Tribunales

Estaban prófugos, los atraparon y los procesaron por dos crímenes

Dos jóvenes de 18 y 23 años que eran buscados por homicidios cometidos en 2009 fueron arrestados este año y procesados por la Justicia.

 

De la Redacción de El Litoral

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El juez de Instrucción Segunda, Nicolás Falkenberg, procesó a Fabián Marcelo Fernández y a Ramón Cristóbal Gómez como presuntos autores del delito de “homicidio, agravado por el uso de arma de fuego”. Ambos están acusados de las muertes de Marcos Moreira y de Jorge González, ocurridos en distintas circunstancias, en octubre y febrero del año pasado, respectivamente.

Ramón Gómez estuvo prófugo más de un año. Desapareció el 7 de febrero de 2009, el mismo día en que murió González, de un disparo de arma de fuego.

El ataque se consumó a las tres de la tarde, en una vivienda de calle Chaco al 7400 del barrio San Agustín II y los testigos que escucharon la detonación señalaron a un sujeto en bicicleta, al que vieron salir de una casa vecina.

Los investigadores se enteraron luego de que se trataba de un changarín de 23 años, apodado Cheito, pero ignoraban su nombre y apellido.

Con ese único dato la policía detuvo por error a otro hombre del mismo apodo, pero luego se dieron cuenta de que no era y lo desafectaron del caso.

Falsa identidad

Después llegaron hasta la casa del barrio San Agustín II y entrevistaron a la concubina del buscado. La mujer confirmó que lo conocían como Cheito, pero que su apellido era “Martínez” -no Gómez- y que tenían un hijo juntos. Además, reconoció que hacía tiempo que no le veía.

Pasaron varios meses, hasta que el 1º de abril último lo atraparon en barrio La Tablada en un procedimiento por otros delitos. El juez Falkenberg lo indagó por el homicidio de González, pero el imputado negó los cargos.

Sin embargo, las declaraciones reunidas en la causa comprometieron la situación de Cheito, de quien se supo que tiempo atrás tuvo problemas con la víctima y no sería descabellado pensar que resolvió el conflicto a los tiros.

Cheito contó que trabajaba en una ladrillería del barrio; sin embargo, sus patrones negaron que fuera su empleado para la fecha del asesinato. Otros vecinos dijeron que desapareció del barrio el mismo día en que murió González y que habitualmente se movilizaba en una bicicleta playera amarilla, la misma que describen quienes lo vieron emprender la huida el día que se escucharon los disparos.

El juez Falkenberg procesó a Ramón Gómez el 19 de abril, como autor de la muerte de Jorge González y confirmó la prisión preventiva a la espera del juicio.

“Tino” o “Mandinga”

El otro caso fatal ocurrió la noche del 4 de octubre de 2009, en la vereda de una casa de calle Centenera al 4500, en Villa Oculta. El arma utilizada es un revólver calibre 32 y su autor fue identificado en un primer momento por los apodos de “Tino” o “Mandinga”.

“Todo el mundo dice que fue Tino”, indicó uno de los testigos. Aunque nadie lo reconoce directamente, son varios los indicios que involucran al joven Fabián Marcelo Fernández. El muchacho de 18 años, oriundo de barrio Santa Rosa de Lima, está sindicado como autor de los disparos que le quitaron la vida a Marcos Julián Moreira.

La víctima estaba con un compañero, quien habría sido el destinatario de los disparos y por desgracia impactaron en su compañero. En Tribunales el chico contó que conoció a Moreira cuando estuvieron presos en Juveniles y que en esa ocasión le contó que “tenía bronca con Fabián Fernández”. También dijo que solían trabajar juntos, cirujeando cerca del Mac Donald.

Otros testigos señalaron que eran dos los sujetos que iban a bordo de una moto de la cual partieron los disparos. La versión que ofrecen los testigos es la del robo de una carabina y que a raíz de ello comenzaron los ataques.

Sin coartada

Tras quedar detenido “Tino” Fernández reconoce el crimen aludiendo a un caso de defensa personal. Sin embargo, el día de la indagatoria negó todo y diciendo que le hicieron firmar algo que él no había dicho.

Para zafar dijo que no conocía a Moreira y que ese día estaba en Santo Tomé, con un tal García que le daba changas y que vive en barranca Colorada, cerca del country El Paso. A los pocos días el juez llama a declarar a “Tito” García, que si bien dijo conocer al imputado, negó haber estado con él el día del crimen.

Caída la coartada, “Tino” Fernández quedó procesado por el homicidio de Moreira, agravado por el uso de arma de fuego, y el 7 de abril de este año la Justicia confirmó la prisión preventiva.

Grupos marginales

El juez de Instrucción Nicolás Falkenberg dejó constancia de que este tipo de delitos ocurren en barrios “claramente marginales donde los delitos de sangre son moneda corriente”. El magistrado se quejó de la falta de testigos ya que “el temor a represalias genera una coactiva situación de complicidad”, “ya que los códigos de estos grupos marginales imponen el silencio como respuesta sistemática ante los requerimientos judiciales”.