Se manifestaron entidades gremiales y técnicas

Surgen oposiciones a los cambios en la ley de fitosanitarios

La fuerte restricción al uso de glifosato aprobada por Diputados disparó críticas que anticipan un duro debate cuando se renueve el tratamiento legislativo en Senadores. La medida se tomó pese a que organismos técnicos nacionales e internacionales lo ubican entre los menos tóxicos.

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Una semana después de la media sanción que dio Diputados a la ley provincial de fitosanitarios se escucharon las primeras críticas a la iniciativa. El principal cuestionamiento de entidades gremiales y profesionales se enfoca en el ataque directo de la iniciativa contra el glifosato, cuya utilización quedaría prohibida a menos de 500 metros de zonas urbanizadas, a pesar de encontrarse entre las sustancias consideradas de menor toxicidad por los organismos técnicos especializados.

“De acuerdo con los estudios que nosotros tenemos, el glifosato es de baja toxicidad”, se quejó el titular de la Sociedad Rural de Santa Fe. Desde Casafe (Cámara Argentina de Agroquímicos y Fertilizantes), en tanto, afirmaron que el herbicida está clasificado por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) entre los “de banda verde” o menos riesgosos. Mientras que desde le Colegio de Ingenieros Agrónomos 1º Circunscripción se manifestaron “sorprendidos”, ya que lo aprobado desconoce el trabajo conjunto con los legisladores realizados en los últimos años, así como los dictámenes que se habían conseguido en las comisiones de Agricultura y Medioambiente.

Precaución igual a prohibición

Entre los puntos reformados a la ley 11.273, que para regir deberán ser refrendados por Senadores cuando la Legislatura retorne al trabajo tras el receso de invierno, hay una aparente incoherencia. Mientras determina para los productos poco peligrosos (marbete verde) una distancia mínima de pulverización terrestre respecto de la línea agronómica (límite urbano) de 200 metros, para el glifosato —que se encuentra en esta categoría— se establece que debe ser de 500 metros. Además, el parámetro establecido también desconoce dos dictámenes de la Comisión de Medioambiente, uno en mayoría que lo establecía en 300 metros y otro de 100 en minoría.

La explicación está en el fallo del juez Tristán Martínez de San Jorge, ratificado por la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial (Sala II), que prohibió la pulverización terrestre del herbicida a menos de 800 metros del límite urbano en función del principio precautorio, a la espera de que se determine científicamente el riesgo toxicológico del producto.

Los legisladores se basaron en ese mismo principio para regular el uso del herbicida y dispusieron la prohibición para su uso por vía aérea a menos de 1.000 metros y de 500 para trabajos terrestres.

Raúl Walker, titular de la Comisión de Fitosanitarios del Colegio de Ingenieros Agrónomos 1º Circunscripción, confesó que la iniciativa “sorprendió a todos” en la institución, ya que desconoce los trabajos previos. Más allá de las distancias o bandas toxicológicas, “el artículo 38, que refiere a esta prohibición del glifosato no se había contemplado y quedan sentados criterios que no compartimos y que en su momento habíamos dejado en Diputados; pero se ve que no han sido tenidos en cuenta nuestros puntos de vista”.

Los agrónomos consideran que este principio se invoca con sentido prohibicionista, mientras “en cualquier lugar del mundo esto criterios precautorios significan tener presentes y en constante investigación estos productos, que además son los más estudiados del mundo”. A su vez, Walker agregó: “se aplica sin tener ningún criterio tecnológico o de la gente especializada”.

Por su parte, el presidente de la Sociedad Rural de Santa Fe, Hugo Iturraspe, sostuvo que “los que seguramente perjudican más son otros que tienen otros componentes”, al tiempo que solicitó una “urgente regulación para poder seguir trabajando”. También aseguró que, según la información que maneja la entidad, “el glifosato es de baja toxicidad”.

Guillermo Cal, titular de Casafe, dijo por su parte que “hay evidencias y estudios que demuestran la baja peligrosidad que tiene el glifosato”; y que restringirlo como se pretende generaría fuertes pérdidas a toda la cadena agrícola.

El principio precautorio “se aplica sin tener ningún criterio tecnológico o de la gente especializada”, dicen los ingenieros agrónomos

Principales modificaciones a la Ley 11.273

Banda Roja. Los productos más peligrosos no podrán usarse a menos de 3.000 metros del límite urbano.

Banda Amarilla. Los de mediana toxicidad estarán restringidos dentro de los 1.000 metros alrededor de centros poblados.

Banda Verde. Los agroquímicos menos tóxicos podrán utilizarse hasta 200 metros del límite de las plantas urbanas.

Glifosato. Pese a ser de “banda verde”, se dispuso prohibirlo dentro de los 1.000 metros si se pulveriza por avión o 500 si es por vía terrestre.

Amplia protección. Se protegen explícitamente escuelas rurales, humedales, zonas turísticas, barrios privados, caseríos, ríos, arroyos y lagunas.

Potestad sanitaria. Se autoriza al Poder Ejecutivo a recategorizar toxicológicamente a algunos productos o su exclusión de la nómina de autorizados, en aplicación del principio precautorio.

En poscosecha. Se prohibe el uso de fosfuro de aluminio para tratar granos en camiones o vagones.

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Prohibido. El uso del herbicida, si la cámara alta aprueba la iniciativa, quedará vedado en zonas tipificadas como humedales.

Foto: Juan Manuel Fernández

Fundamentos científicos a favor

Tanto el fallo judicial de San Jorge como la iniciativa aprobada en Diputados no tienen en cuenta las conclusiones a las que arribó el Consejo Científico Interdisciplinario del Conicet sobre la toxicidad del glifosato.

El trabajo, titulado “Evaluación de la información científica vinculada al glifosato en su incidencia sobre la salud humana y el ambiente”, se hizo en 2009 a pedido de la Presidente de la Nación, Cristina Fernández, y concluye que el producto bien utilizado no reviste una amenaza para la población humana. Entre otras conclusiones, el informe refuta los estudios en embriones y supone que no debiera ser peligroso si se respetan los protocolos de uso: “En presencia de glifosato o del producto formulado, se alteran las estructuras del ADN de células de mamíferos, siendo las concentraciones de efecto improbables de hallarse en medios biológicos humanos, con lo cual se estima que no existiría riesgo significativo para la salud humana”.

También indica que “los estudios epidemiológicos revisados no demuestran correlación entre exposición al glifosato e incidencia de cáncer, efectos adversos sobre la reproducción, o déficit de atención o hiperactividad en niños”. Sí, en cambio, remarca que “trabajadores expuestos al glifosato formulado muestran con mayor frecuencia efectos irritativos a nivel piel y mucosas”.

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