La obra de Böll a 25 años de su muerte

Rodrigo Zuleta (EFE)

El nombre de Heinrich Böll está vinculado casi irremediablemente con el destino de la vieja República Federal de Alemania y ahora, casi veinte años después de la reunificación y exactamente 25 años después de la muerte del escritor, su obra tiene para muchos, un interés arqueológico.

El crítico literario alemán, Marcel Reich Rannicki, llegó a sugerir que la obra de Böll cayó en el olvido. Hasta cierto punto, las cifras de ventas de los libros de Böll desmienten a Reich Rannicki pero el crítico no deja de tener cierta razón que los temas que preocupan a Böll, como las consecuencias de la II Guerra Mundial y el carácter autoritario de Alemania en la llamada era Konrad Adenauer, han dejado de ser actuales. “Él tenía un buen olfato para los temas que preocupaban a los alemanes, pero Böll ya lleva 25 años muerto, hoy son actuales temas completamente distintos y la distancia que nos separa de sus libros es cada vez más grande”, dijo el crítico.

Ninguno de los libros de Böll ha logrado el carácter de clásico indiscutible de, por ejemplo, “El tambor de hojalata” (1959) de Günter Grass, pero casi todos siguen presentes en las librerías y, algunos de ellos como “Billar a las nueve y media” (1959) o, sobre todo, “Opiniones de un payaso” (1963), también en los programas de alemán del bachillerato.

La obra de Böll está marcada por una melancolía incurable y es posible que él haya entendido su misión de escritor como una resistencia permanente ante la euforia y el optimismo engañoso generados por el llamado milagro alemán.

El propio Böll, que había tenido que luchar como soldado en la II Guerra Mundial, definió en una ocasión su literatura como “literatura de escombros”.

En uno de los cuentos, Böll relata la historia de un hombre que, tras regresar de la guerra, pasa meses o acaso años en un sofá y de repente se levanta para tener éxito en los negocios y andar por su ciudad en un coche deportivo sin hablar nunca de lo que vivió en el campo de batalla.

La insistencia en volver la vista a atrás convirtió a Böll en uno de los escritores emblemáticos de las décadas de los sesenta y los setenta, cuando muchos alemanes empezaron una tarea de elaboración del pasado, muchas veces ante la resistencia de fuerzas conservadoras.