Al margen de la crónica

Justicia para Mirtha Legrand

Así como en la ciudad de Buenos Aires, dirigentes y actores identificados con el kirchnerismo pretenden llevar a los tribunales y, si es posible, lograr la detención de Mirtha Legrand por haber revelado que hizo gestiones ante un jefe militar durante la dictadura para que liberen a una sobrina suya que había sido secuestrada, en Santa Fe hay intentos para hacerle sentir el escarmiento a la conductora por sus dichos.

Es que dos diputados kirchneristas ingresaron un proyecto para que el gobernador Binner deje sin efecto el decreto por el cual designó a la conductora como “embajadora cultural de la provincia”.

Binner hizo tal reconocimiento, allá por septiembre del año pasado, a la figura televisiva nacida en Villa Cañás, en el sur santafesino, tierra de la cual nunca ha renegado haber nacido, devolviéndole la gentileza por la invitación a la tradicional mesa televisiva. La medida -meramente protocolar- no insume presupuesto alguno, pero ya ha sido cuestionada en varias ocasiones por dirigentes afines al gobierno nacional.

Enrique Marín y Marcelo Brignoni ahora fundan el pedido “en las contradictorias posiciones públicas de la conductora, en su dudosa ejemplaridad democrática, y en su adhesión a la dictadura militar, de la que confesó recientemente haber conocido sus métodos terroristas, a pesar de lo cual la apoyó públicamente en ese entonces”.

El asunto fue girado a comisiones, las que deberán pronunciarse después del receso. Más allá de las decisiones que adopte la Justicia con Legrand, para los fieles seguidores del gobierno la caza del que piensa diferente no tiene límites y la más mínima declaración es motivo de planteos a fondo. Por ahora, esos dirigentes parecen hacer muy bien en no fijarse en qué cuestiones andaba en ese entonces el principal referente, Néstor Kirchner. Tal vez, Santa Cruz queda demasiado lejos.