Se termina el Mundial de Sudáfrica con una final entre dos europeos con cosas de sudamericanos...

Uno viene hecho una furia; el otro, resucitando a la Naranja Mecánica

España dejó de ser candidato moral y ahora es real; Holanda tiene los genes inconfundibles de Cruyff, Neeskens, Rep y compañía.

Uno viene hecho una furia; el otro, resucitando a la Naranja Mecánica

Un trío implacable. Andrés Iniesta, Xavi Hernández y David Villa, la ofensiva de España a pleno. Los tres están sin dudas en la cúspide de los mejores jugadores del Mundial. El club Barcelona los disfrutará junto a Messi. Impresionante.

Foto: Agencia EFE

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Johannesburgo)

Se termina el Mundial. Se nota en las calles, en la gente. Hay un poco de melancolía en todos. Los que nos vamos, porque la experiencia ha sido muy buena más allá de los avatares propios de un país especial. Los que se quedan, porque volverán a sus rutinas, dejarán de sonar las vuvuzelas, ya hace tiempo que el “Go Bafana” ha pasado a ser historia y porque les quedará esa tristeza propia de este mes (en realidad, años de preparación), que ha puesto a Sudáfrica en boca de todo el mundo.

Se termina el Mundial y quedan sólo los recuerdos. De lo que fue y de lo que pudo ser. En nuestro caso, ya analizado extensamente y con un desenlace aún imprevisible. En el del resto de las selecciones, cada cual haciendo su propio duelo y sacando sus conclusiones.

Uruguay, un ganador...

Entiendo que al margen del resultado que se dé en el partido de hoy en Port Elizabeth -que seguramente también ya sea historia cuando el lector tenga esta edición de El Litoral en sus manos- uno de los grandes ganadores en este Mundial han sido los uruguayos. Llegaron siendo los últimos clasificados. El quinto puesto en las eliminatorias sudamericanas les dio la posibilidad de jugar un repechaje contra Costa Rica. Propiamente en el Mundial, ganaron el grupo -superando a rivales de la talla de México, Francia y los Bafana Bafana (Sudáfrica)-, se aprovecharon de un fixture relativamente accesible para llegar a semifinales, y tenían hoy -de ganar- la posibilidad de ponerse a la cola de los históricos campeones de 1930 y los inolvidables del Maracanazo de 1950, superando a los que en 1954 (según el colega Garrido, decano de los periodistas uruguayos, un equipo aun mejor que el del ‘50) se quedaron con el cuarto lugar en el Mundial de Suiza.

...Y ellos, los finalistas

Holanda es un invitado de “piedra” a este banquete, vale la pena decirlo. Si bien lo hizo legítimamente, con una racha tremenda de 14 victorias consecutivas (las 6 de este torneo y las 8 que cosechó en las eliminatorias europeas que se adjudicó brillantemente), confieso que muy pocos lo colocaban entre los candidatos a jugar el último partido del Mundial.

Con dos estrellas como Arjen Robben y Wesley Sneijder, los holandeses llegaron a este torneo en un punto exacto de madurez como equipo. Su última actuación medianamente decorosa se había dado en 1998, cuando tras dejar en el camino a Argentina en cuartos de final, estuvo cerca de ganarle a Brasil en una enorme semifinal jugada en Marsella y quedó relegado al cuarto puesto.

Holanda tiene, a su favor, una historia que lo avala. Este grupo de jugadores sabe que tiene ante sí la gran chance de ser campeones del mundo por primera vez y de conseguir lo que no pudieron aquellos fantásticos creadores de la Naranja Mecánica, con Johan Cruyff a la cabeza y notables acompañantes como Krol, Rensenbrik, Rep, Neeskens y, más tarde, los inefables mellizos Van der Kerkhof.

Alguna vez la historia se tendrá que congraciar con los holandeses. Y si es ésta la oportunidad que el fútbol le tiene reservada, seguramente será el premio con casi 40 años de retraso para aquellos cultores del buen fútbol, que dieron paso a lo que se dio en llamar el fútbol-total y que marcaron un punto de inflexión en las teorías futboleras.

Del otro lado estará España, siempre candidato moral y nunca -salvo ahora- candidato real. España apenas si supo de un cuarto puesto en el Mundial de 1950 en Brasil. En esa ronda final, igualó con Uruguay (el campeón del mundo), pero recibió un durísimo golpe de parte de los brasileños, que los golearon, y también fue superado ampliamente por Suecia.

El fútbol español siempre fue más antes de los torneos que en los torneos. Es que España se ha visto como un país con estirpe futbolera, pero no por los mismos españoles sino por los extranjeros que llegan desde hace décadas para aprovechar las bondades económicas -hoy en serio riesgo- de sus instituciones.

Antes, as figuras del fútbol español eran los extranjeros. Hoy, los cracks son los propios españoles. Apareció una camada de jugadores realmente buena, que cultiva el fútbol de toque y al que Vicente del Bosque le ha dado un muy buen funcionamiento colectivo que potencia las bondades ofensivas de este equipo.

Ninguna selección de este Mundial ha tenido la posibilidad de jugar con dos armadores como Iniesta y Xavi, con un goleador notable como Villa, más la reciente aparición de Pedro para sumarse al lote de barceloneses que tiene el plantel, más el despliegue y manejo de Xabi Alonso y las subidas letales de Sergio Ramos por el costado derecho. Ninguno ha mostrado tanto poderío como España. Ni siquiera la mejor Argentina de Messi, Tevez e Higuaín pudo igualar un estilo diferente, más depurado en el manejo de la pelota, más trabajado en lo táctico y más rendidor no sólo en la red de enfrente sino en la propia. España, en definitiva, entendió una de las máximas que tiene el fútbol, que es la de aprender a defenderse con la pelota. Lo hizo bien. Muy bien.

Parecidos y diferentes

España tiene una medida para analizar a Holanda, y esa medida se llama Alemania. Si Del Bosque sale a jugar con la misma claridad y eficacia como lo hizo el miércoles pasado en Durban, España tiene muchas chances de ser campeón del mundo porque le romperá el circuito a Holanda y lo llevará a cometer errores en todos los sectores del campo, como lo pudo ante Alemania.

Los dos son parecidos en la concepción futbolera, quizás de las selecciones europeas con más corte sudamericano que hay en este momento. Pero también habrá que admitir que existen diferencias, que España apuesta con mayor énfasis al toque, a la tenencia de la pelota, y que, quizás, lo de Holanda pase por tener aquellos atributos de dinámica y precisión en velocidad que no son conceptos modernos o del fútbol de ahora, sino que tienen casi 40 años, los mismos que marcaron la raya histórica con aquella Naranja Mecánica.

¿Y los sudamericanos?

El de mañana en Soccer City será un día raro para casi todos los periodistas del mundo, que abogaban por la presencia de un sudamericano en esta instancia. Pero el Mundial es así. Un torneo cambiante, apto para las sorpresas por su forma de disputa.

Brasil tenía enormes chances de ganarle aquel partido de cuartos a los holandeses. Sin embargo, éstos, que perdían y bien, supieron dar vuelta el resultado jugando con mucha paciencia, aprovechando un error garrafal de Julio César y luego la desesperación brasileña que se hizo carne en la inexplicable reacción de Felipe Melo que le valió la expulsión cuando faltaba un cuarto de hora para el final del partido.

Argentina se derrumbó como un castillo de naipes cuando parecía que estaba construyendo un edificio. En ese contexto, terminaron dando la nota Paraguay y Uruguay. El mejor mimo para los de Martino es que Del Bosque, el técnico que mañana puede ser campeón del mundo, haya dicho que el partido más difícil fue el que jugó contra los paraguayos, incluso por encima del choque con Alemania. Lo de Uruguay está dicho al principio de este comentario. Es, para mi entender, lo mejor que ha brindado el fútbol sudamericano en este mes de furia futbolera en África.

Se termina el Mundial y empiezan a verse los rasgos melancólicos. Llegó el momento de volver a casa, de introducirnos en nuestro pequeño mundo con Colón y Unión -que nos apasiona, está claro- y empezar a palpitar lentamente el inicio de una temporada local para la que todavía falta. Es el torneo argentino, el que apasiona por su paridad, por sus sorpresas, por esas figuras que siempre aparecen y que cada vez duran menos en los clubes que las forman, por sus conflictos, por sus contradicciones, pero también por su siempre vigente pasión futbolera. Es el fútbol argentino, el viejo y glorioso fútbol argentino que una vez más se fue de un Mundial con la sensación de fracaso que nos ha puesto lejos de los primeros lugares en los últimos 20 años.

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Otros tres que dan miedo. Robin van Persie, Arjen Robben y Wesley Sneijder, los encargados de hacer temblar a las defensas contrarias en Holanda. El de mañana será un partido con grandes jugadores y dos excelentes equipos en el terreno de juego. Foto: Agencia EFE

/// FORMACIONES

HOLANDA

/// Stekelenburg; Van der Wiel, Heitinga, Mathijsen, Van Bronckhorst; Van Bommel, De Jongh; Robben, Sneijder, Kuyt; Van Persie.

DT: Bert van Marwijk.

ESPAÑA

/// Iker Casillas; Sergio Ramos, Piqué, Puyol, Capdevila; Busquets, Xabi Alonso, Pedro o Silva, Xavi, Iniesta; Villa.

DT: Vicente Del Bosque.

Estadio: Soccer City de Johannesburgo.

Árbitro: Howard Webb (Inglaterra).

Hora: 20.30 (15.30 de Argentina).

¿Será un consuelo?

Lionel Messi es uno de los diez nominados para recibir el premio Botín de Oro Adidas al mejor jugador de la Copa Mundial de la Fifa Sudáfrica 2010, siendo éste el premio oficial de la Fifa para el jugador más destacado del certamen que llegará mañana a su fin.

Los 10 candidatos a obtenerlo fueron seleccionados por el Grupo de Estudios Técnicos de la Fifa (GET), que cuenta con expertos en fútbol de la talla de Kalusha Bwalya, Christian Karembeu, Jomo Sono, Gérard Houllier y Humberto Grondona (hijo del presidente de la AFA).

Los nominados para el trofeo son Diego Forlán (Uruguay), Asamoah Gyan (Ghana), Andrés Iniesta (España), Lionel Messi (Argentina), Mesut ™zil (Alemania), Arjen Robben (Holanda), Bastian Schweinsteiger (Alemania), Wesley Sneijder (Holanda), David Villa (España) y Xavi (España).

Más allá del deseo, como argentino, de que el trofeo sea para Messi, no caben dudas de que la presencia de Xavi, Villa e Iniesta, por el lado de España, y Robben y Sneijder, por el de Holanda, que son los finalistas, los convierte en candidatos. De todos modos, los últimos tres ganadores no fueron campeones. En 2006 fue para Zidane, en 2002 para el alemán Kahn y en 1998 para Ronaldo. Igualmente, Francia en el torneo pasado, Alemania en el 2002 y Brasil en el “98, habían sido finalistas del torneo. En el caso de Argentina, lo ganó Maradona en 1986.

14

Mundiales

Son los que ha jugado España en su historia. Su mejor actuación fue el cuarto puesto en 1950. Viene de ser noveno en 2006 y quinto en 2002.

9

Mundiales

Son los que ha jugado Holanda. Sus mejores actuaciones fueron los dos subcampeonatos logrados en 1974 y 1978, perdiendo sendas finales contra Alemania y Argentina. Viene de un undécimo puesto en 2006 y de un cuarto lugar en 1998.

14

Victorias

Consecutivas trae Holanda a esta final. Ganó los 8 partidos de las eliminatorias y los 6 de este torneo.

16

Partidos

Jugó España entre eliminatorias y Mundial propiamente dicho. En las eliminatorias, ganó los 10 partidos que jugó. En el Mundial, ganó 5 y perdió uno, ante Suiza en el debut.

2

Selecciones

Europeas, solamente, ganaron la totalidad de los partidos que jugaron en las eliminatorias. Justamente, fueron Holanda y España, aunque en el caso de los holandeses con dos partidos menos que los ibéricos.

¿Será cábala?

En el partido de mañana en el imponente Soccer City, en el barrio de Soweto, España jugará con la camiseta azul con la cual le ganó a Chile y Paraguay, en tanto que Holanda utilizará la naranja. La razón es que Holanda será “local” mientras que España actuará de “visitante”. Lo que se dice en el campamento español es que si son campeones del mundo, volverán al vestuario, se pondrán la roja y saldrán al estadio a lucirla para cuando le entreguen el trofeo.

/// el dato