materiales que se reciclan son las botellas de vidrio. Cabe señalar que la asociación trabaja en forma cooperativa: una vez que se vende el material se divide en partes iguales. En ese sentido, Josefina aclaró que “no por ser presidenta gano más que ninguno, gano lo mismo. Se dividen todas las ganancias en partes iguales, lo que se tiene en cuenta es que al que falta, se le descuenta el día, y con ese dinero se hace un fondo común que se divide entre aquellos que trabajaron todo el mes”.


230

pesos

gana cada socio de la Asociación de lo que venden; además, algunos cobran 300 pesos más que aporta el Ministerio de Desarrollo Social de la provincia, más la asignación familiar por hijo y otros el Programa de Experiencia Laboral.

Agasajo


La celebración por los 13 años de existencia comenzó hoy a las 9.30 en la sede de la planta de reciclado, con un chocolate para todos los invitados. Luego, la presidenta de la institución, Josefina Morales, dio un breve discurso y se descubrió el mural realizado por tres jóvenes que trabajan en la planta. Más tarde se proyectó un video a cargo de socios de DVS y se presentó el libro que cuenta la historia de la asociación. Al mediodía compartieron un almuerzo criollo y, hasta las 18.30, se realizarían torneos de truco, juegos para niños y concurso de baile.

 
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Josefina Morales es la presidenta de DVS desde 2007.

Foto: Amancio Alem