La industria en problemas

Exportadores en estado de crisis

Por primera vez en los últimos ocho años, hay frigoríficos en serias dificultades financieras, producto delos altos precios de la hacienda, la restricción a las exportaciones, la capacidad ociosa y el peso agobiante de la barata y de los 13 cortes a precios “económicos”.

Ignacio Iriarte

Por primera vez en los últimos ocho años, hay frigoríficos en serias dificultades financieras, hay frigoríficos parados y otros en venta. Los grandes grupos exportadores, tanto de origen brasileño como estadounidense han parado algunas plantas, mientras en otras trabajan a media máquina. Pero no han tomado ninguna decisión drástica ni definitiva. Están todavía en la etapa del “estupor”, propio de los momentos que siguen a la ocurrencia de un desastre. “Estamos perdiendo por mes la misma cifra que ganamos el año pasado en todo el año”, aseguran.

En el conjunto de la industria con tendencia a la exportación hay un claro deterioro mes a mes, pero sin ningún desenlace a la vista. Por varios años, habrá un exceso de capacidad instalada, y probablemente una caída en el valor de las plantas, y un menor interés en invertir en el sector, tanto de capitales extranjeros como nacionales.

La oferta de novillo pesado sigue siendo escasa, por muchos factores: la reciente baja en los valores ofertados, realizada por los exportadores una vez terminado el año Hilton ha traído cierta retracción en la oferta, cierta retención, a favor del buen estado que tienen todavía los campos. Además, hay menos stock ganadero y en muchas zonas a causa de la seca el último año no se repuso o se vendió adelantado.

En dificultades

Hay menos novillo y vaca disponible; hay muchas plantas de exportación cerradas, o trabajando pocos días a la semana, o sólo cuando consiguen la hacienda para una faena.

Hay en la mayoría de la industria exportadora un nivel de pérdida inédito, derivado de altos precios de la hacienda, de la restricción a las exportaciones, de la capacidad ociosa y del peso agobiante de la barata y de los 13 cortes a precios “económicos”.

En las últimas dos semanas se estarían “concediendo” más ROE, pero lejos de los niveles normales y muy ligada cada tonelada otorgada al grado de colaboración de cada frigorífico y de su cercanía con el Gobierno.

Como la incertidumbre en materia de permisos de exportación persiste, muchos industriales -especialmente los más especializados en la exportación- no quieren incrementar su actividad hasta no saber si podrán exportar la carne resultante de esas faenas.

Sin disponible

El invernador ha mejorado su situación financiera, vende lo indispensable, y además en muchos casos difiere la venta porque la reposición está muy cara.

Entre la baja del novillo pesado y el fortalecimiento del precio del ternero ha empeorado en pocas semanas la relación de compra-venta también para el invernador tradicional.

La crisis de disponibilidad de novillos es mucho más marcada en el caso del mestizo que en los cruza u overo: la liquidación ganadera y el despoblamiento por la seca han sido mucho más fuertes en Buenos Aires, La Pampa y sur de Córdoba, que en las provincias del NEA y Litoral, donde el stock ha caído mucho menos o incluso se mantuvo.

Este otoño, además, no se ha registrado la oferta de novillo de las islas, al vaciarse éstas en un 90 por ciento entre fines del año pasado y principios de este.

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En baja. Muchas plantas están trabajando pocos días a la semana, o sólo cuando consiguen la hacienda para una faena.

Foto: Archivo/José Vittori

Chicos y baratos

Existen dos preocupaciones adicionales para los exportadores: a causa de los menores precios que se pagan por el novillo cuando supera los 450-480 kilos, muchos invernadores están terminando los animales con 30-40 kilos menos de lo habitual, lo que significa menos kilos por novillo para diluir los costos fijos de la planta. Y por otro lado, el menor precio que ofrece hoy la exportación por el novillo, lo pone en desventaja (inclusive en el caso del pesado) en relación al consumo del Gran Buenos Aires, Cuyo o Tucumán, que también trabajan el novillo grande.

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